Capítulo 14: Quiero verle

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(Pov T/N)

-¿Cómo que mañana te vas fuera?-le dije sin creerme que mañana tampoco podría verle.

-Pues si, al pueblo que queda a veinte minutos del tuyo.-me contestó claramente triste e igual de molesto que yo.-¿No podrías venir tu un rato? Está bastante cerca.

-No puedo.-respondí.-Ése pueblo no tiene ni tren ni bus y solo se puede ir o andando que serían una hora y media por la montaña o en coche y mis padres trabajan.-le dije apenada. Joder, quiero verle.

-Que mál, tío. De verdad que quiero verte.-se me derritió el corazón.

-Yo también.-pausé.- El viernes acabo las clases una hora antes, ¿podrías quedar y te invito a comer yo?-le pregunté con la esperanza de que si pudiera.

-El viernes a la una y media ya que normalmente acabas a las dos y media, ¿verdad?

-Sí.-confirmé.

-Puedo hasta las cinco. Tengo la primera prueba de sonido en la sala dónde tocaremos el domingo.-me explicó.

-Entonces perfecto. A la vuelta hablamos que hoy nos quitan el teléfono.-le dije sin ganas de colgar.

-Vale princesa, que vaya genial la excursión.

-Gracias rastitas. Adiós.-colgué.

Cuando recibí su llamada llevábamos casi dos horas de trayecto en bus y la verdad me aburría mucho. Ni Daniela ni Sara habían venido, Elia estaba sentada con Julia llorando y yo estaba con Sandra mientras ella dormía.

Llegamos a la media hora y nos dirijimos hacia un edificio muy grande. La excursión de ése día consistía en hacer una ruta de orientación por una ciudad que no era la nuestra para aprender a ubicarnos sin GPS. Por eso fuimos a ese edificio para dejar nuestros teléfonos y cojer un mapa de dicha ciudad y así iniciar.

En el mapa teniamos marcados diferentes puntos de la ciudad y uno de ellos era un parque. Nos dirijimos  hacia ese parque pues teniamos todo el día para hacer el resto de actividades de cada punto y estábamos cansadas.

-¿De verdad habéis dejado vuestros teléfonos?-preguntó Sandra mientras sacaba el suyo de su bolsillo.

-Pues claro tía, sino no nos dejában irnos.-le agarré el movil para ver si de verdad era el suyo y cuanod encendí la pantalla y vi su foto de fondo en el que estábamos las dos, supe que Sandra es mucho más inteligente que el resto.

-¿Cómo lo has hecho?-preguntó Julia incrédula.

-Muy sencilló,- habló.-Les dí una funda de esas con tapa con un dibujo en la zona de la cámara y los altavoces.-reveló su truco mestro.

El resto de la mañana hasta la hora de la comida nos la pasamos hablando de tonterías. Yo no podia para de pensar en dos cosas; Elia estaba demasiado callada y yo no podría ver a tom hasta que no pasase ese día y el siguiente. Quedaban tres días los cuales uno era el día en que se iban, lo que lo covertía en dos y medio. Cada vez menos. Jo, quiero verle.

Fuimos a comer al restaurante que nos habían marcado cómo opción ya que no era obligatorio ir. Comimos y comenzamos a hacer la ruta de orientacón. Cuando ya habiamos conseguido más de la mitad de los puntos y todavía nos quedaba mucho rato, volvimos al mismo parque de por la mañana. Al aburrirnos tanto, algunas decidieron dormir en los bancos. Con algunas me refiro a Elia y Sandra.

-Sandra.-llamé antes que se quedase dormida.-¿Me puedes dejar tu móvil y así ingreso en mi cuenta de instagram para cotillear porfa?- en realidad quería ver si Tom o alguien de la banda había actualizado sus redes sociales.

-Claro, toma.-me dió.-No lo uses mucho que me tiene que durar la batería para usarlo en el autobús de vuelta.-me dijo.

-Tranquila, gracias.-agradecí realmente agradecida.

Entré en instagram y antes de cambiar de cuenta para poner la mía, vi que Georg Listing le había escrito varios mensajes. Obviamente no entré pero, ¿Sandra se hablaba con Georg? Sabía que se conocían y algo hablaban, pero no que fuesen conversaciones largas y constantes.

Cambié de cuenta y seguí con lo mío y cuando me aburrí y me fijé en la hora que era, vi que teniamos media hora para encontrar los tres puntos que nos quedaban y volver al edificio.

-¡Chicas, llegamos tarde!-avisé. Las que dormían se levantaron de golpe para seguidamente empezar a buscar. El problema de la actividad era que teniamos que hacernos una foto todas las integrantes del grupo con la señal que habían dejado los organizadores para segurarse que todos haciamos algo. Una vez allí debíamos rellenar un formulario y seguir con el resto de puntos.

Gracias al universo conseguimos llegar a tiempo al edificio y por ende no nos restrasamos para cojer el bus. Ya eran las siete de la tarde cuando iniciamos el camino a casa, así que decidí escribirle a Tom pues había gente durmiendo y no quería despertarles.

Le expliqué todo lo que habíamos hecho durante el día y él hizo lo mismo. Estuvimos hablando hasta que me entró el sueño y me dormí apoyada en Sandra, que dormía desde que subimos al bus.

Soñé con mi hombre y lo que quería vivir a su lado. ¿Lo conseguiría algún día?

Mi pequeño Rastafari (1ra parte saga pequeños)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora