01. El desdichado omega solitario.

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Jimin pateó las piedras que se le cruzaban en el camino con molestia. Observó a su alrededor y solo pudo encontrarse con la mirada burlona de los demás, quienes lo juzgaban por el papelón presenciado minutos atrás. El omega se hallaba enojado por haber sido acorralado de esa manera, en un evento público, después de decirle que no miles de veces al tonto alfa que intentaba cortejarlo desde hacía unos meses. Le parecía sumamente patético tener que insistir de esa manera, pero le resultaba aún peor que el hombre, en lugar de entender un no como respuesta, haya planeado un espectáculo para pedirle ser su omega, frente a cientos de personas.

En un inicio, el omega pensó en decirle que sí, solo para que no pasase vergüenza semejante, y después, cuando estuviesen solos, decirle que en verdad no quería salir con él. Sin embargo, dadas las circunstancias, y el tremendo narcisismo del alfa, se inclinó por rechazarlo en frente de todos, sin importarle sus sentimientos en absoluto. Eso, por supuesto, enfureció tanto al mayor que intentó obligarlo a aceptar de cualquier manera. Jimin no pudo hacer más que usar la defensa personal para noquearlo y romper el cartel vergonzoso que había hecho para él.

Los demás pobladores, en lugar de apoyarlo, lo juzgaron duramente, pues creían que había sido un buen gesto para conquistarlo y no debía ser tratado así. Jimin solo se quedó en silencio y se retiró de la plaza, molesto, avergonzado y sumamente cansado de ese tipo de eventos. Le parecía verdaderamente estúpido que todos intentaran buscarle una pareja a esas alturas de su vida. Tenía apenas 20 años y había tenido dos noviazgos pasados que no fueron más allá por deseo del propio Jimin, quien no los sentía los alfas adecuados para formar una familia.

―Malditos idiotas ―dijo con molestia―, ¿por qué tanto empeño en conseguirme pareja? Ya se decidió que mi primo sucederá a mi papá. No tienen que meterse más en mi vida.

No era la primera vez que los pobladores hablaban sobre su soltería. Ese asunto rondaba en su vida durante muchos años. Desde que tuvo su primer celo para ser más exactos. Muchos esperaban que el príncipe de la manada consiguiera un novio afortunado y le diera a la corona un hijo que pudiera competir por el trono en algún momento, pero a Jimin poco o nada le interesaba reinar. Nunca le interesaron los asuntos políticos de la manada, más allá de las obras de caridad que hacía con su madre, por lo que casarse solo para complacer a la corte no era algo que estuviera en sus planes.

Jimin quería una vida tranquila, como la tuvieron sus padres antes de ascender a ser líderes. Deseaba una familia pequeña y una casa al final del pueblo, alejada del centro, para tener la paz de la que había gozado sus primeros años y para no tener nada que ver con la vida política que pronto quedaría en manos de su primo y el prometido de este.

Su deseo fue ese por mucho tiempo, por lo que su padre no dudó en regalarle una hermosa cabaña en el inicio del bosque aledaño, lejos del pueblo, y rodeado de la naturaleza que le permitía salir a correr en su forma lobuna con total libertad. A pesar de las habladurías del pueblo por su vida tan solitaria y libertina, Jimin amaba su pequeño espacio, por lo que nunca invitaba a su cabaña a nadie que no fuese de su confianza.

«Prefiero ser tildado como descortés por no invitarlos a entrar antes que escuchar sus mil y un comentarios malintencionados sobre mi estilo de vida o mi cabaña», decía siempre.

Fue así como Jimin vivió su vida los últimos años: solo, tranquilo y lejos del pueblo. Al principio, le fue bien estando de esa manera, sin embargo, conforme pasó el tiempo y vio a varios de sus amigos formando sus propias familias, se dio cuenta de que deseaba con todo su corazón tener algo así.

No solo se refería a conseguir pareja, por supuesto, sino también a tener hijos. Jimin amaba mucho a los niños y su mayor sueño era tener uno. Quería verlo crecer a su lado, quería enseñarle varias de sus habilidades y formarlo en los mismos valores que sus padres le habían formado. No existía mejor destino para él que tener una pequeña familia de la cual sentirse orgulloso, pero no quería hacerlo solo por la presión de conseguir un esposo, quería hacerlo por sí mismo, por amor.

Don't go way ; ggukmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora