Capítulo 1

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En Imperio, una anciana muy sabia, que vivía en el área más alejada del pueblo, estaba dibujando algo con mucha paciencia.

—Hace mucho que no te ponías a dibujar algo— era una voz a las espaldas de la anciana. Ella seguía sumida en los dibujos.

En eso entró un guardia real, amigo y confidente de aquel hombre, viendo lo que dibujaba aquella mujer.

—Tuve una premonición— enseñándole dos dibujos, el primer dibujo era de una ángel de cabello oscuro y mirada comprensiva, tocando la espalda de una niña.  No se alcanzaba a ver el rostro de La Niña. El segundo era el rey Ragnath sentado en su trono, pero sentado en su regazo estaba otra vez esa niña —Esta niña no tiene cola como nosotros, tiene piernas como otras tribus del agua, pero sin escamas, ni nada, vi a Ragnath protegiéndola, no le alcance a ver el rostro, porque Ragnath estaba abrazandola.—

Aquel hombre veía solo la espalda y el cabello de La Niña — el Rey tuvo otro hijo — con cierto dolor, la anciana asintió.

—Así parece, pero está niña se apoderará del corazón del Ragnath, sera su temple — el guardia real sonrió.

—Entonces liquidemos a esa niña, para que Ragnath se debilite — no había nada en este mundo, que hiciera más ilusión a aquel hombre que figuraba en la oscuridad, que Ragnath pagara caro lo que hizo, deseaba que pagara.

—Hagámoslo— el guardia real asintió, le hizo una reverencia a aquella figura y se fue.

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—¿Entonces cuáles son los nombres de mis hermanitos?— preguntaba Miryma en la espalda de Naim, estaban nadando entre el océano de Athikus, ya no les faltaba mucho por llegar a Imperio.

—El mayor se llama Akmed tiene 17 es un poderoso soldado, tú segundo hermano es Bander tiene 11 es valiente, sigue Ceti de 8 es el más pacificista de sus hermanos y el hermano que tiene tu edad es Zilian, es muy curioso en todo.—

—Okey, okey — estaba nerviosa, Naim lo percibió por sus dones reales y le hablo con tacto.

—Acuérdate lo que te dije, tú eres más grande que el océano, que no te deslumbre su magnitud— La Niña estaba en el hombro de Naim — y acuérdate que tus hermanos pueden tener piernas, pero en imperio— la interrumpió La Niña.

—Tienen cola de sirena— se rió un poco la niña —¿Yo tendré algún día cola de sirena?— le pregunto la niña ya olvidando ese nerviosismo.

—Algún día — no estaba seguro de eso, pero La Niña parecía conforme con eso.

Al llegar a Imperio, estaban dos guardias reales custodiando la única entrada y salida del pueblo, se veían edificaciones más allá de aquella muralla de roca y coral.

Miryma se acercó a la muralla y la tocó, esa sensación áspera la hizo estremecerse. Los guardias reconocieron a una de las únicas personas que podía entrar y salir cuando quisiera de Imperio y vieron por primera vez a La Niña.

Ella observó a los guardias y sonrió—Tienen colita de pez— comentó con curiosidad la niña—¡Hola!

—Princesa Miryma— se inclinaron ante la princesa, la niña se bajo de la espalda de Naim y al sentir el musgoso piso, saltó rápidamente.

—Te acostumbraras a eso— le dio la mano, ya que ellos dos eran los únicos que caminaban por la calle, en la calle estaban murmurando como la leyenda, el famoso rey que abdicó a su trono, llevaba a la princesa de Imperio.

Todos iban atrás de ellos, la niña veía a los habitantes con su peculiar cola y sus casas bajo el agua, eran edificaciones bien elaboradas con coral y roca como la muralla.

Llegaron a la plaza principal y vieron a la familia real, el rey Ragnath sentado en su trono y a su lado estaban sus cuatro hijos.

—¿Es mi papá? — le preguntó Miryma a modo de secreto a Naim, la miro con ternura.

—Lo es, pequeña. Por fin estás en casa— la solto para que fuera con su papá.

La alegría de Miryma contagio a todos los habitantes que estaban a su alrededor, los habitantes al sentir eso, se inclinaron en señal de respeto.

—La niña comenzaba a caminar entre el musgo que cubría el camino, el guardia real que estaba a lado del rey, vio a la niña sorprendida, la anciana tenía razón, no tenía escamas, ni nada, solo piel.

Ragnath al ver a su hija ya en Imperio, se sintió completo otra vez. Se levantó del trono y camino hacia ella.

El pueblo estaba más que sorprendido,el Rey Ragnath famoso por su carácter y su manera de hacer cumplir la ley al pie de la letra, se estaba desviviendo por su hija.

—Hola papá— dijo la niña con una sonrisita y saltó a abrazarlo — ya te quería conocer — su papá Brandon, le había dicho que ella era muy afortunada porque tenía dos papás y así de sentía.

La sonrisa de Ragnath se ensanchó — yo también mi pequeña, ya quería que estuvieras aquí— se giró con sus príncipes — me imagino que Naim ya te hablo de tus hermanos — la niña asintió y Akmed sonrió—Desde ahora — hablo Ragnath para su pueblo —La princesa Miryma gozará los mismos beneficios que los príncipes — el pueblo de inclinó en señal de aprobación.

—Hola hermanita— Akmed fue el primero en acercarse y la cargo — eres muy chiquita y bonita, yo te cuidare siempre— le acarició las mejillas fraternalmente.

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—Hermano, ya es tarde, deberías ir a descansar — le aconsejaba Naim, llegando a la habitación de Miryma donde se encontraba el rey sentado en una silla viendo a su hija dormir.

—Estoy reflexionando todo lo qué pasó— con una sonrisa cubrió con las sábanas  a la princesa —el año que nació Miryma fue el más difícil para mi— Naim recordó y asintió — pero que ella naciera junto con su hermano Zilian, fue una luz de esperanza para mí— ambos se fueron de la habitación.

.....

—Padre ¿qué pasa?— El guardia real, la mano derecha del Rey, Frien, vio a su hijo de 11 años Nasir.

—Necesito que te cuides muy bien, mi pequeño Nasir—lo abrazaba y le besaba la frente Fríen sabía que cualquier movimiento en falso podría costarle la vida — Te amo — antes de arropar al niño y salir de su cama a la misión de su vida.

Matar a la princesa Miryma.

Akmed que daba sus paseos nocturnos por los jardines, pues le era difícil conciliar el sueño, noto un ruido raro por los pasillos del palacio.

Escucho gritos en la habitación de Miryma, corrió rápidamente.

—¡Guardias! — gritaba el príncipe Akmed, cuando llegó a la habitación vio a Frien la mano derecha de su padre con una daga.

La princesa Miryma sosteniéndose su abdomen, pues brotaba sangre.

—¿Cómo te atreves a lastimar a mi hermanita?— gritaba Akmed sacando su espada, desarmando rápidamente a Fríen pues el enojo que sintió, hizo que el guardia real se intimidara.

Llegaron un montón de guardias y el Rey Ragnath.

—¿Qué..-al ver la escena, con dureza y decepción miró a Fríen — ¿Cómo osas lastimar a la princesa? Estás condenado a la pena capital, tú ejecucion, mañana al mediodía— mientras unos guardias lo aprisionaban.

El rey se llevó a su hija con el médico real.

—Me duele mucho— la niña estaba asustada, Naim la trataba de calmar.

—Todo va a estar bien — el Rey le estaba haciendo una compresa en la herida, confiaba en sus médicos.

—Estará bien, mi rey, al parecer fue la pura piel fue lastimada, sus órganos vitales se encuentran bien—Ragnath lo había decidido, iba a hacerle honor a su apodo "el Justo" iba a matar a Fríen, su amigo de toda la vida, el intento de asesinato a un miembro real es la muerte.

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