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"Austin Marcus".

-Yo...

¿Qué sentía por él?, ¿Nada?.

No, eso es imposible, Tom hace que los latidos de mi corazón se aceleren, eso no podía negarlo, pero no haría sentir mal a Lily, ella le quiere y yo no seré aquella persona que se interponga entre ambos.

-No, nada. -¿Qué te hace pensar eso?.

Me reí nerviosa pero un fuerte cierre de puerta nos dejó sin aliento, volteé rápidamente a ver de que se trataba, pero no era nada, seguramente habría sido el viento.

-Demonios... -susurró Maggie. -Cada día odio más a este estúpido viento.

Me quedé observando a la puerta, ¿El viento es tan poderoso?.

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Me volví a su hogar para preguntarle algo, si es que sintió exactamente lo mismo que yo cuando besé sus labios y ella se apoderó de los míos, pero entonces, oí algo que logró llamar mi atención.

-Emma...

Me llamó Lily.

-Dime. -respondió ella.

-¿Tú... tú sientes algo por él?.

Lily cuestionó, yo me encontraba oculto tras de su puerta de entrada semi abierta.

-¿Por Tom?. -respondió en forma de pregunta.

-Sí, y por favor... sé sincera.

-Yo...

Nadie habló durante aproximadamente quince segundos.

-No, nada. -¿Qué te hace pensar eso?. -rió Emma.

Una furia incontrolable se apoderó de mi cuerpo.

¿Nada?, ¿Absolutamente nada?.

Y yo como un completo idiota a sus pies.

Cerré la puerta de golpe y me eché a correr, abrí la puerta de mi vehículo y conducí a toda prisa por las calles, tenía la mirada fija sobre el camino y mi ceño fruncido.

Finalmente una chica lograba encender aquel sentimiento en mi ser y descubro que ella no sentía absolutamente nada.

Llegué a mi apartamento y maldije en voz baja, que todo se vaya a la mierda.

Tiré las llaves sobre la mesa con fuerza, me dirigí a mi cuarto donde encendí el televisor y me quedé durante horas observándolo, cosas aburridas, nada interesante, hasta que una llamada irrumpió el aburrimiento.

Observé la pantalla iluminada de mi celular, número desconocido.

-¿Hola?.

Le dije cuando contesté.

-¡Tom!, ¡Ven rápido!.

Me exclamó una voz femenina.

La reconocía, era aquella amiga de Emma.

-¿Maggie?. -dije confundido.

-Sí. -Tom, ven ahora por favor, ¡Algo le ocurre a Emma!, ¡Es grave!. -gritó.

-Claro.

Le corté la llamada y me dirigí a la puerta de casa, diablos, ¿Qué mierda ocurrió ahora?.

𝘀𝗶𝗰𝗸𝗹𝘆 𝘀𝘄𝗲𝗲𝘁 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora