Epílogo

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Brooklyn
Nueva York.

Una tarde de buceo era un buen plan para pasar un día divertido y entretenido. Una zona lejos de humanos, al lado de montañas rocosas y el agua tan clara siendo capaz de mostrar su profundidad con corales y peces nadando entre las algas.

Jungkook y Kai atravesando las enormes colinas de coral que se extienden hacia la oscuridad profunda. El agua se agita con delicadeza y la luz se filtra a través de la superficie. Un delfín atraviesa la escena en un movimiento grácil y elegante. Su silueta se proyecta sobre el fondo. Pequeños peces naranjas y rojos se deslizan entre las aguas claras y sus reflejos titilan mientras se mueven.

El verano jamás se había sentido tan bien.

Taehyung y Jimin llevaban el equipo de buceo en el barco, habían estado buceando desde temprano hasta que el oxígeno de los tanques se les agotó. Se tiraban clavados desde lo alto de las rocas. Con ayuda de los tritones, usaban a los delfines para darles un paseo por la superficie al par de humanos, eran muy veloces y se sentía como ir una moto acuática. El cristal del agua relucía con el atardecer anaranjado, y la espuma blanquecina de las olas al chocar con las rocas.

—Debemos irnos antes de que oscurezca. Estamos algo lejos y puede ser peligroso volver con la marea alta. —dijo Taehyung.

—¿La cabaña está lista? Dijeron que nos entregarían las llaves cuando el sol comenzara a bajar. —Jimin preguntó.

—Sí, me acaban de enviar un mensaje que ya podemos pasar a recogerlas. Y que no lleguemos tarde para los fuegos artificiales y los dumplings picantes. —responde mirando su teléfono.

—¿¡Dumplings picantes!? —Jungkook salió disparado desde el fondo del agua —. ¿Como los que mamá Kim compró el otro día en el súper?

Jungkook se había vuelto todo un fan de los dumplings y el té matcha. Todas las mañanas, sin excepción, iba al nuevo café de los Park para comprar su té matcha y un té chai para su humano. También aprovechaba la visita para burlarse de Kai por lo anticuado que lucía con el uniforme de la cafetería. El lugar lleva un estilo ochentero con decoraciones antiguas y demás. Era reconfortante y el olor a café lo ponía de buen humor. Poco a poco se iba acostumbrando a las enormes calles de Nueva York

—Sí, justo como esos. Así que, si quieren alcanzar dumplings será mejor que nos vayamos ya. ¿En dónde está Kai?

—Oh, está abajo, le dije que si conseguía cangrejos para mí lo dejaría ganar en todas las carreras.

—Bueno, salgan del agua y subamos al bote. Tenemos qué irnos y acomodarnos en la cabaña.

El tritón púrpura estaba apoyado en las rocas sosteniendo su torso con los brazos, los ojos cerrados y los labios parados en pico frente al humano castaño.

—Jungkook, ¿qué estás haciendo?

—Estoy esperando mi beso. —respondió sin mover ni una escama.

—Eres un tonto. —sonrió y lo tomó del mentón para darle ese beso sabor agua de mar. Después, sus piernas aparecieron.

—Oye, Taehyung, ¿y qué son los fuegos artificiales? —se puso de cuclillas para meter ambas manos dentro del agua para manipularla y hacer que el bote se acercara a ellos.

—Son dispositivos pirotécnicos. Les prenden fuego y los lanzan al cielo, entonces explotan en varios colores y formas. Son geniales, sé que te encantarán. —entraron al bote —. Vamos, se hace tarde.

En pocos minutos llegaron a la costa, gracias a las manos de Jungkook que fueron usadas como motor. Entregaron el bote que tomaron prestado y fueron directo a recoger las llaves de la cabaña que rentaron para dos días.

Into The Ocean | KookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora