Capítulo 23

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Pareciera como si entre más resplandeciera y prosperará Imperio, con los cambios que estaba haciendo Miryma y Bander, la vida personal de la princesa Miryma fuera cuesta a bajo.

Su familia era todo para ella, le daba la fuerza necesaria para enfrentar cualquier cosa, pero ahorita parecía significar un peso.

Su padre biológico Ragnath cada vez más alejado de ella, sus hermanos ahí atareados con todas las nuevas legislaciones, su mejor amigo siendo el guardia personal de Bander, no ha podido localizar su papá Brandon desde hace unos meses, su amor... sin rastro o señal alguna que le indique que va a volver ya había cambiado más de un calendario y nada, aquella tranquilidad y felicidad, parecía lejana.

—Me entere lo de tu abuelo — la chica se giró asustada, ahí estaba Thiceus — permíteme acompañarte — la chica tenía la mirada brillosa.

—Gracias, no me siento preparada para despedirlo— Miryma tomo la mano y ambos comenzaron a nadar a la tierra

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En una de las noches entre el infierno personal de Miryma, la chica fue a refugiarse a un coral fuera de imperio para beber.

—¡Al diablo!—Miryma tiro el vaso a la arena y bebió de la botella. Así estuvo un buen rato, entre lágrimas y la botella.

—No deberías beber en exceso— la chica sin mirarlo, le dio otro trago.

—¿Qué haces aquí?— Thiceus recogió el vaso intacto y se lo entregó —¿Cómo supiste que era yo?— mirandolo con desdén.

—Las escamas negras te delatan—  la chica se rio —¿De que te ríes?— se sentó a su lado, Thiceus vio como el efecto del alcohol era notorio en ella.

—Que a pesar de que trataste de matarme, te quiero — con una risilla — No se, como que me agradas mucho tío Thiceus o Pool— bebiendo más.

—Mi pequeña Miryma—le acarició fraternalmente la espalda—¿Que te aflige?—le quito la botella sin que ella se diera cuenta.

—Sonará estupido, pero a veces siento que las situaciones me rebasan, un día siento que puedo con todo y otro día me siento un grano de arena en este mar—  mirándolo — incluso suena tentador ser nómada y perder mi voz—

—Mi pequeña niña— le dijo con ternura— debes recordar que es normal sentirse así, solo déja que fluya ese sentimiento, pero recuerda que no estás sola.—

—Pues a veces me siento sola, mis papás están en la tierra, yo estoy aquí — suspiro—y mi padre Ragnath, bueno sigo confundida respecto a él— suspiro.

—Miryma, también me tienes a mí — la chica trataba de ponerle atención, cuando algo la hizo distraerse.

—Tenemos el mismo color de escamas— Se sorprendió, Thiceus asintió— siempre andas con armadura que no veo tu color de escamas—

—Te vi pasar tan rápido, que ni tiempo tuve de ponérmela —Thiceus no sabía como abordar el tema, la chica estaba más consumida en sus pensamientos que no noto como estaba él. <<<

Parecía que las malas noticias con Miryma seguían, pues después de volver del funeral de su abuelo, la chica aún devastada, Naim junto con Andrea y Thiceus, Pool para la última, trataban de animarla.

Todos llegaron algo agotados, en lo que Andrea y Naim estaban haciendo la cena, Thiceus fue al baño a mojarse la cara, se escuchó el timbre.

—Yo voy — dijo Miryma levantándose del sillón, abriendo la puerta, en eso vio a dos oficiales, del ejército.

Thiceus iba saliendo del cuarto de baño, cuando presenció la escena más dolorosa que como padre puede ver, ver a su hija sufriendo aún más.

Cuando los oficiales del ejército le entregaron la bandera del país doblada y las condecoraciones, la chica se le rompió o su mundo.

El grito más desgarrador salió de la garganta de la chica, la alcanzó a tomar antes de que cayera al suelo.

Brandon Brynes había muerto en un accidente aéreo, en la reparación y prueba de uno de los aviones del ejército. Su cuerpo no había sido encontrado.

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Miryma lo había planeado perfectamente, estaba en una formación rocosa en la tierra, había nadado hasta ahí, con su mirada fija en el firmamento, la única diferencia entre su escamas oscuras y el color del cielo nocturno era iluminado por constelaciones.

—Papá — llamaba a Brandon entre las constelaciones — abuelo — una sonrisa fugaz se le salió de los labios — Akmed— llamaba a su hermano mayor — No se si Axiles está con ustedes, lo mas probable es que también— con lágrimas en los ojos.

—Ya no puedo más, me siento tan sola, no tengo muchos motivos para continuar en este mundo — de entre su bolsa buscó una daga, tenía una dirección directa a su cuello, quería hacerse un corte horizontal en el cuello.

Cerró los ojos en eso una mano la detuvo.

—No lo hagas— Miryma sin abrir los ojos, suspiro.

—¿Por qué no lo puedo hacer? No tengo un solo motivo para seguir aquí— abriendo los ojos.

—En todos estos años, me enseñaste qué hay una cura a todo el dolor, es el amor — ahí estaba Thiceus — lo único que quiero es tu felicidad, ser el testigo número uno de tu vida, me haces sentir fuerte y poder continuar con esta lucha. — le quito la daga y tomó sus manos — te amo Miryma—

—Thiceus, ¿de que estás hablando?— se separó rápidamente, sin entender nada — ¿Cómo que me amas? No entiendo nada, no quiero imaginarme cosas turbias que no van— se alejó de él.

—Miryma te amo, no como tú piensas, no me repudies — se acercó — necesito que me escuches, Miryma -La miró fijamente — ¿no te das cuenta? Ese poder extraño que tenemos en común, el color de nuestras escamas, incluso esa rara alergia a unas algas— la tomó de la mano — Miryma tú eres mi pequeña bebé, esa bebé que jamás pude nacer por circunstancias de la vida. — la chica estaba muda con lágrimas en los ojos — es mentira que has estado sola, desde los quince años que te vi por primera vez, supe la verdad con solo verte, desde entonces te he estado cuidando en las sombras, cuando perdí tu pista por 7 años, sentí como algo faltaba en mi vida, pero desde que volviste a Imperio, he tenido un nuevo motivo para luchar, cuidarte— le acarició, la chica lloraba.

—¿Eres mi verdadero papá biológico? — Thiceus asintió — me explota la cabeza ahorita— entre murmuras, la chica estaba contrariada, pero abruptamente interrumpió  su debate mental y lo abrazo, desahogándose.

— Aquí estoy muy niña, aquí estoy y no me iré de tu lado—
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Poco a poco la vida de Miryma empezó a cambiar, empezó a buscar su propia felicidad. La vida dándole una segunda oportunidad.

Su nombre ya era muy conocido, pues sus legislaciones fueron requeridas en muchos más pueblos.

La princesa Miryma de Imperio y la reina de Aktera.

—Mi amor ¿estás segura de hacer esto?— le preguntaba Akenatut — por cierto, te llegó en la mañana carta de tu hermano Bander y de Zilian. Ceti siempre manda dibujos—ambos volvían de un pueblo, la chica estaba abrazada a su esposo.

—Si mañana quiero ir a ver qué otros animales descubren, acuérdate que Endel el supremo líder me dio una pluma y lápiz especial para eso — abrazada a Akenatut — Ahora si me sorprendió Ceti — viendo el dibujo que realizó su hermano, era de una flor marina, Ceti había explorado Athikus y estaba encantado, había expediciones siempre.

—Por suerte, tenemos muchas paredes donde colgar estos dibujos — la chica asintió y le dio un beso bonito — Te amo Miryma — le acariciaba la mejilla.

—Yo también te amo Akenatut— mientras entraban a Aktera. — te tengo una sorpresa en nuestro cuarto— con una sonrisa pícara.

—¿De esas que tengo que cancelar todos mis compromisos el día de hoy? — Akenatut con la misma sonrisa picara, la chica asintió— con gusto canceló todo—

La chica se bajo de aquel carruaje — a ver si me atrapas - la chica comenzó a correr a su habitación.

—¡Voy!— gritaba Akenatut nadando atrás de ella.
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