Capítulo 35

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Miryma estaba haciendo una guardia de honor, mirando el ataúd de su esposo, ya llevaba un buen tiempo.

Ella lloraba por cómo sucedieron las cosas, recordaba a Akenatut con su espíritu libre, su visión de querer renovar Aktera.

"¿Desde cuándo le habrá pasado esto?" Que Miryma empezó a notar pequeños cambios en su personalidad, que creía que eran normales.

Ante la mirada de los guardias de Aktera, estaban viendo a una Miryma totalmente destrozada por la muerte de su esposo.

Pero la realidad es que la chica estaba más que destrozada, porque no sabía desde cuando los demonios estaban manipulando pueblos, todo para su conveniencia.

Dejando atrás a personas que realmente eran visionarias, que querían un bien en la humanidad.

Pensaba en su madre biológica, su padre biológico y su tío, su hermano los tres fueron víctimas de estos seres.

Tenía que hablar con Ender de esto, claro esto.

—¿Hermana?— la chica se giró y vio a Bander, con sus hermanos, su mejor amigo, su padre disfrazado de guardia y claro, el amor de su vida.

Las personas que debía proteger con su vida.

<<Primero pasan por mi cadáver, antes de perderlos>>

—Bander— con la voz algo cargada de sentimientos, lo abrazó como queriendo no soltarlo. 

La vida era un suspiro, le acarició las mejillas y vio a Bander a los ojos, su corazón no le fallaba, seguía siendo su hermano mayor.

Los guardias le dieron privacidad a la reina.

Así fue como tomó a Ceti, Zilian, abrazó a su mejor amigo y por supuesto, su padre.

—Axiles—la chica veía a su amor, algo serio, lo abrazó.

—¿Estás bien? — le preguntó él acariciandole la mejilla, eso era lo que a él le importaba que su Myrima estuviera bien, lo demás venía sobrando.

—He tenido mejores días, pero creo que estoy bien — con una sonrisa sincera — ¿y tú? — preguntó viéndolo con curiosidad.

—Bien— eso no le sonó tan sincero, frunció el ceño, necesitaa hablar con él.

En eso entró Endel mirando a todos especialmente a Axiles, ambos compartieron una mirada cómplice. Se podía decir que ese día que Endel ayudo a Axiles, descubrió uno de los más grandes secretos, que el chico tenia y que el Supremo Líder de cierta manera, entendía.

>>>>> Endel estaba realizando una de las plegarias más poderosas para quitarle aquel ser que se había adherido a él como si fuera una relación parasitaria. Adrew veía con orgullo a su hijo, hasta que notó como Axiles comenzaba a batallar para respirar, se acercó a él viéndole las pupilas. Se estaba yendo aquel ser parasitante de su vida, pero un tenue color rojo se asomaba en las pupilas de él, Adrew rápidamente le hecho agua al rostro de Axiles. Notando que aquel rojo tenía de su Iris, estaba desapareciendo.

Se escuchó un ruido proveniente de aquel demonio que había sacado, explotando con la luz blanca de la plegaria. Pues donde la luz celestial entraba, no había demonio que podría escapar.

-Aún siento algo de presencia demoníaca en él- Endel iba a volver a realizar la plegaria, pero estaba viendo como Axiles estaba batallando para respirar.

-Espera hijo, Axiles está muy débil- Adrew veía aquel iris, era obvio que había algo más en él. Demoniaco claro está, pero Adrew percibía sus sentimientos, había algo más.

Endel no quería matarlo, no sabía qué hacer, olía el demonio en su interior. Pero el ver a su padre tranquilo, tratando de ayudarlo, lo conmovió. Aquel Don de Adrew de percibir los sentimientos, él no había heredado eso, con tanta afinidad.

-Bien, cuéntanos ¿desde cuándo estas en ese cuerpo? -pregunto Endel, analizando todo –No querrás que vaya por Myrima y te obligue a hablar en frente de ella.-Axiles negó rápidamente, se repuso ante la mirada de ambos suspiro.

Encontré a ese pequeño tritón a fueras de Imperio agonizando --–Axiles suspiro sintiéndose más tranquilo de rebelar su verdad--yo era solamente era un demonio joven que quería escapar del infierno, así que se me hizo fácil y llegué al mar, estuve muchos días nadando tratando de pasar desapercibido, hasta que los sollozos de ese pequeño tritón me hicieron detenerme.

Endel ya tenía su espada, frente a él, a nada de cortarle el cuello. Pensando en excusas para darle las explicaciones a Myrima.

-¿Me estas diciendo que poseíste a un niño que estaba a nada de morir?- con toda la dureza de las palabras, Axiles no se movía de ese lugar. Adrew estaba impresionado, saliendo de Marshall, jamás había visto esos sentimientos en demonios.

-No quise hacerlo, los sollozos del pequeño Nassir agonizante, me hicieron ir a donde estaba, me paso algo que jamás me había pasado, experimente la empatía, por primera vez en mi vida demoniaca, odiaba escuchar el sufrimiento, quería ser él, yo tomar ese sufrimiento y que ese pobre ser tuviera su paz.-Endel soltó su espada, no podía creer lo que estaba escuchando, un demonio teniendo empatía, fuera de Marshall y su familia, nadie.

Adrew ayudo a Axiles a llevar a una bañera que había preparado para él con agua.

-¿Qué más paso?- tratando de sonar normal, Axiles en el agua mirando su cola, suspiro.

-Yo no sabía que podía poseer a una criatura, estando agonizando. Debo de decir que estando en su cuerpo, pude ver fragmentos de su vida, lo que paso con su padre, quisiera decir que sentir todo lo que él estaba sufriendo, la tristeza de perder a su padre, el dolor de todas las heridas físicas que tenía, su incertidumbre de que iba a pasar- lagrimas empezaban a salir, con forme su voz se cargaba de sentimientos- después sus memorias dejaron de presentarse en mi mente, él se había ido y yo me quede en su lugar, Nassir me dio una segunda oportunidad de vida, regrese a Imperio creyendo que esta oportunidad de vida, era de unos días, quizás una semana. Pero tuve la sorpresa de que empecé a crecer en este cuerpo, después conocí a mi mejor amigo Bander, me uní a su guardia personal. A los 15 años de Nassir sentí ese llamado a mi alma gemela y me enamoré perdidamente de ella, otro demonio llego a poseerme, cuando supe lo que estaba pasando, me aleje de las personas que amaba, porque ese demonio estaba apagando los sentimientos que había descubierto en esta nueva oportunidad, no quería lastimar a nadie, ya no soy ese monstruo que estaba en el infierno.--

Tanto como padre e hijo, estaban sorprendidos, viendo aquel ser, que se había vuelto una persona como cualquier otra.

-Si me vas a matar, necesito ver a Myrima por última vez, no tiene por qué saber ella, necesito ver a la mujer que amo, antes de partir de este mundo-- <<<<<<

—Ahora si que ya estamos todos, ¿Qué esta pasando? – pregunto Bander viendo a su hermana y al Supremo Líder.

—Te puedo decir que, Akenatut desde hace mucho tiempo dejó de ser Akenatut—dijo Endel con cautela –y ahora tu hermana es una reina viuda—como si nada.

-Era un maldito demonio, ¿okey?- dijo Miryma toda frustrada- No sé, en que momento lo poseyó, pero debo de decir lo más importante y necesito que tengan la mente abierta, para lo que voy a decir.—

-¿En que momento esto se convirtió en una de esas películas de terror que solías ver con Akmed?- preguntó Zilian tratando de aligerar el ambiente, abrazando a Myrima.

--No creo que sea lo indicado ahorita Miryma- Endel trataba de calmar a Miryma, la trataba de calmar, pero estaba en un shock post funeral.

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