M. P. C. S

Capítulo 6.8

—¡Uh-huh!

Torcía mis muñecas, pero era en vano. Traté de liberarme de alguna manera, pero Jeong Jihyeok tomó mis manos y me detuvo.

—No lo fuerces. Te lastimarás.

Dulce. Su voz, olor corporal y su cuerpo eran tan dulce que me estaba volviendo loco. Las feromonas de Jeong Jihyeok se sentía más fuertes. Todo mi cuerpo temblaba de éxtasis.

Sonó una advertencia en mi cabeza de que no debía hacer nada con él, pero desapareció con el elegante aroma de las feromonas.

—haa, nhm...

Intenté llegar a él. Por supuesto, no pude porque estaba atado.

—Min Seojun, ¿qué quieres?

—Ugh, más.

—¿Así qué?

—Quítame...

Sentía calor, así que quería me quitara la ropa. La palabra corta no salió correctamente. Sentía mi lengua pegada y luego, un metal frío tocó mi estómago. Unas tijeras estaban cortando suavemente la camiseta.

La camiseta blanca se cortó por la mitad, y las mangas también fueron cortadas y tiradas al suelo. Era una prenda que me gustaba. El pensamiento de arrepentimiento cruzó brevemente por mi mente, pero rápidamente desapareció.

Jeong Jihyeok frotó mis pezones con el lado romo de las tijeras. El toque frío y el miedo a ser cortado me hacía estremecer hasta mi parte inferior.

El lado ancho de la tijera presionó los pezones y bajó hasta mi estómago. Y comenzó a cortar los pantalones.

Tenía que desatarme las muñecas para quitarme la camiseta, pero él pudo quitarme los pantalones rápidamente. Sin embargo, Jeong Jihyeok no utilizó sus manos.

—¡Uck!

La hoja de la tijera bajó hasta los tobillos y un trozo de tela negra fue arrojado al suelo. Jeong Jihyeok subió las tijeras lentamente. La fría hoja de metal se deslizaba por mis pantorrillas, rodillas, muslos y rozó mis glúteos.

La hoja de la tijera se cernió lentamente sobre la ropa interior y de repente presionó en el medio.

—¡hump!

Esta vez, no cortó mi ropa interior de inmediato. Las tijeras que se clavaron entre la ropa interior y mi estómago se abrían y se cerraban amenazadoramente, y la punta desafilada tocó mi pene erecto.

—Uhg... ¡A-amo!

—¿Qué debería hacer ahora?

—¡Deshazte de las tijeras...!

—Si no uso las tijeras, tengo que utilizar mis manos. No te gusta que te toque, ¿verdad?

—Con tus manos...

Negué con la cabeza. Quería que Jeong Jihyeok me tocara directamente, en lugar de un temible instrumento. Jeong Jihyeok dejó las tijeras. Pero me miró con los brazos cruzados y no me tocó. Mi cuerpo estaba caliente. Las feromonas se apoderaron de mi cuerpo. La razón se estaba saliendo de control.

—haa....a-amo.

—¿Qué?

—¡Hazlo, hazlo...!

—¿Qué debería hacer?

Las comisuras de sus labios se curvaron. No parecía satisfecho. Quería que me tocara rápido... El calor me estaba matando. Rápido, rápido...

—Rápido...