El rey Ragnath estaba hablando ante el pueblo, ya habían pasado dos semanas del cortejo funebre de príncipe Akmed.Como era la tradición, era momento de distribuir a los herederos de Ragnath por Imperio. Bander se iba asentar en la mansión donde estaba Akmed, Ceti tomaría el lugar de Bander, Zilian el de Ceti.
Ahora Miryma iba a tomar el lugar de Zilian. La zona más alejada de la urbe de Imperio.
—¿Ya llegaste a la casa que te asignó Ragnath?— era Brandon Brynes al teléfono, Miryma sonrió.
—Ya llegue papá, es una casa muy interesante, apuesto que la quisieras conocer— decía Miryma sentandose en uno de los sillones.
—Te apuesto que si, mi pequeña. ¿Ya tienes todas las llaves? Las de la puerta, la ventana, te enseñaron cómo cerr— la chica interrumpió a su padre.
—Si ya aprendí a cerrar todo con candado, hice un recorrido por todo el patio, en busca de cualquier cosa rara o que se note insegura—Brandon Brynes le había enseñado a Miryma cómo sobrevivir a ciertas situaciones, lo que Andrea le había recriminado tantas veces.
Pero era conocimiento que ahorita a Miryma le servía.
—Acuérdate mi pequeña, todo el plan que te he trazado, por la seguridad tuya—
—Te prometo ir a visitarte cuando las cosas estén más calmadas por acá—le aseguro Miryma.
—Mi niña, se como te pones con el frío y aquí está nevando siempre, no te arriesgaría así jamás, paciencia pronto nos volveremos a ver, confía en mí—
la chica asintió.—Te extrañó mucho papá, se que no estás aquí físicamente conmigo, pero cada consejo tuyo que pongo en práctica me hace sentir un poco más cerca de ti— en eso escucho un ruido — te hablo luego te papá— colgó rápidamente.
A Miryma le volvieron a doler las manos, las sentía pesadas. Se quedó quieta, esos ruidos se le hacían tan conocidos.
Miryma observaba como la sombra de la Luz que tenía en la sala se movía, sin tener sincronía, empezaba a crecer más de lo normal.
Empezaba a tomar forma, cuando la chica salió de su estado de sorpresa, trataba de correr, pero esa sombra se apoderó de sus pies subiendo hacia su cabeza.
Miryma no se podía mover, callo rápidamente al suelo.
Nanyloh venía con unos guardias para terminar de dejar las cosas de la princesa.
—Ayuda— no le salía más voz, eran susurros apenas audibles.
—¿Miryma?— cuando la chica escuchó la voz de su mejor amigo, su corazón empezó a palpitar aún más rápido.
Cuando Nanyloh la vio tirada, se acercó rápidamente.
—¿Miryma? — la chica tenía su piel blanca grisasea, helada. No respondía, solo parpadeaba.
—Llévame a la tierra — con toda la voz que podía sacar, Nanyloh asintió, cargándola.
—Esta muy lejos la tierra, lo que queda cerca es Athikus— la chica asintió, necesitaba ver a su ángel de la guarda.
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—Mi señor— era uno de los enmascarados, llegando a la sala donde el líder del movimiento y Axiles platicando, de la seguridad del nuevo heredero Bander.
—¿Qué sucede? — preguntó el líder, interrumpiendo la conversación, escuchado la voz de su seguidor muy preocupada.
—Hemos visto que dos personas salieron de la ciudad de imperio, parecen ser la princesa y su guardia personal — interesando al segundo.

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Imperio
Fantasy-Okey cuéntame, ¿quién es esa niña y como la puedo ayudar?-preguntaba Ainhoa Weisz viendo que su amigo estaba serio. -Ella es hija de un buen amigo mío- con una sonrisa de lado, mirando con nostalgia a La Niña.- la adoptaron aquí en la tierra su no...