Capítulo 43 -Pasado-

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A la mañana siguiente, cuando Eva se hubo despertado, Laura ya estaba abajo, se puso la ropa rápido, se peinó y salió por la puerta con el ritual de todas las mañanas.

— ¡Me voy! —pero no obtuvo respuesta, así que optó por cerrar la puerta haciendo ruido.

Laura miraba atentamente como Eva repetía lo mismo cada vez que iba a por ella, le parecía fascinante verla, pero un intenso dolor de abdomen hasta la espalda le interrumpió su mirar de la persona a la que había entregado su corazón.

—Buenos días —le tendió un táper y pudo ver como al girarse tenía la cara un poco rojiza — ¿Qué ha pasado?

—Mi madre —Eva cogió el táper —ayer me abofeteó muchas veces y me amenazo con pasar un cuchillo por mi cuello, lo llamo bonito —le sonrió, pero la ira, la tristeza, la impotencia y muchos otros sentimientos se volvieron una espiral en Laura, ¿Cómo podía sonreír?

— ¿Por qué no me avisaste?

—Porque no me dieron las fuerzas para escribirte, acabe dormida antes de poder moverme de la cama —Laura le cogió la mano vacía.

—Cariño, te quiero —depositó un beso en los labios de Eva — ¿vale?, te quiero mucho y me gustaría que me lo contases, ¿vale?

—Lo intentaré.

—Te hizo algo más —temió por lo que pudiese decir.

—No —Eva bajo la mirada hacia el táper — ¿hoy que me has traído? —cambio de tema.

—No me cambies de tema, por favor —pidió Laura.

—Pero ya no quiero seguir recordando lo que paso ayer, solo quiero estar contigo y que nos divirtamos, que vayas al médico y que luego me cuentes y cosas así —le sonrió y esa sonrisa fue suficiente para calmar la espiral de sentimientos que se formaban en Laura.

—De acuerdo cariño —dejo un beso en la frente de Eva.

—Te quiero mucho —dijo apoyando su cabeza en el hombro de Laura.

—Yo también te quiero mucho —la abrazó tratando de que se sintiese un poco más segura entre sus brazos, aunque fuese un poco y así ella también se podría sentir un poco mejor.

No tardaron mucho en emprender su camino hacia la escuela junto con el amanecer, el cantar de los pájaros mañaneros, ese frío que luego se convertiría en calor y sus manos cogidas.

Un corazón roto ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora