M. P. C. S

Capítulo 3.5

Simplemente me congelé. No había dolor en mis nalgas.

Jeong Jihyeok chupó profundamente mi cuello como si fuera a marcarme. Ya que no me penetró, no hay manera de que quede marcado, pero mi cuerpo tembló de todos modos. Él me abrazó más fuerte, incluso sacando la mano que me tapaba la boca.

Los labios húmedos y el aliento caliente de Jeong Jihyeok se filtraron. Luego, levantó los dientes y me mordió el cuello.

— Ngh...

Mi cuerpo congelado se derritió y salió un gemido bajo. En ese momento, Jeong Jihyeok empujó mi cuerpo.

Me caí al suelo. Había una alfombra suave, pero las fibras perforaban mi trasero como un punzón. Mientras temblaba de dolor con un pequeño gemido, Jeong Jihyeok se acercó a mí y me abrazó.

—¿Usaste feromonas en mí?

Su voz era áspera. Me tiró, pero parecía avergonzado.

Por supuesto, no se avergonzó porque me empujó y caí al suelo. Jeong Jihyeok se mordió el labio con disgusto. Parecía como si quisiera frotarse los labios de inmediato si tuviera las manos libres.

—No. No lo usé. Lo bloqueé firmemente. Me encargué de eso.

No quería que Jeong Jihyeok me malinterpretara por seducirlo y tenía miedo de las sanciones. Sacudiendo desesperadamente la cabeza en negación, me miró en silencio y soltó las palabras.

—¿No puedes mantenerte centrado?

Era como si me hubiera empujado porque hice algo mal.

—Lo siento.

Pero si es Jeong Jihyeok, entonces ese es el caso. En un día aprendí la postura que debe tener un esclavo.

Jeong Jihyeok me miró a la cara.

—Amo.

Agregué rápidamente las palabras que faltaban. Luego, nervioso, miré hacia el suelo. Si me lanza otra vez, tengo que aterrizar correctamente. Si Jeong Jihyeok tiene un poco de malicia, podría tirarme al piso de mármol en lugar de la alfombra.

—Agárrate del hombro. Para que no te caigas.

—Está bien...

—Espera.

—Sí, amo.

Rápidamente puse mi mano en su hombro ante una orden brusca. Luego, Jeong Jihyeok subió las escaleras. El dolor en las nalgas se transmitía con sólo sacudir mi cuerpo. Sin embargo, me mordí los labios e impidió que salieran gemidos dolorosos.

Bajé la cabeza mientras sostenía el hombro de Jeong Jihyeok y vi que mi pene se estremecía. El pilar rígido brillaba por el líquido.

¿Por qué diablos mi pene está erecto? El cálido aroma corporal de Jeong Jihyeok envolvía mi cuerpo. Sin embargo, no podía descartar que sea por el olor de alfa. Estaba parado incluso antes de abrazarlo así. ¿Está levantado por la estimulación con los azotes? ¿O por el lápiz? De cualquier manera era patético.

Lentamente bajé una mano para cubrir mi pene, pero Jeong Jihyeok habló con frialdad.

—Sostente.

—Sí...

Después de subir las escaleras, Jeong Jihyeok pasó por mi habitación y se dirigió a su habitación.

—Mi habitación es...

Le señalé con la mano por si lo había olvidado, pero abrió la puerta.

Tragué saliva seca con tensión.