Capítulo Veinticuatro

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—Llamé a Jimin. Le dije que un día de estos viniera para mostrarle la casa. Después iremos a ver la suya. —iba entrando a la habitación —. Veo que encontraste tu estilo. Se te ve bien esa ropa.

—Solo estoy probando. Mañana es tu cumpleaños y quiero verme bien para ti. —un pantalón de mezclilla oversize, tenis de suela alta y camisa negra de manga larga.

—Pero tú siempre te ves bien. Además, mañana es un día cualquiera. Preferiría quedarnos en pijama, tomando chocolate caliente y viendo películas con los demás. ¿Quieres que compremos alcohol? No creo que aquí vendan Soju, así que podemos probar otra cosa.

—¿Crees que tus padres nos dejen tomar en casa? La última vez que tomamos en casa de Jimin nos regañaron por no limpiar el desastre. Además, al día siguiente despertaste con resaca y no querías levantarte de la cama.

—Eso fue porque te recuerdo que lo hicimos parados. Se me acalambró la pierna y dolía al día siguiente. Fue tu culpa que no haya querido pararme de la cama. Y mientras mis padres no se enteren de las bebidas no habrá ningún problema. Ponte los zapatos, iremos al supermercado. ¿Dónde está mi identificación? —rebuscó en su maleta.

—¿Deberíamos invitar a ese chico? ¿Cuál era su nombre? ¿Hoseok? Parecía buen tipo. Hagamos amigos nuevos aquí.

—Sí, creo que su nombre era Hoseok. Pero no hay manera de contactarlo, a menos que tengamos suerte y lo volvamos a encontrar allá afuera. ¿Ya estás listo?

—Tomaré mi abrigo.

—Gracias a Dios el supermercado está cerca. Tengo que aprender a conducir en caso de necesitar el auto.

—¿Qué vamos a comprar?

—¿Qué te parece galletas con chispas de chocolate, frituras, refrescos y dos botellas de vodka?

—¿Te alcanzará para todo?

—Le robé dólares a Yoongi. Seguro que sí ajustamos. Vamos, toma esa mochila para cargar todo ahí sin que nos descubran. Ah, olvidé decirte, Yoongi tomó la habitación de al lado, así que si piensas en tener sexo, tendrás que ser muy silencioso.

—¿Me lo dices a mí? El ruidoso eres tú. —salieron de la habitación, bajaron las escaleras y se dirigieron al supermercado.

Tomaron un carrito de compras y se pasearon por los pasillos buscando en los estantes lo que necesitaban. Jungkook se quedó embobado viendo todas esas galletas apiladas, él realmente era un verdadero fans de la galletas.

Taehyung aprovechó y se escabulló con rapidez a la zona de preservativos. Inspeccionando cada empaque, de cada tipo y tamaño.

—¿Debería llevar los más grandes? —murmuró para él.

Un señor se paró a su lado, de reojo vio los que tomó el castaño y no pudo evitar hablarle. —Wow, muchacho. ¿XXL? Llevas todo un dragón ahí abajo. —rio y se alejó.

—N-No es l-lo que piensa... —tragó. Mejor se quedaba callado —. Carajo... —los tomó y los guardó en el bolsillo de su abrigo.

—¿En dónde estabas? Te fuiste y me dio miedo buscarte. Este lugar es grande.

—S-Solo estaba por ahí. Vamos a pagar todo. 

Se acercaron a la caja, pagaron las frituras y bebidas, luego salieron y llegaron pronto a casa.  Escondieron las botellas de vodka dentro del armario en caso de que alguien entrara. Después Jungkook se percató de esa pequeña caja. ¿Eran chicles o algo por el estilo? ¿Taehyung había comprado eso?

—Oye, ¿y esto qué es? —mostró la caja.

—¡N-Nada! —se la arrebató de las manos —. Y-Yo solo pensaba que... Deberías usarlo.

Into The Ocean | KookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora