Como todas las mañanas Eva se despertó con un mensaje de Laura donde ponía que ya casi estaba en su casa, luego se vestía y bajaba a prepararse en un momento la comida para luego salir por la puerta donde siempre estaba Laura, se puso los zapatos y abrió la puerta, como siempre dijo que se iba, pero como todas las mañanas su madre no contestaba así que optaba por cerrar la puerta haciendo ruido.
Esa mañana Laura tenía algo entre las manos.
—Buenos días —le tendió un táper.
—Buenos días —la expresión de Laura cambio cuando se dio cuenta de cómo estaba Eva, su cara estaba llena de moratones que no había podido curar la noche anterior — ¿Qué pasa, has visto un fantasma? —Laura seguía con su vista clavada en Eva — ¿Qué es eso? —trato de hacer que Laura hablase.
—Vamos, te pondré algo de maquillaje en un banco de por aquí cerca —Eva se sorprendió, no se había parado a mirarse en el espejo así que saco su móvil y con la cámara pudo ver como estaba su cara, su corazón empezó a latir muy fuerte y se puso muy nerviosa, Laura lo notó y le dio la mano —ahora me lo cuentas —comenzó a caminar deprisa y al cabo de unos minutos estaban en un banco y Laura le ponía la base de maquillaje sobre la piel a Eva para luego aplicar el corrector para tratar de que las ojeras que tanto le habían costado quitar volviesen a aparecer —te he traído el desayuno, como sé que no ibas a desayunar quise traértelo —Eva miro al táper para luego cogerlo y empezar a comer —¿Qué ha pasado? —Laura se puso frente de Eva para luego ponerse de rodillas y coger una de las manos de Eva —Eva...
Eva miró triste a Laura y luego volvió al táper, cualquier indicio de brillo en los ojos de Eva había desaparecido, comenzó a contarle a Laura lo que había pasado.
—Ayer cuando me trajiste a casa, cuando entre en casa, mi madre estaba en el salón mirando desde la ventana —le dolía mucho la cabeza —nos vio besándonos y me chilló puta, que ojalá no me hubiese tenido y muchas más cosas —su cuerpo estaba cubierto por un jersey y unos pantalones vaqueros que no permitían la vista de los moratones por su cuerpo —me tiró al suelo después de haber estado chillándome y comenzó a darme patadas y a pisarme la cabeza, por suerte no me hizo sangre, pero sí que hay indicios de moratones por mi cuerpo y parece que también por mi cara —una lágrima cayó —me odia a muerte —miró a Laura y pudo ver como su mandíbula estaba tensa y las venas se le notaban, pero al ver como Eva la miraba trató de contenerse.
— ¿Por qué no me escribiste para que fuese?
—Había llorado mucho y pude subir las escaleras de milagro y al llegar a mi habitación caí desplomada en la cama.
—La tendrías que denunciar.
—No, no hace falta, si no es para tanto.
— ¿Cómo que no es para tanto? —reprochó — ¿tú te has parado a escucharte? —sus ojos eran tristes —por favor no vuelvas a minimizar tus problemas —la abrazó haciendo que Eva soltase un quejido a causa de los moratones — ¡perdón!
—No pasa nada.
—Sí que pasa —seco una lágrima que caía a la carrera por el rostro de Eva. Miró las manos de Eva y miró el táper a un lado —venga desayuna, te lo he preparado yo, por favor.
—Vale —no tardó mucho en acabar el desayuno —estaba riquísimo —dijo cerrando el táper —muchas gracias por ser tan atenta —le tendió el táper.
—Dentro de lo que cabe me alegro.
—Venga, déjalo ya, por favor, no quiero acordarme de esa persona en todo el día.
—Oído cocina —Laura beso a Eva dulcemente —pensé en ti.
—Yo también —pudo sonreír un poco —te quiero.
—Yo más.
—No, yo.
—No.
—Que sí, yo te quiero más.
—Vale —cogió el táper y lo guardo para luego coger la mano de Eva para tomar el camino al instituto.
Aún se podía ver el amanecer y había un silencio que no era incómodo, no, el silencio era tranquilizador donde cada una pensaba las cosas y reflexionaba sobre ellas, Eva pensaba en como estaría Laura ante lo que acababa de decirle y Laura pensaba en como estaría Eva, como estaría su cuerpo a causa de los moratones, como estaría ella y como habría podido dormir. Dieron con la esquina que daba con el instituto.
Al entrar, las se posaron curiosas sobre ellas y la gente empezó a cuchichear al verlas cogidas de la mano.
Entre toda esa gente se encontraba Mara, que no apartaba la mirada de ellas, dos alas que les tenía algo preparado para cuando se le presentase la ocasión.
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Un corazón roto ✔
Romantiek¿Qué pasaría si conocieses a la persona indicada, en el momento adecuado, pero la vida no os diese suficiente tiempo? Eva es una chica con muchos problemas y una visión pesimista de la vida, pero un día todo cambia cuando conoce a Laura, una ch...