Capítulo 25

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—Creo que con eso tiene para sanar su oído — hablaba uno de los nómadas tenia dio de curarle el oído derecho a Miryma, Axiles estaba al pie de la cama —Me retiro Capitán, cualquier cosa hábleme — él asintió sin prestar tanta atención, miraba a Miryma que yacía dormida en su cama. No lo podía creer.

Se acercó a ella,  le iba acariciar sus mejillas como tantas veces quiso hacer, pero se sentía impuro de tocarla con su nueva forma, sus tentáculos habían sustituido sus manos desde hace tiempo, su piel más azulada.
Ni la misma Miryma lo reconocía.

Se conformaba con sentir el calor que irradiaba su piel.  El que ella estuviera aquí, traía mucha lucha interna en Axiles, su demonio estaba tratando de tomar el control.

Axiles se fue de ahí, necesitaba saber que hacer.

Miryma tiempo después se levantó, totalmente confundida, la creencia que había sido un sueño todo lo vivido, se esfumó. Sintió rápidamente una alga cubriendo su oído, ya no le dolía.

Le chica se levantó de esa cama, había una pequeña ventana en esa habitación, observando a la tripulación.

Se aventuró a abrir la puerta de ese cuarto, topándose con un nómada, el primero que la había tomado del cabello.

—No me regreses al cuarto, quiero hablar — Miryma era jaloneada al cuarto, pues el nómada tenía órdenes estrictas, empezó a hablar más rápido, pero le dolía el oído— con el pez grandote, azulado, con dos tentáculos como brazos y creo que eran cucarachas marinas, no se, pero hacían ruido— se estaba mareando, su oído volvía a punzar.

—¿Con El Capitan?— la chica trago en seco, ese ser que no dudo en asesinar a los otros nómadas, era el capitán. Quería llorar, se sentía perdida.

—Necesito hablar con él, podemos hacer un trato ¿se lo podías decir? — antes de que cerrara la puerta y volviera a su puesto.  La chica se frustró, tenía que aguantarse esta frustración, sentía que tenía posibilidades de morir.

Cuando sintió su cara roja , entendió que estaban en corrientes cálidas, se quitó rápidamente el peto, los guantes y las botas.

—Aquí le traigo comida, tiene que probar comida, no puede rechazarla, se sentirá cansada— un nómada trayéndole un plato de algas y bayas marinas.  La chica abrió los ojos cuando vio al nómada.

—Gracias— el nómada seguía viéndola —pero no voy a comer hasta que el capitán venga a verme—con firmeza, el nómada asintió.

Axiles que estaba tomando el control en el timón, vio como su tripulante venía con la bandeja de comida intacta.

—Sigue sin probar bocado hasta que hable con ustedes capitán— Axiles le dejo el timón a su segundo al mando y fue con el nómada.

—Bien iré a verla— rendido Axiles —Sigan en rumbo fijo a donde hay algo de luz —camino a su cuarto donde estaba Miryma. Cuando la chica escuchó la puerta abrirse y escuchar el sonido de las cucarachas marinas acercarse. 

La chica lloraba silenciosamente.

—¿Tu crees que ese sonido no lo iba a reconocer?— se levantó — ¿Cobraste otra víctima?— con el corazón destruido, lo encaró — maldito demonio, mataste  al amor de mi vida—  lloraba golpeando su pecho con coraje.  —Mi diadema cayó, no puedo destruirte —

—¿Creíste que morí?— la chica se quedó en shock, la mirada roja del demonio se convirtió en esa café. —Pero tienes algo de razón, ese antiguo yo que conociste no está aquí, ese ser que viste asesino, es mi nuevo yo—Miryma seguía shockeada — mas vale que comas, que estoy buscando la manera de regresarte a donde perteneces.—

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