Capítulo Nueve

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Tocó la puerta. —¿Taehyung está en casa?

—No. Salió en la mañana con el perro que juntó de la calle.

—¿Perro?

—Sí, ese mocoso con el que anda siempre. ¿Necesitas algo más? ¿Quieres esperarlo adentro? No tarda en llegar. —estaba Yoongi recargado en el marco de la puerta.

—Oh, no. Yo... Le llamo después. —se dio la vuelta.

—¿Cómo te llamabas?

—¿Qué? —¿en serio no sabía su nombre? Si casi todos los días se la pasaba con su hermano. O quizá solo se hacía el idiota. ¿A quién le importa? —. No es importante. —comenzó a alejarse.

—¡Jimin! ¿De verdad no quieres esperar adentro?

—No quiero. —sí, solo se hacía más idiota de lo que ya era. Jódete, Yoongi.

El mayor solo sonrió burlón y cerró la puerta.

Para la suerte del joven pelirrojo, vio a su amigo a lo lejos, caminando de regreso a casa junto con el pelinegro. Se veían empapados y cargaban con una sombrilla, entonces supuso que venían de la playa. Corrió hasta ellos, felíz de ver a Taehyung y al pez con piernas.

Habían sido días ocupados para Jimin por el trabajo de entregas. Pero ahora estaba en su descanso y podía pasar la noche en casa de su mejor amigo.

—¡Jimin! Por fin apareces. —Taehyung se alegró.

—¿Por qué no me dijiste que irías a la playa? Hubiese querido ir yo también. —chocaron los puños como saludo.

—Supuse que seguías con las entregas, por eso no lo hice. —siguieron caminando.

—Pues hoy estuve libre, y mañana también. Papá me dio dos días de descanso, así que, ¿hay plan? ¿Qué hay de nuevo con el sireno?

—Te cuento todo adentro. —volteó a ver a Jungkook, quien se movía como lombriz y se rascaba por todos lados —. ¿Y a ti qué te picó?

—No lo sé. Siento arena por todos lados y pica mucho.

—Ahh... —rio —. Te darás un baño cuando entremos, para que saques toda esa arena.

—¿Bañar?

—Sí, lo que hice hace algunos días cuando estabas en la bañera. ¿Lo recuerdas?

—Ohh, claro. Cuando te vi las, ¿cómo se llamaban? —llevó su mano al mentón —. ¿Nalgas?

Jimin frunció el ceño, mirando con confusión a ambos.

—E-Eso no es importante, cierra la boca. Aparte, tú también tienes nalgas ahora.

—¿De verdad? —con ambas manos tocó su trasero —. ¡Tengo nalgas!

—¡Baja la voz! —abrió la puerta y lo hizo entrar a la fuerza, apenado de lo que dijo, ya que habían personas pasando por el lugar.

Como era de costumbre, Yoongi estaba en el sofá de la sala jugando con la consola. Los chicos ni una mirada le dieron, pasaron directo a la habitación del castaño para ducharse, luego ir a la cocina por comida y después conversar sobre lo que ha pasado.

Taehyung le explicó a Jungkook como usar la regadera, cuál era la fría y cuál era la caliente. También los tipos de jabones, cada uno era para diferente zona, como el cabello y el cuerpo. Por último el acondicionador, para que deje su cabello suave, no seco y maltratado por la arena.

—¿Quieres bañarte primero o después de mí?

—Yo primero, siento arena hasta en las nalgas. Qué incómodo tener nalgas.

Into The Ocean | KookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora