Capítulo 5.2

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—¡Haa~, si haces esto...!

No podía quedarme quieto, y tampoco podía alejarlo. Sin saber qué hacer, retorcía mi cuerpo, pero Jeong Jihyeok seguía chupando mi pene con más fuerza.

Jeong Jihyeok sostiene mi pene en su boca. Cuando sentí su cálida pared interna, su lengua suave y sus labios masticables, sentí que me estaba volviendo loco de éxtasis.

—ha~, de-detente... me vengo.

Jeong Jihyeok lamió la punta de mi pene y luego abrió la boca.

—¿No es demasiado rápido?

—Lo siento.

—¿Te gustó?

—No bromees.

Cuando lo dije con firmeza, Jeong Jihyeok frunció el entrecejo.

—¿Tienes que ser tan ingenuo?

—Usualmente lo soy.

'Te considero como un esclavo, pero te gusta.' Si dice algo como esto, recibirá una bofetada en esa mejilla y no tendrá un color normal. A menos que sea un tonto como yo, no hay manera de que le gustará.

—No me gusta.

Jeong Jihyeok refunfuñó, pero no pidió nada más. No es una persona lo suficientemente torcida como para ordenar que me gustara.

—Mira hacia abajo.

—Sí.

Me puse la máscara antimarca de la mesa auxiliar de inmediato y me puse en posición.

Jeong Jihyeok tocó su pene rígido. Luego, metió su dedo con una mezcla de saliva y fluidos glandular, en mi ano.

—Puaj...

Mi cintura estaba doblada, pero di fuerzas para no romper mi postura. Jeong Jihyeok tocó la pared interior, luego chasqueó la lengua y se giró.

—Parece que se vuelve más estrecho después de ensancharlo al máximo. Es realmente un drama histórico, un drama histórico de larga duración.

—Lo siento.

Me puso la camisa y me dió un beso desde la espalda. Después de besarme en un estado de adicción a las feromonas, Jeong Jihyeok dejó de hacerlo. Sin embargo, derramó besos en lugares distintos a la boca.

—¿No puede ser mañana?

—...

El plazo se ha reducido aún más esta semana. No me sentía confiado, así que cerré la boca, pero Jeong Jihyeok me acarició la cabeza.

—No tengas miedo. No sucederá como la última vez.

—Lo siento.

Jeong Jihyeok me besó en mis nalgas profundamente y luego se disponía a guardar el gel en la mesita de noche.

— Este, ahí...

—¿Estás lastimado?

—No. No es eso... ¿Tal vez pueda ponerme el equipo que me dieron en el hospital?

—¿Te sienta más cómodo eso?

—... no lo sé. Pero bueno, eso podría...

Mi voz se apagó porque no podía pensar en las palabras, Jeong Jihyeok me ayudó a levantarme.

—Dilo. Está bien.

Una cara perfecta y hermosa estaba justo frente a mí hasta el punto de que podría ser una pintura o un CG*. Mientras sus ojos negros me miraban fijamente, no salieron más palabras.

M. P. C. SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora