• 𝐏𝐄𝐑𝐂𝐘 𝐉𝐀𝐂𝐊𝐒𝐎𝐍
𝐀𝐋𝐄𝐍𝐀 𝐈𝐕𝐀𝐍𝐎𝐕𝐀 viaja al Campamento Mestizo por petición de su madre para alejarse de su pasado y conocer una parte importante de su vida, sin saber lo que ese verano en el campamento le cambiaría tanto su futu...
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возвращены в лагерь
▪︎ 𝐃𝐄𝐕𝐔𝐄𝐋𝐓𝐀 𝐀𝐋 𝐂𝐀𝐌𝐏𝐀𝐌𝐄𝐍𝐓𝐎
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Alena
— Una, dos y... — conté hasta tres para ayudar a Nicolas a subir en un centauro. Él apoyó las manos en el centauro, asegurándose de estar bien sentado. Le mandé una sonrisa cuando alzó la cabeza.
— ¿Vas a venir dentro de poco? — me preguntó.
—Sí. Pasaré unos días en el campamento e iré a visitarte. Tendré que volver al campamento después, pero ya sabes que hacer si pasa algo. — Me puse de puntillas para darle un beso en la mejilla con cariño — También me puedes llamar si tienes pesadillas, pero Rebecca y Mattheo cuidarán bien de ti, ¿vale?
Nick asintió con la cabeza un par de veces. Le cogí la mano para impedir que se rascara un dedo de manera impulsiva — como yo lo hacía muchas veces — y entrelacé sus dedos con los míos.
Sus ojos se deslizaron a lo míos, y me apretó la mano con nerviosismo.
— Alena —me llamó Annabeth desde un centauro a unos metros de mí.
Giré la cabeza hacia Nick y le apreté la mano en forma de apoyo. Me separé de él y el centauro y le indiqué con un asentimiento de cabeza que podían irse.
Di la vuelta, yendo hacia donde Quirón con Percy encima, y otro centauro con Annabeth y Grover esperaban.
En silencio, me subí a Quirón en un movimiento ágil, pasando una de las piernas por el otro lado del centauro y con las manos apoyadas en su lomo. Me acerqué a la espalda de Percy, cuyo corazón latía desbocadamente.
Fruncí el ceño, preocupada porque pudiera estar teniendo un ataque de pánico, pero no tenía la respiración agitada ni los ojos nublados. De hecho, aunque estaba nervioso, parecía un poco feliz.
¿Me has echado de menos?
Sacudí la cabeza, y apreté los labios para ocultar una pequeña sonrisa.
Ni un poco.
Mentirosa.
Me detuve de rodar los ojos cuando Annabeth se giró para mirarme. Alzó las cejas con inquisición, pero yo le envié una sonrisa inocente a lo que puso los ojos en blanco.
—¿Listos? —nos preguntó Quirón. Echó a galopar en cuanto un susurro afirmativo apareció de los labios de Percy.