- Faraón...- NamJoon se acerca, YoonGi mira el cuerpo de su pareja, parece que se le escapa el alma en cada exhalación. Toma su mano como si de esa forma pudiera detenerlo y evitar que los dioses se lo llevaran de su lado.
- ¿Lo encontraron?- pregunta en voz baja y dolorosa. NamJoon suspira, la búsqueda ya rebasó muchos siglos y no han tenido éxito.
- Lo seguimos buscando, faraón- la decepción hace jadear a YoonGi con dolor, las lágrimas que reprime durante el día se liberan mientras observa a su sol, se arrodilla a un lado de la cama y suplica.
- Por favor... no lo alejen... lo necesito como el aire para vivir...- YoonGi llora de impotencia- Denme una oportunidad para demostrar que soy digno... lo amo tanto...
NamJoon lo dejó solo, mira a su pareja y niega.
- No sé cuanto podrá soportarlo...- le dice NamJoon, SeokJin lo abraza.
- Ha perdido a su hijo, Nam, y JiMin tiene un pie sobre la muerte- SeokJin le dice.- No es fácil, para ninguno de nosotros... si no nos hubieramos confiado...- esa noche todos estaban celebrando la unión de YoonGi y JiMin, su pequeño hijo estaba en brazos de la hermana de YoonGi, agitandose ante el ruido, esa mujer apareció y el caos empezó, nadie sabía de esa mujer, vivía en las provincias del sur, a donde iban los desterrados por delitos leves, cuando YoonGi exigió información de esa mujer encontraron que había regresado a las tierras del imperio y se infiltró en la casa del sacerdote de Anubis, encontró sus planes y propósitos, no pudo concluir ninguno pero su hija llevó acabo el intento de violación y asesinato de JiMin. Nadie supo como llegó hasta ellos, algun guardia debió ayudarla, una daga envenenada atravesó el cuerpo de su sol...
Desde el día de la ceremonia de matrimonio, el llanto no dejaba de oírse en cada pasillo del palacio.
Primero fue TaeHyung, quien estaba cuidando del pequeño hijo de JiMin con mucho recelo, desde que la hija bastarda del sacerdote de Anubis atentó contra la vida de JiMin, el pequeño príncipe pasaba hambre, vomitaba y se quejaba, cada tarde noche, YoonGi se llevaba a su hijo para que viera a su padre, le hablaba y le pedía paciencia, su pequeño había muerto hace solo dos días, no quedaba nada del imponente faraón de Egipto, su rostro demostraba el casancio, el dolor y la tristeza, no salía del palacio y la tierra entera vivía en luto.- Por favor, mi sol... regresa conmigo, no estoy listo para dejarte ir...- YoonGi suplica- Dejame verte, me dijiste que ibas a amarme por la eternidad... nuestro bebé no lo logró, mi sol, no pude hacer mucho, perdoname, me odiarías al saberlo...- YoonGi se aferra a su mano, es como si JiMin intentara luchar, pero no lo lograba.
Pero en su último respiro, YoonGi enloqueció... tuvieron que sacarlo de la habitación, SeokJin tuvo que llevarselo, reprimiendo sus propias lágrimas.
- ¡No! Debo estar con él... me necesita con él...- YoonGi no lo soportaba, la simple idea de perder a su esposo podía en su corazón y alma, no estaba dispuesto, pedía a Ra que le devolviera a su sol...
NamJoon agitado, buscó a HoSeok.
- Lo encontramos, ya sé de que época es, podemos traerlo...- dijo con la respiración entrecortada.
NamJoon había vagado entre el espacio tiempo, buscando a JiMin, y cuando lo encontró suspiró lleno de alivio, supo que era investigador de historia, recaudaron la información necesaria para hacerlo venir a Egipto, no podrían dd otra forma. Con la bendición del sol, esa mañana, HoSeok y NamJoon acordaron colocar los artículos más valiosos en un cofre, debían saber si JiMin lograba reconocerlos... grata fue la sorpresa cuando se puso el velo que usó durante su ceremonia.
- TaeHyung quedate aquí...- NamJoon le dijo, luego de regresar cuando JiMin se desmayó en el campamento, su cuerpo se desvaneció y supo que lo habían logrado, habían logrado quitar la palidez del cuerpo de JiMin, tuvo que cambiar su ropa para poder presentarse. TaeHyung asintió, miró a su amigo y suspiró. No creyó que fuera posible hasta que lo vio despertar.
Llamó a todos, JiMin había despertado...
Acordaron no decirle nada al respecto, nada de la boda, nada de su hijo, pues parecía un JiMin completamente diferente. Con el tiempo, JiMin parecía recordar y llegó la hora de decidir en que época debía nacer el príncipe. YoonGi no estaba dispuesto a una pérdida, le daba terror el solo pensarlo.
Por eso, cuando NamJoon le notificó de la presencia del sacerdote de Anubis, organizó todo para poder establecerse en la época moderna, tuvieron que informarse para que ninguno de ellos tuviera algun problema de origen.
Y ahora, JiMin era abrazado por YoonGi como si tuviera miedo de perderlo o de que fuera un sueño.
- Estas aquí... estas aquí... con nosotros...- balbucea lleno de felicidad.
- Estoy aquí, mi sol...- YoonGi sujeta sus mejillas y le sonríe, besa su frente.- Te dije que mi alma estaba ligada a la tuya, mi amor... te acompañaría en cualquier lugar, tiempo y situación...
JiMin sonríe y vuelve a abrazar al mayor.
- ¿Qué pasará con Lee?- decide preguntar.
- Aunque no es el Egipto que conozco, su castigo debe ser ejecutado por atentar contra la vida de mi sol y mi pequeño príncipe...- YoonGi dice y luego hace que JiMin enfoque a los demás.
- Creí que me estaba volviendo loco...- JiMin dice riendo bajito. TaeHyung está feliz de verlo, sobre todo porque se ve saludable, feliz y emocionado.
Todos pueden ver al mismo JiMin que llegó al palacio en brazos de faraón, el mismo que los conquistó con esa sonrisa y amabilidad, sobre todo porque notaban el cariño al acariciar su pancita, ese bebé sería amado como correspondía... recibiría el amor que en aquella ocasión no pudo recibir...
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El Amante del Dios del Sol
FanfictionSolo haría unos cambios de vida... Nada podría salir mal... A menos que, se volviera el dios del corazón de un faraón...