M. P. C. S

Capítulo 10.12

Ah, clavó una cuña*. Incluso la idea de inventar una excusa se esfumó.

(N.T.: Creo que significa insistir algo con fuerza, en este caso, a un compromiso firme.)

La gente tenía curiosidad, pero supongo que pensaron que era su juguete sexual o compañero de juegos. Cuando reveló que en realidad era su pareja y se mostraron escépticos, mi vergüenza surgió. Incluso Yi Gyujin, que lo sabía todo, tenía cara de estúpido.

El único que se sentía bien era Jeong Jihyeok. Con una gran sonrisa en su rostro, entró en el ascensor. Aunque era un ascensor para VIP, no pude aguantar tanto tiempo, así que lo seguí.

* * *

—¿Qué estás haciendo?

Tan pronto como entré en el coche, estallé en ira.

—Lo siento.

—¿Qué?

Aunque estaba enojado, vacilé avergonzado porque no sabía que se disculparía.

—No intentare en tener sexo en el cine la próxima vez que vayamos.

Eso era importante, pero ahora no era ese el problema.

—¡¿Qué dices?! ¿Qué vas a hacer si hay un escándalo por lo que declaraste antes?

—Me encantaría.

Jeong Jihyeok sonrió brillantemente y miró hacia el ascensor.

—¿Quieres ir al estreno? Debe haber muchos reporteros también.

—¿Qué?

—Vamos.

Realmente trató de abrir la puerta nuevamente y salir. Eso me sorprendió y agarré la mano de Jeong Jihyeok.

—¡Espera! ¿Qué piensas hacer?

—Decirles que eres mío.

—¿Qué? ¡No soy tuyo, y no digas cosas inútiles de ahora en adelante!

—Estaré bien.

—¡No puedes! Señor Jeong Jihyeok, ¡no tienes derecho a eso!

—... ¿te siente tan mal por eso?

Los ojos de Jeong Jihyeok reflejan una mirada lastimosa. Como para debilitar el corazón de una persona....

—No es que me sienta mal, pero estaba avergonzado. ¿No me dijiste que me mantuviera un secreto?

—Ya no.

—Yo quiero mantenerme en secreto.

—...

Jeong Jihyeok tocó el anillo en mi mano y encendió el motor en silencio.

El ambiente se volvió incómodo en un instante. Luego, mi teléfono en mi bolsillo vibró y revisé el texto.

[ ¡Min Seojun, vas a morir! ¡Sucio Omega bastardo! -H ]

Era un número desconocido. El contenido en sí era común. Me dicen este tipo de palabras una y otra vez desde que surgí como omega. Sin embargo, sentí un escalofrío.