Capítulo 16: Cuenta atrás

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(Pov T/N)

No ha habido un día más largo en mi vida que ayer, jueves. Dos días sin verle y estaba que me subía por las paredes. A parte no pudimos hablar mucho pues él estaba realmente ocupado y yo me pasé la tarde entera estudiando para un examen que tengo la semana que viene.

Pero por suerte ya era viernes y podía verle por la tarde. Ése día también salíamos temprano de clase así que decidí darle yo una sorpresa y fui al hotel donde se alojaba para llevármelo a comer. Antes de ir le pregunté si tenía la tarde libre y como me dijo que si, fui a buscarle. No fui sola ya que Sandra vino conmigo pues había quedado también con Georg.

Cuando llegué, toqué al timbre de su planta y allí como siempre, nos recibió Romeo.

-T/N no me habian dicho que vendrias hoy.-me dijo sorprendido.

-He venido a hacerle una sorpresa a Tom.-le dije.

-¿Y tu? ¿Vienes a ver a Georg?-le dijo a Sandra. No sabía que ya había venido alguna vez.

-Si.-contestó.

Nos llevó a cada una a la habitación que correspondía y cuando llegué a la de Tom y toqué en la puerta para que me abriera, no recibí respuesta. Me extrañó bastante y como veí que tardaba mucho decidí entrar. En un primer momento no le ví pero tras fijarme en la cama, pude ver unas rastas saliendo un poco de la colcha blanca que la cubría. Me acerqué lentamente y cuando estuve cerca lo vi durmiendo plácidamente. Tenía los musculos de la cara completamente relajados y llevaba las rastas sueltas esparcidas por la almohada. Que guapo que estaba.

Me quedé un buen rato mirándole y cuando recibí una notificación en el telefono y volvía a la tierra, me decidí por despertarlo.

-Tom, Tom.-lo mecí suavemente para que se despertara sin asustarse pues no quería eso.

-Mhmm.-murmuró levemente.

-Tom, despierta.-me agaché para darle un beso en la mejilla y ahí fue cuando abrió los ojos de golpe. En un prinicipio se quedó mirándome, como si no se creyera que fuese yo quien le despertara.

-¿T/N?

-Si Tom, soy yo.-contesté.

Antes que me diese cuenta había abierto la colcha de su cama y me había tirado sobre él. Me colocó entre sus brazos y tenía mi cabeza justo debajo de su barbilla. No esperaba que fuese a hacer eso la verdad.

-No te pienso soltar.-me dijo sin que me diese tiempo a reaccionar.-Nunca lo haré.

Nos quedamos abrazados un buen rato hasta que a mi me dio mucha hambre y me vi con la necesidad de ir a comer.

-Sabes que te venía a buscar para ir a comer, ¿verdad?-le dije tras una media hora de estar tirados en la cama.

-Si, pero me daba pereza levantarme y quería abrazarte.-tras eso me dio un beso en la frente el cual duró varios segundos.-Vámos va, que también tengo hambre.

Me levanté yo primero pues estaba encima suyo y como llevaba el uniforme del colegio puesto porque no había pasado por casa, él se me quedó mirando.

-¿Sabes qué? Mejor podemos quedarnos en la cama, pero no precisamente durmiendo.-dijo medio incorporado con una ceja medio levantada, una sonrisa traviesa y jugando con el piercing  de su labio. Mientras lo decía, me escaneaba de arriba a bajo.-¿Que me dices, princesa?

Lo pensé unos intantes. No veía inconventiente así que me acerqué a él nuevamente y me coloqué a horcajadas encima suyo. Colocó ambas manos en mis nalgas y yo enrollé mis brazos en su cuello.

-¿Qué es lo que quieres que hagamos, rastafari?- le dije de la misma manera que él me había hablado antes.

-No sé, ¿qué es lo que quieres hacer tu, princesa?-sus ojos se alternaban de mis ojos a mis labios.

Poco a poco nos fuimos acercando más y más hasta que nos fundimos en un beso que fue aumentando de intensidad progresivamente. Cuanto más profundo era el beso, más apretaba sus manos en mis nalgas. Por ende, yo comencé a hacer leves movimientos circulares con mi pelvis hasta que comencé a escuchar leves gruñidos los cuales eran callados en mi boca.

Rodamos en la cama hasta que él se posicionó sobre mi y cuando iba a quitarme la camiseta llamaron a la puerta de una forma bastante agresiva.

-¡Tom! ¿Qué hacéis ahi dentro? Lleváis una hora sin salir y no se os escucha hablar.-gritó Georg desde el otro lado de la puerta.

Nos separamos y mientras él se metía en el baño para asearse y vestirse, fui a abrir la puerta pues sabía que detrás a parte de estar Georg, estaba mi mejor amiga.

-¿No sabéis respetar la privacidad de las personas o que?-les dije un poco molesta.

-T/N, entre nosotros no existe eso.-dijo Georg entrando a la habitación.

-Tía, si vosotros tampoco habéis ido a comer, ¿qué haciais?-pregunté a Sandra.

-Luego te lo explico todo.

Cuando Tom se arregló y estuvo listo, nos fuimos a comer los cuatro a un bar de tapas que estaba bastante bueno. Más tarde, nos acompañó cada uno a nuestras casa pues esa tarde teniamos que ir cada una a su extraescolar. A mi me tocaba ir a inglés y Sandra tenía que ir a baile.

Una vez en la puerta de mi casa, Tom y yo nos despedimos con otro de nuestros maravillosos besos acompañados de un apretón de nalga.

-Como el domingo es el concierto y el lunes por la tarde nos vamos, ¿te parece que te vengas a dormir conmigo?

¿Me dejarían ir a dormir con él?

Mi pequeño Rastafari (1ra parte saga pequeños)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora