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"¿Son novios?".
-Ha sido muy divertida esta noche, una de las mejores. -sonreí.
-También la mía. -sonrió y mordí mi labio inferior. -Hasta mañana, te quiero. -dió un beso fugaz sobre mis labios.
-Adiós Kaulitz. -sonreí y él rió. -Te quiero.
Cerré la puerta con lentitud y luego dí la media vuelta, mamá estaba ahí mirándome de brazos cruzados y con una sonrisa pícara, ¿Qué hacía ella aquí?.
-¿Qué?. -pregunté fría.
-¿Él no es el niñito del otro día?.
Me cuestionó con una sonrisa amigable.
-Tom, mamá. -Tom.
-¿Son novios?.
Me ruboricé y apreté mis labios para no decir nada.
-¿Te importa?.
Le cuestioné con fastidio, intentando ocultar mis mejillas sonrojadas.
-Emma. -me dirigí a las escaleras. -Emma estoy hablando contigo. -me llamó.
-¿Qué quieres?
-Necesitamos hablar madre a hija.
-¿Para qué?. -fruncí el ceño.
-Lo siento...
Mamá se disculpó.
¡Esperen!, ¿Qué?.
-Siento culparte de la muerte de tu padre, siento no estar ahí cuando más lo necesitas siento todo lo que ocurrió entre nosotras.
Le miré incrédula, no podía alejar mi vista de ella, quien estaba seria.
Sus ojos derramaban lágrimas y parecía sincera.
-Quiero, quiero que confíes en mi, y yo en tí...
Ella sollozó.
-Yo, yo no lo sé...
Le articulé luego de unos minutos.
-Por favor.
-Son doce años perdidos, en doce años me has hecho la chica más infeliz de todo el universo.
Le dije en un hilo de voz, no podría ocultar las lágrimas por mucho tiempo.
Se acercó a mi, que me encontraba tres escalones más arriba del suelo, y me rodeó con sus brazos maternales.
No logré evitarlo, lloré y copié su acción.
-Lo siento.
-No lo repitas, pareces una radio trabada. -reí entre lágrimas. -No te preocupes, te perdono. -sonreí.
-Me alegro.
Nos alejamos unos centímetros.
-Pero aún creo que necesitamos algo de tiempo, esto, no es tan fácil como crees.
-Lo sé.
Ella secó las pequeñas gotitas que corrían por sus mejillas al igual que yo.
-En fin, adiós, debo ir a dormir. -tallé mi ojo derecho.
-Buenas noches.
Me dijo ella.
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-Falleció ayer por la noche. -me informó Bill.
-¿Estás seguro?. -cuestioné atónito.
-Ví como recogían su cuerpo, ¿Cómo no estarlo?.
-¿Quién fué?.
-La verdad que no se, pero se pudrirá en la celda el malnacido.
-Ajá, la verdad, ya no me importa lo que ocurra con él.
-Haces sonar mal al momento. -reí. -Muy bien. -sonreí.
-¿Son novios?.
-Si.
-No le lastimes jamás, es como mi hermana, ¿Oíste?. -dijo él sobre protector.
-Nunca le haría algo malo a Emma.
-Lo sé, pero es una advertencia. -rió él. -Ok hay que ir a clase.
Al entrar al salón, le localicé al instante, reía junto a Gustav y Maggie, ésta última hacía gestos extraños con el rostro.
-¿Qué hay chicos?. -habló Gustav.
-¡Maggie es un aborto fallido de ardilla!.
Exclamó Emma mientras la indicaba con el dedo índice, Maggie volteó y en efecto, parecía aborto fallido de ardilla.
Bill y yo estallamos a carcajadas.
-Ok, ok. -dijo entre risas, Gustav. -Seamos serios.
De un momento a otro todos cambiamos nuestros rostros alegres a uno serio y aburrido, que duró aproximadamente dos segundos, ya que al instante reímos como enfermos mentales.
-Los peores dos segundos de mi vida. -confesé riendo.
-Lo normal es aburrido, la seriedad es una de ellas.
Me dijo Emma y sonreí.
Ella era la primera y espero, única chica, que logró enamorarme de la manera más dulce.
-Tyler falleció. -informó Bill.
La expresión facial de todos, cambió.
-¿Bromeas?. -cuestionó Maggie.
-No, ví como llevaban su cuerpo. -Gustav y yo nos encontrábamos donde ocurrió todo esto, en el pub.
-¿Qué hacían allí?.
Le pregunté enfadada, ya sabían lo que opinaba sobre ese horrible lugar.
-Fuimos... fuimos a pasar el rato. -dijo Gustav rascando su nuca.
-Ahora no tienen razones para ir, si quieren beber o algo por el estilo, tan solo, no lo sé, vayan a el lugar que se les plazca, pero no a ese vulgar sitio... -suspiré.
-¿Y qué hacías tú ayer por la noche?.
Me cuestionó Maggie a mi lado, mis mejillas se encendieron.
-Ahm... yo... yo...
Le tartamudeé mientras bajaba la mirada.
-¡Emma y Tom son novios!. -exclamó Bill con una sonrisa en cara.
Tenía las mejillas más rojas que nunca, pero no vergüenza de que mis mejores amigos lo supieran.
¿Por qué tenerla?.
Sentí el exquisito aroma de el perfume perteneciente a Tom adentrarse por mis fosas nasales, él estaba cerca de mí.
-Así es. -dijo él alegre.
-Lo veía venir. -habló Gustav riendo. -Yo estoy en una seria relación con mi reflejo, es irresistible. -reímos y subí la mirada.
Allí estaba Tom, observándome directamente a los ojos, los de él tenían un brillo hermoso que conocía más que bien.
Dió un beso fugaz sobre mis labios y sonrió, copié su acción y mi celular emitió aquel característico sonido que sonaba cada vez que un mensaje llegaba:
"Disfruta tu felicidad desde ahora, está a días de acabar.
Serás mía, cueste lo que cueste Emma Parker.
-Tyler Evans.
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