Capítulo 2

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JiMin despertó desorientado, no sabía donde estaba, solo recuerda utilizar el velo de novia o de ¿novio?

Se sienta, está en una superficie cómoda, y nada parecida a su cama en la tienda de campaña. Con un poco de temor, observa a su alrededor, hay una cortina larga y blanca cubriendo lo que considera un lecho, las cortinas se remueven un poco gracias a la brisa, y sus ojos se abren en sorpresa al ver los juncos junto al río Nilo. Desde el nivel donde se encuentra puede ver que la habitación está frente al río, eso quiere decir que está en una de las habitaciones más lujosas del lugar... sin embargo, frunce el ceño al recordar que antes de dormir estaba en medio del centro de imvestigación y hacía mucho más calor.

De repente, media docena de personas está abriendo las cortinas y pidiendole que no se levante. JiMin está asustado.

- Por favor, no se mueva, alteza- uno de ellos dice. JiMin lo mira extrañado.

Luego escuchó como todo alrededor hacía ruido, su cabeza dolía por alguna extraña razón. Se encoge y su acción es notada por uno de ellos.

- Pidan silencio, su alteza está incómodo, informadle al faraón que ya ha despertado- el mismo que le pidió que se quedara quieto, dijo a uno que logró identificar como de la servidumbre. El hombre asintió y salió.

- ¿Dónde estoy?- pregunta JiMin, aturdido.

- Se encuentra en el palacio de faraón, nos alegra en gran manera que haya despertado.- una sonrisa aflora en los labios del hombre que habla- Estuvo dormido mientras una gran fiebre gobernaba su cuerpo, faraón estuvo aquí con usted, cada noche velando...- JiMin no entiende, ¿acaso tuvo un accidente o se ha desmayado del calor?- Él dijo que usted amaría despertar con esta vista, estaba seguro que volvería con nosotros... y no se equivocó...

- Faraón viene en camino- anuncia otro sirviente.

- Llama a NamJoon, él puede decirnos la condición del príncipe- ordena. JiMin ante el nombre, mira a todos lados.

- ¿NamJoon está aquí?- el hombre lo mira extrañado ante su pregunta.

- Él es el curandero, estuvo aquí desde muy pequeño, aprendiendo para servir a los descendientes de los dioses- le menciona- Creo que no nos recuerda, alteza...

JiMin se siente confundido.

- Soy TaeHyung, su sirviente personal, NamJoon es el curandero y hechicero real, HoSeok es el consejero de faraón, SeokJin es la pareja de NamJoon, y es el ministro principal de toda Egipto.- JiMin parpadea un par de veces.- Todos hemos crecido aquí, dentro del palacio de Ra, en la capital de Egipto, ésta es su habitación personal, faraón pidió que lo trasladaran aquí luego de enfermar y perder el conocimiento durante varios días, han pasado tres lunas crecientes desde entonces...

JiMin toca su ropa, hasta entonces se percata que viste telas blancas, muy finas, está seguro que es seda... y antes de que TaeHyung diga una palabra más, un hombre entra jadeante, seguido de otros dos... JiMin lo mira, y en sus ojos puede ver alivio, felicidad, esperanza y un recocijo que nunca había visto, esas orbes brillan, y no sabe si es por la luz que entra en la habitación o por las lágrimas que se detiene en derramar.

- Mi amado sol...- su susurro es suficiente para sonrojarlo, no sabe quien es él.

- Tenga paciencia faraón- escucha la voz de NamJoon- El príncipe acaba de despertar, puede sentirse desubicado...- y se confunde más al verlo, pues le parece un poco itreconocible con esas ropas.

- De hecho- TaeHyung habla- No nos recuerda, NamJoon, deberías revisarlo y confirmar que tiene...- JiMin solo observar al hombre que se acerca y se sienta a su lado. Por alguna extraña razón, no puede apartar su mirada de él.

- Mi sol...- vuelve a susurrar- Todo Egipto estaba preocupado por ti... los sacerdotes no han parado de rogar por tu mejoría... y ahora estás despierto...- dice con verdadera alegría en su voz.

JiMin se deja hacer en medio de su confusión, la mano que acaricia su mejilla es suave y tierna.

- Faraón...- NamJoon llama al hombre sentado a su lado. JiMin mira sorprendido al hombre frente a él.

- Esta bien, solo...- su mano se aleja lentamente de su rostro, como si temiera perderlo o que desapareciera de su vista.

JiMin mira a NamJoon, esperando que le diga algo o que todo es una broma, quizás se quedó dormido y está soñando.

- Recuestese alteza- NamJoon le indica, JiMin vuelve a acostarse, NamJoon coloca algunas esencias sobre una paño de seda, y lo coloca en su frente.

- El aroma...- JiMin siente su nariz picar. Y estornuda, haciendose a un lado de la cama.

- La enfermedad ha salido de su cuerpo completamente- NamJoon dice satisfecho, mirando al faraón.

Todos suspiran con alivio dentro de la habitación, JiMin frunce el ceño, ¿desde cuando en la medicina moderna un estornudo significa que una enfermedad ya no existe?

No dice nada, porque todo le parece absurdo en ese momento. Solo vuelve a recostarse, cerrando sus ojos.

- ¿NamJoon?- faraón mira al médico real, al verlo en ese estado.

- Debe descansar, cada media hora traerán el incienso, pues debe relajarse...- NamJoon explica calmadamente. El Faraón tenía un temperamento dificil de tratar, sobre todo por su pareja, desde que el príncipe había enfermado, YoonGi no había estado en su capacidad total de raciocinio.

JiMin suspira y se hace bolita, se siente extraño...

- Salgan ahora- el Faraón ordena y lo dejan solo junto a JiMin.

JiMin solo quiere despertar, debe ser un mal sueño.

-Mi sol...- YoonGi se sienta en la cama, tocando su hombro suavemente- Estuve ayunando por tu salud...- JiMin se gira para verlo.- Eso es... mírame, creo que he olvidado el color de tus hermosos ojos...- JiMin se ruboriza, solo mirandolo.

- Me siento pérdido...- murmura JiMin, no sabe realmente que esperar, la historia no decía mucho sobre como trataban los faraones a sus parejas, ya entendió que él es pareja del faraón.

- Lo entenderé...- YoonGi dice- Estaba tan feliz, ese día, al fin lograba que me concedieran tu mano, y de repente, te desmayaste entre mis brazos... me sentí aterrado con solo pensar en perderte, estabas emocionado probando tu traje para nuestra boda...

JiMin lo observa, realmente parece sincero.

- ¿Ibamos a casarnos?- pregunta con una leve sonrisa. Ese faraón debía amarlo.

- Si...- YoonGi le responde, toma su mano y hasta entonces, JiMin se percata del anillo en su mano, esta hecho en oro y tiene turquesas y perlas, no sabe cómo en esa época han conseguido tal perfección de confección.- Lo mejor para ti... el joyero real lo hizo para ti...- menciona acariciando su mano y besando el anillo.

JiMin mira al hombre frente suyo... no sabe que esperar realmente de lo que está viviendo en su sueño, tiene miedo, está confundido y cuando mira los ojos ajenos puede verse así mismo...

- Debes descansar, vendré a verte cada tarde...- YoonGi dice, y JiMin solo asiente. Pero antes de que se vaya, toma su túnica.

- ¿Y si no estoy cuando regreses?- pregunta temeroso.

- Quiero, deseo y anhelo que sigas aquí, despierto... debemos hacer nuestra ceremonia, mi sol...- YoonGi acaricia una vez más su mejilla, y besa su frente antes de marcharse.

JiMin solo puede suspirar y cerrar sus ojos...

Todo esto es extraño...

El Amante del Dios del SolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora