| 05 |

133 15 16
                                    

⎯⎯⎯⎯⎯♪⍟♧︎︎︎☀︎︎⎯⎯⎯⎯⎯

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

⎯⎯⎯⎯⎯♪⍟♧︎︎︎☀︎︎⎯⎯⎯⎯⎯

корабль Andrómeda

▪︎ 𝐁𝐀𝐑𝐂𝐎 𝐀𝐍𝐃𝐑𝐨́𝐌𝐄𝐃𝐀

⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯


Alena

Me dejé caer en la cama de espaldas por un momento. El acónito seguía haciendo efecto por mi cuerpo, y mis heridas de esta mañana no estaban curadas todavía.

Me acerqué al baño, con las piernas temblorosas, y deshice las vendas de mis brazos. Revisé las heridas en proceso de cicatrización y las lavé antes de quitarme la camiseta.

Hice lo mismo con la venda que cubría todo mi abdomen. Venas negras recorrían la zona, pero el sangrado había parado. La herida superficial había quedado en un simple corte, pero podría abrirse en cualquier momento. Ya no tenía la herida tan abierta como antes por que Lee la cosió, pero esta mañana quitó el hilo para que mi cuerpo pudiera curarse.

Aun así, sabía que no lo iba a hacer. Lee había impedido que la infección llegase hasta mi corazón, pero cubría parte de mi pecho y la parte de arriba de mi muslo. Mis manos habían quedado con residuos de acónito ya que con los pájaros me habían dejado herida, y al intentar parar el sangrado de mi estómago se llenaron de acónito.

No sabía que podría hacer para que desapareciera todo el acónito de mi cuerpo, pero no sería fácil. Estaba acostumbrada a las pequeñas dosis de acónito, y no me afectaba tanto como debería. La infección se extendía más lentamente, no dolía tanto, me curaba más rápido; sin embargo, eso no significaba que estuviera bien.

Tapé mi herida otra vez con las vendas, y me cambié la camiseta.

Mis párpados pesaban, y me tumbé lentamente sobre la cama. Por lo menos, hoy no pasaría la noche en la enfermería.

Un grito hizo que abriera los ojos de golpe. 

Percy. 

Me levanté tan rápido como pude, aunque me tuve que sentar otra vez debido al mareo. Me volví a levantar con el segundo grito. Estaba pidiendo ayuda.

Salí de la cabaña, acercándome a la playa, desde dónde venían los gritos. Vi a Annabeth y Tyson acercarse corriendo, pero yo no pude ir más rápido.

—Percy ¿qué...? — pregunté cuando llegué

— Estoy bien. No os he llamado.

— Estabas gritando.

—Escucha —dijo—. No tenemos tiempo.

Nos contó su conversación con Hermes. Las vitaminas, los petates, las culebras.

𝗦𝗜𝗟𝗩𝗘𝗥 𝗠𝗢𝗢𝗡 ☾︎ Percy JacksonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora