Capítulo Cuatro

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Tal y como lo prometió, Taehyung regresó a Jungkook al océano junto con la ayuda de su buen amigo el pelirrojo en la noche de esa misma tarde.

Dos semanas después, consiguió una linda pecera con muchas decoraciones para su pequeño pez, Poseidón. Lo había estado alimentando y cuidando muy bien, pues era un regalo muy preciado para él.

Esas dos semanas que pasaron no vio a Jungkook, ni siquiera fue a la orilla a media noche, sabía que él estaba buscando en cuevas, o tal vez no lo hacía y al fin había logrado deshacerse del humano. No quería pensar demasiado, solo tenía que ser paciente y esperar hasta que él lo llamara.

—¿Qué tienes? Te noto muy pensativo, ¿ya se te murió el pez?

—No, Poseidón está bien. —sostenía su mejilla con la palma de su mano.

—¿Entonces? ¿Es por el sireno?

—Tritón, Jimin. —recalcó volteando a verlo —. ¿Y si no regresa?

—Podría ser lo mejor, siento que nos metimos en algo peligroso.

—Es que... Creo que me encariñé con él —sacó levemente el labio inferior y desvió la mirada.

—Bien, esto no se puede poner cada vez peor. Todo es tan surrealista y, algo me dice que podríamos meternos en problemas si sigues viéndolo.

🌊

—Al diablo, qué bien se siente volver a nadar después de estar casi dos días enteros dentro de esa pecera de humanos. —hablaba consigo mismo mientras nadaba algunos kilómetros más hacia abajo para encontrar las cuevas más antiguas —. Son tan pequeñas y estrechas, ¿cómo podían vivir así? —se quedó quieto por un instante —. ¿O tal vez yo soy muy grande? Necesitaré a Kai, él es más pequeño y delgado.

En ese tiempo mientras buscaba las cuevas marinas, al paso logró encontrar una nueva caracola, bastante bonita, muy de su estilo y mucho más grande que la que tenía, esa que ahora le pertenecía al castaño.

La usó para llamar a Kai, pero antes nadó hasta el barco que ambos solían utilizar como hogar. De esta manera, el chico pez de cabello platinado podría saber que era Jungkook. Tocó la caracola de una forma especial que solo usaba con su amigo, luego a lo lejos lo vio nadando hacia él.

—¿Qué hay de nuevo? —se sentó al borde del barco justo a un lado del pelinegro.

—¿Podrías ayudarme con algo?

—Claro, lo que sea por mi amigo.

—Sígueme. —iba por delante dirigiendo al platinado, cuando de repente, el semblante de Kai cambió poco a poco conforme iban avanzando y reconocía el lugar en el que se iban adentrando.

—¿No se supone que no deberíamos estar aquí? Aunque las antiguas propietarias no estén, es un lugar prohibido para los tritónes.

—Lo sé, pero hay algo que debo encontrar y te necesito para que entres en las cuevas más estrechas.

—Tú en realidad quieres problemas, ¿cierto? Primero vas a la superficie y haces contacto con un humano, luego vienes aquí donde se supone que está en las reglas no hacerlo. Además, ¿qué demonios quieres encontrar aquí?

—Si te lo digo me llamarás loco.

—¿Entonces cómo planeas que te ayude?

Into The Ocean | KookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora