Capítulo 24: ¿Podrá ayudarla?

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(Pov Miguel)

Hoy hace una semana justa que se fue Tom. T/N solamente ha salido de su cuarto para ir al baño y apenas ha hablado con sus amigas estos dias, cosa que no pasaba nunca. He intentado hablar con ella pero no ha servido de mucho. Solo ha estado llorando y durmiendo. También ha descuidado su alimentación y me estaba preocupando.

Me dirijí a su habitación por décima vez para intentar hablar con ella y para intententar también que comiese algo.

-T/N.-dije al entrar a su habitación. Estaba hecha una bola en su cama con los auriculares puestos.-Te he traido la comida.-la dejé encima de la mesita de noche y me senté a su lado.

-No tengo hambre.-me dio la espalda.

-Tienes que comer algo cariño.-me moví para verle la cara.-Ven.-abrí los brazos para que pudiese encontrar apoyo en alguien pues a mamá y papá no les importó en ningún momento su estado mental.

Me abrazó y comenzó a llorar desconsoladamente. Nunca la había visto así de mal y me sentía realmente triste por ella. La entendía a la perfeción y no quería que sufriese.

-Si al menos mamá quisiera ayudarme.-paró de llorar.-Me gustaría que se preocupara por nosotros, tete.

Desde que nació Daniel nuestra madre no nos había dado la atención que necesitabamos, bueno, que ella necesitaba. Yo ya tenía diecisitete y no me hacía falta, pero ella apenas tenía doce y estaba entrando en la adolescencia. Le hace y le hacía falta una madre para que la guiase en esa etapa y ella no la tuvo.

-¿Porqué no hablas con Janice? Ella ha sido siempre como una madre para ti, y quizá ella te puede ayudar.-sugerí. No quería verla tan mal.

-Vale pero no me veo con fuerzas de llamarla para preguntarle.

-La llamo yo y ya te llevaré a su casa, ¿vale?

-Vale, gracias.-nos abrazamos más hasta que por fin la convencí para que comiera y entonces me fui.

Me metí en mi cuarto y me puse a buscar en mis contactos a Janice, para informarla de la situación y pedirle que hablase con T/N. Cuando lo conseguí, se lo dije y esperé para que se arreglase. Sabía que no tendría las fuerzas para arreglarse pero aún así me sorprendió verla tan desarreglada. No llevaba nada de maquillaje e iba con un chándal gris enorme.

-¿Estás lista?-pregunté cuando la vi bajar las escaleras.

-Sí, vamos.

Nos subimos en mi coche y nos fuimos a casa de su mejor amigo. Realmente esperaba que Janice pudiera ayudarla porque si estaba así de mal en la primera semana, no quería imaginarme como serian los próximos meses.

¿Podrá Janice decirle algo lo suficientemente bueno para ayudarla?

Mi pequeño Rastafari (1ra parte saga pequeños)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora