JiMin despertó y suspiró con una sonrisa de por medio, sintiendo los besos en su mejilla. Un acto tan amoroso de parte de su esposo, el faraón de Egipto. No habían temores ni preocupaciones cuando estaba en Egipto junto a YoonGi.
YoonGi le abrazaba, ambos estaban de costado, JiMin disfrutaba sentirse un poco más pequeño que su esposo, era un sentimiento de seguridad que a veces no sentía en su época moderna, sobre todo con Lee en Egipto. Incluso tenía intenciones de hablar con NamJoon, quería daber si él podía decirle más acerca de la familia del sacerdote de Anubis, porque la cara que veía en algunas noches de pesadillas era la misma cara de Lee.
- Buenos días, mi sol...- YoonGi le susurra, haciendole mirarle.- ¿Dormiste bien?- preguntó y JiMin asiente, acaricia su mejilla y besa sus labios de manera corta.
- YoonGi...- le llama, cierra sus ojos porque disfruta mucho los besos que su esposo reparte por todo su rostro, mimándole como cada mañana.
JiMin solo se deja hacer y recuerda un pequeño detalle importante que quiso contarle a YoonGi desde que se dio cuenta.
- ¿Podemos desayunar afuera?- pregunta JiMin- Quiero decirte algo importante...
YoonGi lo observa con atención. Le da un poco de gracia que el mayor pareciera querer leer su mente. JiMin solo lo besa y va a tomar una baño corto, dejando que YoonGi disfrute de la vista que ofrece su cuerpo cubierto por una delgada, casi transparente, seda puede otorgarle. No niega lo mucho que ama como esos ojos parecen querer devorarlo y al mismo tiempo amarlo hasta saciarlo.
- Si... yo te veré... para desayunar...- YoonGi dice perdido en las caderas de su hermoso sol. Ra de verdad no escatimó en la belleza otorgada a su bello JiMin.
Sale, una vez se lava, su esposo se esta vistiendo cuando él pide a una criada que preparen la terraza para el desayuno, YoonGi le indica que debe ver a SeokJin antes del desayuno, pero se reunirá con él en cuanto terminen de hablar, JiMin le besa con tranquilidad y le sonríe antes de dejarlo ir.
JiMin suspira, toca su vientre con cuidado y vuelve a sentarse frente al tocador que el carpitero les regaló como detalle por su boda. Sonríe al sentirse feliz de llevar un bebé, sintiendo lo abultada que se ha vuelta esa zona, quizás a él se le notaría en seguida su vientre, a diferencia de una de las investigadoras del instituto, que ni con el cuarto mes daba indicios de su embarazo.
El JiMin que dejó Corea debería estar asustado, pero en cambio se sentía feliz y afortunado, su bebé tendría un padre amoroso, YoonGi era un buen faraón y hombre. No podía quejarse al respecto, su vida de casado era un sueño...
- Príncipe, la terraza está lista- una criada anuncia desde la entrada de su habitación.
JiMin le agradece y se levanta, sale de su habitación rumbo a la terraza, la mesa está servida, el chef y su grupo más confiable de cocineros reales, le piden que apruebe un platillo que recién han hecho en honor a él. JiMin se conmueve y es una clase de torta de trigo con frutos secos, dentro lleva hortalizas y pollo en alguna clase de salsa.Acepta la comida y sonríe. Todo el personal de cocina, se retira y le deja disfrutar del sol de la mañana, la brisa sopla y mueve sus ondulados cabellos. TaeHyung debe estar junto a HoSeok en su luna de miel, la verdad desconocía eso de Egipto, pero debió haber lógica con quienes inventaron los anillos, los egipcios tenían los temas respecto al amor bastante definidos, no hacía falta tanto procedimiento, una pareja se iba a vivir junta y ya estaban casados, se divorciaban de manera simple y sin tanto alboroto, era un estilo bastante práctico. En la era moderna todo era más complicado, incluso él que ni siquiera tenía algo realmente serio con Lee, estaba teniendo dificultades.
Suspira y siente las manos de alguien en su hombro, no se asusta porque sabe que es su esposo.
- ¿En que piensas?- pregunta sentandose al lado de su sol.
- Oh... observaba el horizonte...- JiMin menciona y mira a YoonGi, quien le sonríe.- La mañana es hermosa...
- Lo es tanto como tu, incluso tu eres más bello...- YoonGi le dice acariciando su mejilla y besando sus labios de manera corta.- Disculpa, sé que te hice esperar, ¿qué era lo que querías decirme?- pregunta recordando lo que JiMin había dicho.
JiMin solo sonríe y le mira de manera intensa, pensando en como sería su bebé siendo de dos líneas temporales completamente diferente. Sin embargo, por lo que va conociendo de la historia, sabe que será una reaccióm positiva.
- YoonGi... sé que es importante para mi faraón y para todo Egipto, un heredero...- YoonGi se sorprende ante su comentario y niega. No quería que JiMin se frustrara de no poder concebir un heredero.
- No te preocupes por eso, amarte a ti es lo más importante, soy feliz contigo, mi amor, además mi hermana dejó a su hija, ahora ella es quien dirige la escuela pero puede tomar el trono o sus hijos podrían ser sus herederos...- YoonGi explica, no quiere que JiMin se sienta presionado, su hermoso sol solo debe sentirse amado, debe recibir todo el amor que le negaron, incluso teme que haya escuchado algun comentario al respecto de un príncipe heredero, y de ser así debe castigar a aquellos de insulten a su hermoso sol.
- No, YoonGi, lo que quiero decir es que...- toma una de sus manos y la acerca a su vientre, le mira con una sonrisa tierna- Aquí está el próximo faraón de Egipto... sé que será feliz de saberse tu hijo...
YoonGi se quedó asombrado, no podía creerlo.
- JiMin... mi sol...- sus palabras son torpes.
- Yo, sé que hay formas de confirmarlo, pero sé que está aquí, es nuestro hijo, faraón...- JiMin dice sintiendose sonrojado, pero feliz.
- JiMin... ¿de verdad?- YoonGi lo abraza, JiMin ríe y asiente.- El médico real debe verte... tu salud es importante, mi sol...
- Lo sé, esta bien... solo mareos y hambre, Yoon...- JiMin asegura cuando YoonGi besa sus manos, sonriendo.
- Mi sol...
- Oh, Yoon, no llores...
YoonGi ríe, y abraza a su esposo, Ra le había otorgado la oportunidad de volver amarlo y eso haría.
Esta vez, nadie podría hacerles daño...
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El Amante del Dios del Sol
FanfictionSolo haría unos cambios de vida... Nada podría salir mal... A menos que, se volviera el dios del corazón de un faraón...