Capítulo 46 -Pasado- (Eva)

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—Laura... —seguía abrazada a mí y ya se había hecho tarde —es tarde —no había escrito a mi madre, me iba a matar.

—Hoy no te vayas, por favor —hundió más su cabeza en mi hombro.

—Claro cariño, no me voy a separar de tu lado —saque el móvil y escribí a mi madre que no iría a dormir esta noche ni las que le seguían —mi madre ya está avisada —volví a estrecharla en mis brazos —te quiero —susurré.

—Yo también, yo también te quiero mucho —también me estrecho más en sus brazos —te quiero mucho —se separó de mí para secarse las lágrimas que no aguantaría mucho tiempo — ¿vamos? —me tendió una mano.

Verla llorar, ver como estaba su cara por el llanto hizo que otro puñal se clavase.

—Claro que si cariño —le acepté la mano, pero antes me puse de puntillas y ella se agachó y le pude dar un beso con ternura —te quiero, ¿vale? —puse mis manos en sus mejillas —y voy a quererte tengas lo que tengas, pase lo que pase, ¿me has oído? Yo no puedo darte lo que otras personas, pero si tratare de darte lo mejor de mí porque te quiero —acaricié sus mejillas.

Me miró sorprendida ante mi iniciativa, puso su mano sobre la mía, acariciándome así una de las manos que tenía en sus mejillas.

—Yo también te quiero —beso mi palma y luego entrelazó nuestras manos —y eres suficiente cariño —no quise rechistar, hoy no.

No tardamos mucho en llegar a la casa de Laura, durante todo el camino habíamos estado viendo el atardecer, durante el camino vimos a los pájaros revolotear en un gran grupo, fue un espectáculo.

—Hola —dijo desganada Laura.

—Hola —dije yo.

—Hola chicas —habló Juan que ya no se extrañaba por mi aparición repentina.

—Hola chicas —dijo Evelyn bajando las escaleras, se podía apreciar que había llorado por la rojez de sus ojos.

—Hola mama —se abrazaron.

— ¿Qué tal? —traté de hacer parecer que Laura no me había contado nada, aunque mi presencia repentina confirmaba de alguna manera que sí que lo sabía.

—Bien —me sonrió Evelyn — ¿y vosotras?

—Bien —cogí la mano de Laura —estamos bien, perdón por haber venido sin avisar.

—No pasa nada, tranquila —me abrazó para luego dar por terminada el diálogo yéndose al salón con Juan.

Esta vez no fuimos a saludar a Juan porque Laura tiró de mí para ir cuanto antes a su cuarto justo cuando ya no podía aguantar las lágrimas, llegamos a tiempo para cerrar la puerta y podernos sentarnos en su cama para no estar más tiempo de pie.

—Ven cariño —abrí mis brazos que acepto con gusto y aproveché para tumbarme en la cama junto con Laura abrazada a mí, su cabeza estaba en mi pecho, pero no me importó, empecé a acariciar su pelo dejando así pasar el tiempo.

Al rato oí como abajo cenaban, pero no le dije nada, más tarde la haría comer aunque no quisiese.

—Eva —me llamo en algún momento en que estuvimos abrazadas.

—Dime.

—Gracias por haberme escuchado.

— ¿Cómo no iba a escucharte?

—No lo sé, pensé que no debía decírtelo por el momento por si era una falsa alarma, pero acabé diciéndotelo, no debí decírtelo...

—No, si debías de decírmelo, necesitabas contarlo y sabes que yo te voy a escuchar porque te quiero —vi como dejaba su barbilla apoyada levemente en el camino entre mis dos pechos.

Un corazón roto ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora