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"Tommy".
Martes:
Oí el molesto sonido del despertador y con pereza me levanté.
-Señorita Emma. -Ya es hora.
Me habló Caroline, una de las criadas en casa, entrando a mi habitación.
-Claro. -Gracias Caroline. -sonreí. -Por cierto, llámame Emma, eso de: "Señorita" me hace sentir vieja.
Me reí.
-Como digas Emma.
Me guiñó a lo que carcajeé aún más.
-Bien. -extendí mis brazos y piernas. -Iré a asearme, discúlpame.
-Está bien.
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Tomé unas cuantas toallas y me dirigí al cuarto de baño.
Tras bañarme, vestirme y comer algo fuí directamente hacia la escuela, donde, al divisar a Lily, me encontré con una escena que no me agradó apreciar mucho.
Hablaba con Tom y sonreía cuando el abría la boca.
Pero...
¡Alto!, ¿No le tiene temor?.
Además, ella solo sonríe a un chico cuando le gusta, y eso no es nada bueno.
Una extraña sensación recorrió mi cuerpo, me sentía furiosa, pero no veía la razón.
Comencé a acercarme donde ambos se encontraban, pero a pleno camino, descubrí que fue aquel sentimiento de furia.
Celos.
Pero, ¿Por qué?.
-Lily.
Le llamé mientras colocaba una de mis manos en su hombro.
-¡Emma!.
Me volteó sonriente y me rodeó con sus brazos, formando un abrazo.
-¿Qué haces con él?.
Le murmuré a su oído.
-¿Con Tommy?.
Diablos.
¿Desde cuando le llama Tommy?.
-¿No le temías?.
Le interrogué confundida.
-Eso es tiempo pasado Emma. -rió.
-Ayer...
Le susurré a penas audible.
Observé a Tom, quien tenía sus ojos clavados en mi persona de una manera fría.
