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совещание

▪︎ 𝐑𝐄𝐔𝐍𝐈𝐨́𝐍

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Percy

Annabeth se ofreció para ir a investigar ella sola, ya que tenía la gorra de invisibilidad, pero la convencí de que era demasiado peligroso. O íbamos todos juntos o no iba nadie.

—¡Nadie! —votó Tyson—. ¡Por favor!

Al final nos acompañó, aunque comiéndose las enormes uñas de puros nervios. Nos detuvimos en el camarote un momento para recoger nuestras cosas; pasara lo que pasase, no pensábamos quedarnos otra noche a bordo de aquel crucero lleno de zombis, por más que tuviesen un bingo de un millón de dólares. Comprobé que llevaba a Contracorriente en el bolsillo y que las vitaminas y el termo de Hermes estaban a mano en mi petate; no quería que Tyson cargara con todo, pero él insistió y Annabeth me dijo que no me preocupara. Tyson podía cargar tres petates al hombro con la misma facilidad con que yo llevaría una mochila.

Nos deslizamos por los pasillos hacia la suite del almirantazgo, siguiendo los planos de « Usted está aquí» que había por todo el barco. Annabeth iba delante, invisible, explorando el terreno. Nos escondíamos siempre que pasaba alguien, pero la mayoría de la gente que vimos eran pasajeros con ojos de zombi.

Acabábamos de subir las escaleras de la cubierta 13, donde se suponía que estaba la suite del almirantazgo, cuando Annabeth nos dijo en un siseo:

—¡Escondeos! —Y nos metió a empujones en un cuarto de la limpieza. Oí a dos tipos que venían por el pasillo.

—¿Has visto a ese dragón etíope en la bodega? —dijo uno de ellos.
El otro soltó una risita.

—Sí, es espantoso.

Annabeth era todavía invisible, pero me apretó el brazo con fuerza. Me pareció reconocer la voz del segundo tipo.

—He oído que tienen dos más en camino —dijo aquella voz conocida—. Si siguen llegando a este ritmo, colega, no va a haber color...

Las dos voces se fueron apagando por el pasillo. Miré a Alena, que tenía los ojos un poco abiertos de la sorpresa.

—¡Ése era Chris Rodríguez! —Annabeth se quitó la gorra y se hizo visible. Sin embargo su mirada se dirigió a Alena.—. ¿Te acuerdas? De la cabaña once.

Recordaba vagamente a Chris del verano anterior. Era uno de aquellos campistas de origen indeterminado que se habían quedado varados en la cabaña de Hermes porque su madre o su padre olímpico no los había reconocido. Ahora que lo pensaba, me daba cuenta de que este verano no había visto a Chris en el campamento.

𝗦𝗜𝗟𝗩𝗘𝗥 𝗠𝗢𝗢𝗡 ☾︎ Percy JacksonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora