10 años después
El bosque de la manada Park era extenso. Lo suficientemente extenso para recorrerlo en corto tiempo estando en su versión humana. Tenía demasiada vegetación y si no se le conocía de manera adecuada, llegaba a ser una trampa mortal para cualquier persona que intentara internarse en él. El bosque no solo servía como refugio para los animales salvajes, sino también servía como una conexión entre el pueblo principal y los pequeños pueblos aledaños cercanos a las fronteras de la manada. Si alguien deseaba llegar hasta la frontera de manera ilegal, primero debía atenerse al peligroso bosque nocturno del cual pocas personas habían logrado escapar, tras la llegada de varios animales salvajes a la zona. Era difícil hacerlo, pero no resultaba de igual manera para los residentes natales de la manada Park, pues estos manejaban muy bien los caminos del bosque y se orientaban con demasiada facilidad por este lugar.
El nacer dentro de esos territorios les permitía conocer perfectamente el camino de ida y vuelta en el bosque, por lo que no significaba un problema para los residentes. Ni tampoco significaba peligroso para ciertos príncipes que se alejaban de su hogar para tener un pequeño juego de supervivencia fuera de la vista de sus padres. Mientras los mayores se ocupaban de la importante celebración que se daría esa tarde, un alfa de dieciocho años corría por el extenso bosque, junto a su compañero para escapar de sus captores.
―En el árbol ―indicó el alfa―, escondámonos en el árbol.
Una flecha siseó justo al lado suyo, mientras intentaba halar el brazo de su compañero para situarlo detrás del árbol. Unas pisadas se escucharon alrededor, llamando su atención por completo. Observó a su compañero a un lado y le indicó que usara el espejo de su bolsillo para observar el reflejo del hombre que estaba siguiéndolos. Este asintió de inmediato y colocó el espejo de manera estratégica para reconocer la posición de su contrincante. La imagen pronto se materializó como reflejo, siendo la figura de un alfa lo primero que ambos captaron.
―¿Está solo? ―cuestionó el mayor.
―Sí, completamente solo ―le dijo su compañero.
―Perfecto.
El alfa templó el arco con rapidez y tomó una de las flechas que guardaba en su espalda. Estas no eran letales, por lo que no sería problema tirarla en cuanto su objetivo estuviese enfocado. Observó nuevamente por el espejo en qué dirección se encontraba, escuchó las pisadas del enemigo y, tras lanzar un suspiro, por fin dio la cara. Se puso de pie y tiró la flecha en dirección de su contrincante, quien lo esquivó de inmediato. Al mismo tiempo, el alfa se alejó unos centímetros cuando una flecha fue directamente a su rostro, esquivándola con poco esfuerzo.
El enemigo recién encontrado sonrió en grande y sacó su espada, mientras se ponía en posición para atacar.
―Ya es momento de terminar con esta persecución, Yongshik ―le dijo el alfa enemigo.
―Lo mismo digo Wooyoung ―respondió, sacando su espada por igual.
Ambos alfas se miraron de forma retadora, tanteando el terreno bajo sus pies para moverse con libertad. Sus sonrisas arrogantes incendiaron el pequeño fuego naciente en sus corazones debido a la rivalidad que mantenían, pero fue la subestimación del otro lo que terminó por pactar dicho enfrentamiento. Yongshik se movió primero, tratando de darle un golpe certero con su espada en el pecho, pero Wooyoung fue más rápido esquivándolo. El manejo de la espada era algo en lo que ambos fallaban muy a menudo, debido a su posición de alfas, pero siempre lograban encontrar una manera divertida de entrenar, como en aquel momento.
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Don't go way ; ggukmin.
Fanfiction[Omegaverse] «Jimin piensa que los dioses no le han concedido la gracia del amor, pero sus temores se desvanecen cuando, una noche de lluvia, se encuentra con un alfa y dos bebés, quienes llegan a cambiar su vida de manera hermosa.» ● Historia Ori...