Capítulo 40

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Con ayuda de Thiceus, lograron identificar una de las entradas a los subterráneos. La chica no había anunciado a nadie su embarazo, solo Nanyloh y ella lo sabían.

Myrima no quería ver a Axiles para nada, estaba muy dolida por las palabras tan duras que le dijo.

Todos caminaban por los túneles, se veía una construcción antigua.

—Esto era antes imperio— habló Thiceus y Naim alumbraba con unas linternas.

—Debió ser antes del maremoto—

—¿Se derrumbaron estos túneles con personas adentro?— preguntó Zilian viendo a Thiceus y Naim.

—Algunos alcanzaron a sobrevivir, otros quedaron enterrados en la arena— Thiceus conocía bien la leyenda de su pueblo por algo iba a ser el rey de imperio— eran 5 niveles subterráneos, los últimos dos niveles quedaron destruidos.

—¿Qué es ese olor?— preguntó Bander tapándose la nariz, era olor a carne en descomposición, sin dudarlo, había cadaveres.

—Imposible que todavía siga ese olor ya pasaron muchos siglos — decía Thiceus tratando de explicar.

—Alguien ha estado aquí — señaló Nanyloh las marcas de la arena.

Axiles sintió demasiadas entidades negativas en todos lados — no toquen nada porque todo está infestado— comentó sin apartar la mirada de Myrima.

—¿Estás bien hermana?— preguntó Ceti viendo a su hermanita totalmente pálida.

La chica llevaba la mano en su nariz, se estaba desvaneciendo, ocupaba urgentemente salir de aquí.

—No puedo, necesito salir de aquí, ocupo aire limpio—  Nanyloh preocupado por su mejor amiga y sus futuros sobrinos, se acercó a ella.

—¿Quieres una botella de agua? ¿Una bolsa para vomitar? ¿Un suero?— le preguntó Nanyloh por todo lo que traía en su mochila que él estaba cargando.

—Creo que es mejor volver luego— dijo Thiceus viendo a su hija muy mal, Naim la cargó en brazos, la chica se posicionó en la espalda de Naim rodeándolo con sus piernas y brazos.

—Llévala a mi casa— le dijo Bander viendo que no aguantaría un viaje a Aktera.

—Andando, no quiero que tu mamá se preocupe porque no se cuidarte — la chica asintió — los veo afuera— dijo Naim como era el único que tenía piernas, la llevo corriendo fuera de los túneles, detrás de ellos estaba Nanyloh.

—Quiero ser igual de rápida que tú — le decía Myrima con los ojos cerrados, porque estaba muy mareada. Cuando Naim sintió todo el peso de ella, se asustó.

—¡¿Myrima?! —cuando llegó al final del túnel. Se había desmayado, con Nanyloh ambos fueron a la casa del príncipe Bander.

Nanyloh condujo a Naim por la casa y la llevó al cuarto de invitados de Bander, donde dejó a Myrima reposando, Nanyloh le estaba checando su respiración, estaba ya normalizada y su pulso.

—¿Qué está pasando Nanyloh?— le preguntó Naim al mejor amigo de Myrima, Nanyloh estaba en un aprieto.

—Prometí no decir nada— señalando su marca de lealtad — lo siento—

—¿Qué está pasando?— preguntó Bander viendo a su hermana inconsciente. Seguido de todos los demás, las miradas se clavaron en Nanyloh.

—¡Que prometí no decir nada!- dijo Nanyloh mirando a todos especialmente a Axiles que lo miraba muy serio.

—Oigan que alguien me explique, yo también traigo unas náuseas horribles... ¿Todos se sienten igual?— decía Zilian pálido, Nanyloh le extendió una bolsa al príncipe.

En eso Myrima se levanta de golpe, igual de pálida con el estómago revuelto. Thiceus veía a sus gemelos vomitar al mismo tiempo.

Zilian se recostó a lado de Myrima, ambos estaban pálidos. La chica se apresuró ante la mirada de todos a tomar su mochila, pues ahí tenía dos sueros orales de sabores.

—Te ayudará Zilian— Los dos estaban tomando un suero. Ante la mirada de todos la chica suspiró — okey, creo que mejor lo digo antes de que se preocupen—

—¡Ya nos preocupamos!— dijo Ceti mirando a sus dos hermanos menores, junto con Bander.

—¿No se les habrá pegado un demonio o algo?— asustado Bander mirando a todos, miró a Axiles, este negó.

—¿Cual demonio? Bander no seas ridiculo, solo estoy embarazada — al ver la cara de su hermano gemelo, se giró para ver a su demás familia.

<<<¿Embarazada?>>> a Axiles le cayó el mundo encima, por eso quería hablar con él.

—Sorpresa— alzando las manos, al no saber que decir. Naim fue el primero en reaccionar.

Zilian fue el primero en abrazarla y felicitarla — seré tío, ahora entiendo porque me he sentido más cansado últimamente y con indigestión...Conexión de gemelos— dijeron al mismo tiempo.

Se unieron al abrazo sus hermanos.

—Ahora tenemos que cuidar bien a nuestro sobrino o sobrino— dijo Ceti con una sonrisa.

—Son dos, tendré gemelos — con una sonrisa Thiceus, se le desbordó el corazón, pues tenía la misma mirada de su amada cuando le dijo que estaba esperando gemelos.

—Seremos abuelos — dijo Naim y al ver la cara que puso Thiceus — es que estoy con su mamá Andrea — le explicó y Thiceus sonrió.

Axiles quería ir con ella, pero debía admitir que sus celos irracionales hizo que se perdiera este momento de celebración. Iba a tener una familia con su Myrima.

—Dejemos descansar a la embarazada— dijo Nanyloh viendo que ya sonó la alarma de dormir — hoy tuviste un viaje de largo y debes descansar—

—Es cierto, mi hija y mis nietos deben descansar — anuncio Thiceus y todos comenzaron a salirse de la habitación.

Myrima se durmió instantáneamente, hasta que en la noche cuando su sueño se volvió más ligero sintió un peso extra en su mano, abrió los ojos.

Ahí estaba Axiles con una silla a lado de la cama, el tritón había estado velando sus sueños a ella y sus bebés, por si Myrima le hacía falta.

La chica empezó a llorar en silencio, le acarició la mejilla.

—¿Qué haces aquí?— le preguntó con una voz suave.

—Estoy cuidando a mis hijos y a ti, por supuesto— le derritió el corazón, lo veía cansado pero aún decidido.

—Ven ahí no estás descansando— le hizo un lugar a Axiles, el tritón se posó acomodó a su lado y le beso la frente.

—Perdóname mi amor, me sacó mucho de contexto que salieras con tu ex novio, no debí de reclamarte eso, era mi inseguridad— le acariciaba la mejilla.

—Olvidemos eso, que me pongo sentimental— dijo Myrima llevándose las manos al vientre — no puedo creer que voy a ser mamá— con una sonrisa.

—No puedo creer que esto esté pasando contigo — poniendo sus manos sobre el vientre de ella.

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