Y todo ardía en azul ❀ By Luna

Capítulo 12: Autorretrato.

Varias horas después, muy tarde en la noche, Lorcan se sentó en el sofá central de su sala de estar, estaba descalzo y solo llevaba un pantalón de pijama largo de color blanco, la fina tela de algodón permitía que el frescor de la noche llegara sin problemas hasta su acalorada piel. Se acomodó en el respaldo del sofá y continuó hojeando el bloc de dibujo por varios minutos más, le gustaba imaginar que cada una de las imágenes que le devolvía el bloc, habían sido elaboradas desde cero por las bonitas manos de Dex.

Cerró el cuaderno de golpe y una sonrisa inesperada se apoderó de su rostro impasible. Dexian, Dex, el hermano menor omega de su mejor amigo, Dexian de Lanirox. Era tan inexplicable para él cómo ese chico lograba coaccionarlo sin siquiera intentarlo, sus profundos ojos verdes no salían ni por un segundo de su mente y sus labios gruesos y sonrosados lo estaban llevando a un nivel de locura antes desconocido para él.

Lo había intentado, por supuesto que lo había intentado, pero su aguante había llegado a su franco límite. Lamentaba mucho el hecho de que su deseo por Dexian resultara desfavorable para los planes de Adara y más aún lamentaba tener que pasarle por encima a las preocupaciones de Theon, pero las cosas no podían ser de otro modo.

Le gustaba Dex, le gustaba demasiado, era como si su aroma tuviera una especie de alucinógeno super potente que lo llamaba a beber de él hasta las últimas consecuencias. Y ya no podía hacer ninguna cosa para evitarlo.

«Tengo una asignación pensada para ti, precioso. Si la cumples bien, te devolveré el bloc». Mensajeó, por medio de la aplicación de mensajes instantáneos que él mismo había desarrollado.

«Haré lo que sea que usted me pida, Sr. Xerac, solo dígalo». El alfa vio las palabras aparecer en su buzón demasiado a prisa, como si el joven hubiese tenido el chat abierto desde antes. Sonrió de lado y se recostó un poco más sobre los suaves cojines de su sofá, consciente de que podrían sentirse mucho mejor si tuviera a ese pequeño y dulce omega sobre su cuerpo.

«Quiero que hagas un nuevo retrato para mí». Escribió.

Dexian tenía el celular entre sus manos y la inmensa expectación que sentía ante la petición que le haría su alfa lo estaba volviendo loco. Estaba presto a todo, lo que fuera, cualquier cosa que quisiese. Deseaba existir solo para hacerlo feliz, deseaba vivir solo para cumplir cada uno de los deseos que tuviera Lorcan Xerac, por siempre.

Pero por alguna razón, se sintió solo un poco decepcionado con la asignación que recibió. Había esperado que le pidiera verlo una vez más, que le dejara tocarlo de nuevo, o tal vez un nuevo beso. Pero al final sonrió satisfecho y apretó las teclas para escribir, porque sí, jamás se cansaría de pintar para su hombre, aunque pasaran millones de años.

«Claro que sí, podría pintarle el mundo entero si me lo pide». Escribió, sonriente y embobado, con el corazón latiendo en su pecho a una velocidad impresionante. «¿Cuáles son las especificaciones?»

«Quiero un cuadro de tu boca, Dex» escribió el alfa y se humedeció los labios con la lengua al imaginar aquellos labios que le gustaban tanto. «Utiliza un lienzo rectangular de un metro de ancho y hazlo solo en escala de grises. Quiero que me lo entregues mañana mismo, pasaré a recogerte a tu escuela a las 11:00 A.M».

Dexian se puso de pie de inmediato y corrió hasta el almacén de materiales de su madre para indagar entre los lienzos disponibles. Un lienzo rectangular de un metro de ancho era demasiado grande, no estaba seguro de que tuvieran uno en casa y las tiendas a aquellas horas ya se encontraban cerradas.

Estaba angustiado, el solo hecho de pensar que no podría cumplir con lo que Lorcan le estaba pidiendo le causaba una inmensa desesperación, pero por la gracia de todos los Dioses del reino, encontró un lienzo perfecto tras una enorme tela blanca extendida.