YoonGi estaba feliz, mirando como el abdomen bajo de JiMin se curvaba con el crecimiento de su bebé, estaba emocionado y muy feliz. JiMin le había asegurado que el bebé estaba bien, que no había nada de que preocuparse, que estaba desarrollandose como debía ser.
No entendía como JiMin estaba tan seguro pero le daba calma verlo tan feliz y radiante. Ese era su sol...
Debía darle la seguridad que sería cuidado y apreciado. Que su embarazo fuera lo más tranquilo, además que ahora no se podía mostrar, pues debía evitar que algo le sucediera. YoonGi estaba realmente asustado, aun lo recuerda y se vuelve un miedo latente al solo imaginar que algo vuelva a sucederle a su sol. Le da pavor pensar en no ser capaz de protegerlo esta vez, que los dioses le han dado la oportunidad de tenerlo entre sus brazos de nuevo.
JiMin, después de todo, sí llevaba un control médico, cada vez que despertaba en su época, quería asegurarse de que su bebé creciera sano y muy bien, incluso había cambiado un poco su ropa y alimentación, todo porque no sabía como sería su pequeño siendo de dos épocas diferentes. Le preocupaba que naciera con alguna mal formación o enfermo, pero la doctora le aseguró que el bebé estaba formandose como debía y que no mostraba indicios de alguna anomalía o algo extraño.
JiMin también se encontraba calmado pues Lee había mantenido su distancia, aunque eso no le hacía bajar la guardia en ningun momento. Por momentos, deseaba que YoonGi fuera con él, a su época, para cuidarlo así como lo cuida en el Antiguo Egipto.
En ese momento, su hermoso sol, descansaba, mientras él le observaba detenidamente. El alba parecía que todavía no asomaba muy pronto, así que se dedicó a observar a su amado esposo. JiMin dormía tranquilamente, dejando ver su pequeño vientre, el cual antes de dormir, él había besado con amor.
Un pequeño suspiro se escucha dentro de la habitación, YoonGi observa como su sol comienza a despertarse poco a poco, le mira con una pequeña sonrisa.
- ¿YoonGi?- es lo único que dice al recién despertarse. Abre sus ojos lentamente y mira a faraón observarlo con una sonrisa enternecida.
- Aun es temprano, mi sol...- dice mientras acaricia su vientre suavemente. JiMin ríe adormilado y suspira cuando la caricia sube por su pecho. Le gusta cuando YoonGi toca su cuerpo, disfruta mucho los besos en el cuello, y los susurros apasionados cada vez que están juntos.- Es muy temprano... debes descansar...
JiMin no dice más y solo atrae a YoonGi para besarlo, la primera vez, luego de enterarse de su embarazo, YoonGi había estado reacio a compartir intimidad, si bien el faraón lo tocaba hasta llegar al climax no había querido penetrarlo directamente, solo tocaba su cuerpo, rozaba sus dedos por cada centímetro de su piel con cariño y una sublimidad extraordinaria...
YoonGi solo acaricia la cadera de su amado príncipe, sintiendo la suavidad de la piel de su esposo, JiMin sujeta el rostro de YoonGi, no quiere dejar de besarlo. No hay profundidad en los besos, pues son dulce y suaves, YoonGi siempre lo ha tratado de manera delicada, nunca le ha faltado el respeto ni lo ha menospreciado. Además que aunque el faraón podía casarse con muchas mujeres o donceles, él era el único esposo, no había más, quien dormía en la cama de faraón y compartían su espacio más íntimo.
JiMin permite que YoonGi se acomode sobre su cuerpo, teniendo cuidado con su vientre abultado, esta empezando los cinco meses y su bebé ya comienza a moverse suavemente.. Los besos descienden a su cuello, haciendolo suspirar, sus dedos se envuelven en el cabello largo y osccuro de YoonGi. Sonríe al sentir el roce entre sus cuerpos, es una sonrisa coqueta y feliz.
- Debemos pedirle al carpintero real que elabore la cuna de nuestro pequeño heredero...- YoonGi le dice mientras se miran a los ojos, JiMin ríe, desde que YoonGi se enteró de su embarazo cada día envía para que armen cosas para su bebé, esta curioso por saber si será un pequeño o pequeña. JiMin tiene la facilidad de saberlo, pero la última vez su bebé no quiso dejarse ver, incluso la ecografía mostraba que estaba dando la espaldita como si estuviera molesto por haberlo despertado.
- Esta bien...- JiMin asiente, feliz, y abraza a su esposo. YoonGi sonríe, no hay nada más significativo para él que ver a su hermoso sol sonreír cada vez que lo veía por la mañana.
JiMin se levanta junto a YoonGi.
Ambos se acercan a la ventana de la habitación, desde donde pueden observar el alba.YoonGi está seguro, de que su amado esposo es hijo de Ra, su belleza y el dorado de su piel, su sonrisa es capaz de iluminar una habitación y la vida de muchos, su precioso JiMin es la definición de la deidad en la tierra de Egipto, la tierra del sol.
- ¿Cuándo se los diremos?- pregunta JiMin, el único que sabía sobre su estado era la persona encargada de sua trajes, que casualmente se parecía a Eun, de su época.
- Muy pronto, mi sol...- YoonGi le duce y besa su hombro descubierto, ambos están balanceandose suavemente mientras miran el amanecer, abrazados.- Solo quiero que seas feliz en la espera de nuestro pequeño príncipe...
- Estoy emocionado...- JiMin dice y acarician su vientre- Nuestro bebé va a ser muy amado, yo seré un buen padre para él...
- Lo sé, mi sol... sé que así será...
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El Amante del Dios del Sol
FanfictionSolo haría unos cambios de vida... Nada podría salir mal... A menos que, se volviera el dios del corazón de un faraón...