Capítulo 22: Azul acero.

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Hola, lector bonito.

Antes de que te aventures a leer este nuevo capitulo debo advertirte que es explicito y utiliza un lenguaje soez, si no te gusta ese tipo de narrativas lo puedes saltar sin problemas.

Con amor: Luna


✿✿✿

― ¿Que traes puesto, pequeño travieso? ― preguntó Lorcan cuando Dexian tomó la llamada, en su pantalla se materializó la imagen de su hermoso rostro, que se encontraba brillante por el sudor y sonrojado hasta las orejas. El alfa se sentó en su escritorio, conectó su celular con su computador para ver el video mucho más grande y tener las dos manos libres, y se puso sus audífonos inalámbricos.

―Solo traigo... el pantalón de mi pijama― contestó el chico con un tono de voz bajo y atropellado, estaba tan nervioso como se ponía cuando lo tenía frente a frente y lo hacía sentir como un niño mimado, el tono de su voz grave bastaba para hacer que le fallaran las facultades mentales y se olvidara hasta de cómo respirar con normalidad. ―No lo puedo ver― comentó, al notar que en su celular solo se visualizaba un fondo negro, sin ningún rastro de su hombre.

―No te lo has ganado, bebé, esta vez solo solo yo te veré a ti ― contestó el alfa recargando su peso hacia atrás en la silla para acomodarse mejor. ―Coloca tu cámara en el mismo lugar desde donde te tomaste la foto, quiero verte completo―

―Como usted diga...― contestó Dexian con un tono ahogado y se dispuso a ejecutar la tarea de inmediato, tenía el trípode de su móvil colocado en su lugar así que solo se acercó y lo introdujo en el centro con cuidado. ― ¿Así está bien? ― preguntó, alejándose hasta posicionarse justo en el centro de su cama, quería protestar porque le estuviera quitando la posibilidad de poder verlo, pero por alguna razón estuvo seguro de que no debía decir ni una sola palabra al respecto.

―Es perfecto― dijo el alfa. ―Colócate en la misma posición de la foto―.

Dex acató la instrucción a prisa, se colocó de lado y se sentó sobre sus piernas con la espalda arqueada dejando las manos sobre sus muslos. La sensación de los ojos de su alfa atravesando la lente de la cámara hasta llegar a su cuerpo le generaba un hambre de besos atormentante, y sin embargo se quedó muy quieto, esperando en su posición.

― ¿Llevas algo bajo tu pantalón de pijama? ― preguntó el alfa, enfocado por completo en el hermoso cuerpo de su omega, ese que estaba tan ansioso de penetrar hasta los huesos.

―No, señor, nada más― contestó el jovencito con los ojos cerrados y el corazón palpitando tan rápido como una lluvia estrepitosa.

Lorcan sonrió ligeramente ante la respuesta de su chico, le parecía tan erótico que hiciera ese tipo de cosas por simple instinto, sin tener idea de lo mucho que le jodía el control imaginar que ese fino pantalón blanco reposaba directamente sobre su delicada piel. Su erección estaba creciendo en su entrepierna hasta la bastedad, pero mantenía las manos sobre los reposabrazos de la silla sin ninguna intención de brindarse atención a sí mismo. ― ¿Y por qué no llevas nada más? ― preguntó, con la misma sonrisa maliciosa dibujada en su rostro.

―Pensé que... a usted le gustaría― contestó el chico con la mirada en el suelo. Era tan natural para él estar allí, semidesnudo y arrodillado frente a la cámara de su celular, rogando a los dioses porque su alfa le pidiera hacer muchas cosas más, ansioso por desprenderse de su propia dignidad y entregársela por completo en las manos, y suplicando para que hiciera con ella lo que sea que quisiera por el resto de su vida.

Y todo ardía en azul ❀ By LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora