Un corazón roto ✔

Capítulo 65 -Pasado-

El día tan esperado para Eva llego.

Por la mañana, cuando se despertó, se levantó sigilosamente de la cama para no despertar a Laura.

Cogió un poco de ropa y la mochila con todo el material.

Una salida de la habitación, Eva se fue al baño y allí se vistió para prepararse para un día de clase.

No tuvo que ponerse maquillaje porque las marcas de su rostro habían desaparecido.

Bajo y se hizo un sándwich junto con un café.

Bajo Juan.

—Buenos días —dijo Eva susurrando.

—Buenos días —Juan hizo lo mismo.

El silencio en la cocina reinaba, ninguno de los dos podía decir nada, así que Eva había centrado su atención al café y al sándwich, tenía que irse en breves minutos si quería llegar a tiempo.

—Me tengo —dijo a la vez que cogía su mochila y dejaba todo lo que había manchado en el fregadero.

—Toma —Juan le tendió una llave —como pasas tanto tiempo por aquí por las circunstancias, he pensado en hacerte una llave, así cuando quieras podrás entrar —Eva se ilusionó primero por la confianza que tenía Juan en ella, y segundo porque era una más de la familia en el mismo momento en el que cogió las llaves.

—Gracias —Juan no dijo nada, volvió a centrar su atención en su desayuno.

Eva, ya un poco apresurada, se puso los zapatos y salió por la puerta.

El día fue incluso mejor de lo que Eva esperaba. Nadie se había acercado y había podido estar tranquila y en soledad, echaba de menos a Laura, pero no podía venir sin importar lo que estudiase.

Su salud ya no era muy buena y además de que lo que quería hacer Laura, de ello no había nada allí.

Cuando salió del instituto, en la puerta estaba Laura esperándola con una sonrisa cuando la vio.

Llevaba un paraguas porque seguramente llevaría mucho tiempo esperando y no era recomendable que le diese el sol directamente, así se lo habían explicado y así acataban a lo que les decían.

A Laura le dolió no haber podido salir mucho en verano, pero, era por su salud.

—Hola cariño —dijo Laura ampliando su sonrisa a la vez que habría los abrazos para darle un cobijo a Eva entre su cuerpo.

—Hola amor —sonaba cansada.

—¿Cómo ha ido el primer día?

—Muy bien, nos han estado explicando lo que aremos durante el curso y nos han presentado a los profesores, y bueno, todo ese rollo.

—Me alegro mucho cariño —la estrecho un poco más entre su cuerpo.

—¿Y tú que has hecho, amor?

—Pues he tenido mi primera clase online de un curso de escritura y luego he ido a la quimioterapia.

—¿Ha ido bien?

—Bueno... —no le gustaba nada como sonaba —ha dicho que el cáncer es terminal, no se puede hacer nada más —¿Ya está, tan pancha se quedaba diciéndolo? —me han dicho que ahora mismo tengo opciones. Una es quedarme en casa y que un médico vaya y mucho rollo; la segunda es dejar el tratamiento y morir antes y bueno, la última opción y una de las menos recomendadas, es que me ingresen en el hospital.

Eva ya sabía perfectamente por donde iba todo aquello.

—¿Y qué ha pasado?

—He dicho que prefería que mi ingresasen, a mi madre no le ha parecido bien, se ha enfadado conmigo y no ha vuelto a hablar conmigo, pero la decisión pienso que tengo derecho de por lo menos elegir, digo yo —Eva se separó un poco y puso su mano en la mejilla de Laura.

—Como bien te dije, yo voy a estar contigo, pase lo que pase.

—Lo sé amor, lo sé —sonrió —sinceramente llevo ya bastante tiempo asimilando que no voy a estar mucho más tiempo por aquí —a Eva se le partió aún más su corazón que no había dejado de partirse en miles y miles de trocitos desde el primer momento en que se enteró de lo del cáncer de Laura —seguiré haciendo el curso desde el hospital y si necesito algo allí me lo darán —Eva la miraba como si no pudiese asimilar nada —te amo, te amo con todo mi corazón, con toda mi alma, con todo mi ser —enterró su rostro en el cuello de Eva, donde poco a poco fue dejando pequeños besos que a Eva pillaron desprevenida, pero no se apartó.

—Yo también te amo amor.