Capítulo Catorce

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—¡Estoy en casa! —dejó su mochila sobre la mesa —. ¿Kai?

—¡Estás aquí! —salió casi corriendo de la habitación.

—Wow, aprendiste a... Correr. ¿Te comiste todas las uvas?

—¿Uvas? ¿Qué es eso?

—Lo que había en ese plato. —apuntó el traste vacío encima de la mesa.

—Oh, yo... Lo siento. Tenía hambre y tampoco quería husmear de más tu propiedad. Fue lo único que vi al alcance y regresé de inmediato a la habitación. Temía que alguien llegara.

—Tranquilo, está bien. Fue mi error no dejarte algo que pudieras desayunar. ¿Sigues teniendo hambre? Puedo prepararte un sándwich.

—Gracias, pero estoy bien así. ¿Y tus padres?

—Siguen trabajando. ¿Tú tienes padres?

—No lo sé, tal vez sí, tal vez no. Jungkook y yo crecimos juntos, sin padres. Pero no sé si alguno de ellos siga con vida. Tampoco me interesa saberlo. Jungkook es mi familia y no necesito de nadie más.

—Yo... Conocí a Taehyung hace algunos años, en uno de los pequeños festivales que se hacen en la isla como agradecimiento a todos los pescadores que nos traen alimentos. Lo vi solo sentado en un tronco con su cachorro por un lado, alejado de todas las personas. Entonces me acerqué y le hice compañía. Desde ahí nos hicimos muy unidos.

—Eso suena lindo. Taehyung debe ser alguien interesante, por algo Jungkook sigue detrás de él. Cuando me dijo que salió a la superficie y conoció a un humano, supe que vendrían problemas. Muchas veces no es consciente de sus actos, y esta vez sobrepasó el límite.

—No le creí cuando me dijo que vio un hombre sireno... Tritón. —corrigió —. Y, ahora tengo uno en casa también. H-Hablando sobre el festival, el día de hoy de festeja. Se ponen muchos puestos de comida, hacen juegos de mesa, bailan y demás. Taehyung y yo salimos cada año. ¿Vendrás con nosotros? Supongo que también llevará a Jungkook.

—Suena bien. Aunque aún soy algo torpe para caminar... —soltó una pequeña risa —. No quiero parecer un tonto en frente de tanta gente.

—Te entiendo. ¿Quieres que salgamos a caminar? Te mostraré un poco de la isla y sirve que entrenas tus nuevas piernas. Mamá y papá llegarán más tarde.

—De acuerdo, hagámoslo.

Kai era varios centímetros más alto que Jimin, la diferencia de estatura era bastante notoria. Su piel es pálida, su voz levemente más grave, ojos grisáceos, nariz fina y puntiaguda. Su cabello blanco platinado, y una sonrisa muy linda que hasta sus ojos se cerraban al sonreír en grande.

Jimin siendo más bajo que él, su piel bronceada por el sol, su cabello rojizo, cejas y pestañas. Pecas pequeñitas adornaban perfectamente sus esponjosas mejillas y el puente de su nariz. Park Jimin siempre fue un chico amable, social, trabajador, adorable, se sonrojaba fácilmente y amaba las caminatas en la arena cuando el sol se ponía. Su ropa le quedaba muy pequeña a Kai, solo pudo prestarle unos shorts y una camisa simple.

Pasaron toda la tarde caminando por la zona. Recibiendo miradas extrañas, no era común ver gente con el físico de Kai. Jimin se topó con sus padres, aprovechó y les habló sobre el nuevo chico con el que estaría compartiendo habitación hasta tiempo indefinido realmente. No hubo ninguna oposición. Sus padres eran grandiosas personas, no permitirían que un joven durmiera afuera.

Cuando el sol comenzó a bajar, se dirigieron a la casa del castaño en la moto de entregas. Justo llegaron en un momento algo caótico. Cuando entraron, estaban Jungkook, Taehyung y Yoongi en la cocina discutiendo sobre quién cocinaba mejor. Y realmente Jungkook ni siquiera entraba en esa categoría. Él no conocía el fuego, absolutamente no tenía ni la más remota idea de cómo cocinar. Lo que sabía muy bien, era cortar los filetes, conocía la anatomía del tiburón como la palma de su mano.

Into The Ocean | KookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora