Los dioses entraban en sesión.
- Deja de vigilarlo- su esposa dice mientras ambos pueden ver a sus nietos. Ra solo suspira mientras mira a Mut, su esposa luce las más preciosas joyas del mundo de los dioses.
- No lo estoy vigilando...- menciona con algo de melancolía- Verlo con vida... puede en mi ser sensibilizado...
- Nuestro pequeño favorito es feliz...- Mut menciona.
Ra mira como YoonGi ama a su hijo, JiMin, era la definición de la belleza eterna en Egipto, muchos dioses y semidioses disputaban su mano, ninguno logró llegar a su corazón como ese faraón. No fue coincidencia que YoonGi se encontrara a JiMin en medio del trigal, él los había destinado. YoonGi era el único digno del amor del hijo de los dioses.
Anubis nunca estuvo de acuerdo con su decisión de conceder la mano de JiMin a YoonGi, su argumento fue que nadie sería capaz de darle el lugar de dios que le correspondía por ser el hijo de Ra. Disputaba con mejores candidatos para JiMin, como Osiris u Horus, pero Ra estaba seguro que ninguno sería tan devoto a JiMin como YoonGi lo era.
No pudo preveer el atentado de Anubis, quien usando a su sacerdote quiso manchar la ascendencia divina de JiMin, acusandolo en la tierra de Egipto de incapaz de llevar el trono y el heredero de faraón.
Seth intervino, no gozaba de ver el bien que había, Egipto estuvo a punto de perecer con la muerte de JiMin.
Fue una batalla entre los dioses, cuando Thot intercedió por JiMin indicandole a NamJoon la forma de viajar a través de las estrellas, a veces Mut cuestionaba su elección, pero el príncipe de Egipto les demostró que era más de lo que ofrecía como mortal.Ra hizo tronar el mundo de los dioses al ver que su elegido pudo morir, pero Thot no llevó el alma de JiMin a su descanso ni lo regresó a ellos, le dio otra oportunidad a YoonGi.
Y en todo ese tiempo, no se arrepintió de la haber escogido a YoonGi como el merecedor del amor del hijo de los dioses egipcios.
.
JiMin miraba a su esposo con cariño, veces todavía creía que era un sueño, uno muy hermoso donde un honbre lo amaba de manera incondicional, no por lo que tenía ni por lo que podía darle, YoonGi era un hombre maravilloso con él. Amaba sus expresiones faciales, Kookie había heredado los mismos rasgos, se sentía tan pleno en su vida de casado que al JiMin universitario le parecería una paradoja. No lo creería.
- Siempre he pensado que fue dificil para ti...- le susurra, ambos se encuentran en la habitación acostados con la pequeña HyoNa en medio de ambos.
- ¿Por qué lo piensas?- pregunta YoonGi descansando su mano sobre la pancita de su bebé dormida. Su hija, su heredera. Su pequeña princesa.
- Estuviste esperando, el dolor pude verlo en tus facciones cuando desperté...- JiMin le explica con voz suave.
- Bueno, no fue fácil, lidiar con la pérdida de nuestro bebé, tenerte con un pie en la muerte no fueran las situaciones más relajantes... Egipto entero lloraba por ti, no había nadie que no preguntara por nuesto hijo... mi sobrina tuvo que llevar el control político mientras yo estaba contigo...- YoonGi comenta con cierto tono bajo, que JiMin puede ver un destello de tristeza en su mirada.
- Pensar en todo eso... a veces creo que debería hacer más...- JiMin dice con voz avergonzada.
- Mi sol, solo tienes que ser feliz, si me has permitifo seguir a tu lado, yo estoy satisfecho con ello, no necesito nada más que verte por las mañanas...- YoonGi dice- Contigo sonriendome, con nuestros hijos, me siento completo, el mortal más afortunado de todos...
- YoonGi...- JiMin lo mira con cariño. Extiende su mano para acariciar su mejilla, y sonríe.- Gracias, por ti yo puedo ser feliz, nunca creí casarme, ¿sabes?, la idea me parecía un poco extraña, incluso cuando me lo plantee, mi vida se resumía el centro de investigación, no vería a quien fuera mi esposo... pero me gusta estar aquí, contigo y nuestros hijos... amo ver a JungKookie jugar contigo, a HyoNa balbuceando mientras la tengo en brazos... amo todo eso...
- Mi sol...
- También gracias a ti, Yoon, por amarme y luchar tanto por mi...
YoonGi observó a JiMin cerrar sus ojos antes de dormir, sabiendo que cada mañana tendría a su esposo sonriendo, las risas de su príncipe y los balbuceos de su princesa. Sabía que aun después de la muerte, buscaría el alma de JiMin, pediría vivir con él cada eternidad.
- Gracias, seré el mejor para ellos...
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El Amante del Dios del Sol
FanfictionSolo haría unos cambios de vida... Nada podría salir mal... A menos que, se volviera el dios del corazón de un faraón...