Se quedó callado, mirándome con cara de confusión y sorpresa.
Estaba harta, lo había escondido durante demasiado tiempo, ya no me importaba que él lo supiera.
—Betty era perfecta, ¿sabes? La que todo el mundo adoraba, ¿y yo que era? ¿Su copia?, ¿su sombra? ¡No era nada! —sentía que empezaba a temblar— Solo quería demostrar que podía ser mejor que ella, aunque fuera solo por una vez, y si para eso tenía que meterme en un mar con olas que ella no se atrevía a surfear, lo haría.
—¿Qué estás diciendo?
—Que fui yo quien entró al mar en tempestad —le miré ocultando cualquier clase de emoción—. Ella corrió a buscarme en una moto acuática mientras yo me ahogaba. Tuvo que bajarse para que yo pudiera subir y luego ella no fue capaz de volver a montarse. Las olas cada vez eran más peligrosas y me pidió que me fuera, y como una cobarde la hice caso y me fui —apreté los puños—. ¡Por eso está muerta, por mi culpa! ¡Porque por querer demostrar que yo era alguien ella murió!, ¡asique no tienes derecho a decir que era una mala persona ni que estaba loca!
—No te creo —sacudió la cabeza.
—¡Pues no me creas si no quieres!, pero con lo enamorado que estabas de ella no entiendo por qué no lo haces. ¿No deberías de defenderla?, ¿alegrarte de que sea yo quien está mal de la cabeza?
—Tú no…
—La historia es la misma, solo que cambiando nuestros papeles. Me dio tanta vergüenza lo que hice que dije que fue ella quien se metió al mar. ¿Quién iba a sospechar lo contrario?, ¡éramos iguales!
—Ya basta.
—Debiste de quererla mucho si aún conservas una foto con ella, no me parece que estuviera tan loca si aún la tienes.
—Te he dicho que fue la única de la que me enamoré, pero me destrozó saber todo lo que hacía.
—¡Ella no hizo nada!
—¡Mató a mi mejor amiga! ¡Estaba tan obsesionada conmigo que la mató! —dio un paso en mi dirección— No sabía controlar sus celos, amenazaba a cualquier chica que se me acercaba y ahí fue cuando me di cuenta de que no me quería, solo estaba obsesionada.
—Eso es mentira —negué con la cabeza.
—¿Por qué iba a estar mintiéndote? —volvió a acercarse a mí— Siempre se hacía la víctima, me hacía quedar como el tóxico de la relación y yo estaba tan enamorado que no la decía nada, pero el día que mató a mi mejor amiga por celos, el día que hizo que perdiera a alguien a quien consideraba como mi hermana, me di cuenta de ya no la podía querer más, me di cuenta de que la había amado, pero ya no lo hacía.
—No te creo.
—Pues créetelo porque es la verdad.
Si me estaba diciendo la verdad ahora entendía por qué me había odiado desde el primer día. Si Betty de verdad la mató entendía que verme le resultara difícil. El problema era que no podía creerle.
Sabía que estaba hecha un lío, pero me alegró saber que no sentía nada. Sus palabras ya no me dolían, me daba igual lo que pensara de Betty o de mí. Él ya no me importaba.
Tú estás por encima de todos.
—Quiero que te alejes de mí —retrocedí un paso.
—No voy a hacerlo.
—No vuelvas a hablarme nunca más —le miré fríamente.
—Addison escúchame…
—No puedo estar contigo, no quiero.
—Pero yo sí quiero estar contigo —vi miedo en sus ojos.
—No, tú quieres a mi hermana, y como ella no está te quedas conmigo.
Esa era la verdad. Siempre la había sido.
—Te he dicho que dejé de quererla hace mucho tiempo.
—¿Entonces por qué quieres estar conmigo?
—¡Porque te quiero joder!, ¡te quiero más de lo que quiero admitir! Desde que te salvé aquel día me di cuenta de que había algo en ti que me atraía de una forma inexplicable y desde entonces te he querido solo a ti. Desde entonces ha sido solo tuyo.
—¿Y por eso me tratabas tan mal?, ¿por eso te follabas a otras? —elevé un ceja.
—¡Quería sacarte de mi cabeza! —se excusó patéticamente— La última vez que me enamoré acabé destrozado y temí volver a acabar así —se desesperó—. ¿Te acuerdas cuando me preguntaste que por qué te trataba como si te amara o te odiara? Es porque te amo, pero odio hacerlo.
—Estás mintiendo —cerré los ojos un segundo.
—He mentido en muchas cosas pero esta no es una de ellas —intentó acercarse a mí pero volví a retroceder—. Sé que no soy la mejor persona del mundo, sé que me he comportado fatal y he hecho cosas imperdonables, pero te quiero.
Ya no sabía qué contestar, todo esto me superaba.
¿Le quería? Sí. ¿Le amaba? También… o eso creía. ¿Podía amar a alguien en quien no podía confiar? Lo de Betty había sido un golpe muy duro, no podía dejar que volvieran a hacerme daño, y a su lado iba a acabar hecha añicos.
Tenía un enorme vacío en el pecho que poco a poco me iba consumiendo, y él caería en él. Iba a dejar de sentir todo lo que sentía por él. Ya no me dolía, pero todavía quedaban las cicatrices de lo que había hecho, y si no se curaban pensaba taparlas.
Zack Douglas iba a dejar de ser alguien para mí.
—Dime que no me vas a dejar —pidió.
—¿Y qué quieres que haga?, ¿qué me quede a tu lado y te diga que también te quiero?
—Sí —contestó desesperado.
—No lo voy a hacer porque no siento nada por ti.
Me esforcé para que esta vez me creyera. Sabía que le quería más que a nada, pero no tanto como a mí misma. Podía ser una egoísta, pero el sentimiento de traición, de ira, decepción y dolor formaron el de venganza.
Si no iba a salir de mi corazón, me lo arrancaría del pecho.
Él me había mentido y me había hecho sufrir de una forma que nunca imaginé que nadie haría. Él me recompuso, ayudó a que la flor que tenía dentro creciera de nuevo, pero la había arrancado de raíz, ya no quedaba una semilla ni nada que la hiciera poder crecer de nuevo.
Él había hecho que perdiera en mi propio juego, que me saltara mis propias normas. Había hecho que volviera a sentir, que volviera a enamorarme; le había dado el poder de destruirme y por eso había perdido, pero iba a por la revancha, y esta vez perder no era una opción.
—No voy a quedarme contigo porque no te quiero.
—Estás mintiendo —trató de sonar calmado, pero el pánico era evidente en sus ojos.
—No estoy mintiendo. Te dije que yo no sentía nada, y tú no eres la excepción. Puede que contigo hiciera cosas que no había hecho nunca, pero eso no significa que te ame.
—Es mentira, tú me quieres.
—No lo hago.
—Di que me quieres —se acercó a mí—, dime que tú también me quieres —me agarró de las manos.
—Dijiste que no te mintiera, ¿recuerdas? Ahora no me pidas que lo haga.
—Addison escúchame, la he cagado, lo sé y lo siento mucho, pero no me dejes. Eres la única que ha sido capaz de hacerme feliz en mucho tiempo, has sido la única capaz de sacarme de la oscuridad.
—Pero para sacarte yo tuve que entrar en ella.
—No te vayas —sus ojos se pusieron vidriosos. Nunca había visto a Zack llorar, pero no me iba a permitir sentir pena por él—, haré lo que quieras pero no te vayas.
—Haberlo pensado antes, no voy a quedarme contigo —me solté.
—¡Por favor! Por favor no te vayas, te lo suplico, te lo ruego, te lo imploro, no me importa, pero no te vayas —se tiró de rodillas enfrente mío.
—No hagas el ridículo y levántate —le miré desde arriba.
—Por favor, déjame demostrarte que te amo.
—Lo siento, pero me quiero lo suficiente como para elegir ser yo feliz.
Él me dijo que nunca me pediría nada por favor y yo le dije que jamás me disculparía, pero los dos acabábamos de hacerlo, lo que me hizo darme cuenta de que nos habíamos marcado el uno al otro profundamente.
Yo sabía que lo había hecho porque estaba rota, y a él se le veía destrozado.
Una punzada de culpa hizo que se me oprimiera el pecho, pero enseguida la eché a un lado. Tal y como había dicho, había aprendido a quererme, a poner mi felicidad por encima de la del resto; había aprendido a valorarme.
—Dices que me quisiste desde el primer día pero seguías follándote a otras, seguiste saliendo con Kristen y a mí me diste el papel de amante.
—Tenía miedo —confesó—, pesé que si hacía todo lo posible por no pensar en ti no me enamoraría, pero se me ha hecho imposible.
—Me encanta tu lógica —reí.
—Addison, estoy jodidamente enamorado de ti —lo decía de verdad, podía ver la sinceridad en sus ojos.
—Pero ya te he dicho que yo de ti no.
—¿Por qué?, ¿qué tengo que hacer para que me quieras?
—¿Cómo pretendes que ame a alguien que estuvo saliendo con mi hermana sin decírmelo?, ¿alguien que me oculta tantas cosas y no para de hacerme daño? No puedo confiar en ti.
—Te contaré todo lo que quieras, te daré todo lo que me pidas, haré todo lo que me digas —continuó.
—Solo quiero que me dejes.
—No quiero dejarte, no puedo, ¿no lo entiendes? Te necesito joder, odio hacerlo, odio tener esa necesidad, pero la tengo. La tengo porque estoy enamorado de ti hasta la médula.
—Ese no es mi problema.
Mis palabras salían de mi boca sin filtro. Sabía que le estaba haciendo daño, pero prefería que sufriera él a hacerlo yo de nuevo.
Los dos estábamos rotos, los dos necesitábamos sanar, y yo no podía hacerlo a su lado.
El mundo parecía haberse puesto en mi contra, pero si tenía que estar yo sola lo estaría. Iba a ser fuerte, pondría el mundo a mis pies sin ayuda de nadie.
—Me alegra saber que estás enamorado de mí, pero el sentimiento no es recíproco —y tras decir eso salí de la habitación convenciéndome de mis propias palabras.
Cuando salí me dirigí a la de Sabrina.
Como de costumbre la conté todo, pero esta vez no lloré. Ella volvió a consolarme y animarme aunque la dije que no hacía falta. Se enfadó mucho con Betty, dijo que no podía creérselo y que como fuera verdad no se lo perdonaría nunca, pero me daba igual. Lo único que me reconfortó fue que me jurara que siempre estaría de mi parte.
Su móvil empezó a sonar y vi el nombre de Jefferson en la pantalla. ¿Estaban hablando?, ¿por eso Jefferson no quiso nada conmigo? Me sentiría fatal si me enterara de que se trataba de eso, porque le había besado.
Palidecí al pensar que la estaba llamando para contárselo.
—¿Lo vas a coger? —pregunté nerviosa. Lo último que quería es que ella se enfadara conmigo.
—Solo será un momento —se excusó y asentí con el corazón en la garganta.
Hablaron menos de un minuto cuando ella chilló. Corrió hacia mí y por la cara que tenía supe que no era nada bueno. Me preparé para explicarla lo que había pasado pero puso el altavoz.
—Addison tienes que escucharme atentamente —habló Jefferson desde el otro lado.
—¿Qué pasa?
—La Kraft va a por ti._________________________________________
Y vosotros, ¿que habríais hecho?, ¿perdonaríais a Zack?
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Resiliente [Trilogía Ramé #1]
Storie d'amoreAddison Carter tiene lo que se consideraría una vida perfecta. Lo tiene todo, incluso un oscuro secreto. Una rosa. Una flor que atrae por su belleza, su aparente bondad y pureza. Incita a arrancarla para poseerla, pero en cuanto la tocas te hiere co...