Capítulo 9 -Presente-

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Eva se despertó sobresaltada, su respiración estaba agitada, sudaba mucho a causa del esfuerzo de respirar y temblaba, le temblaban las manos, rápidamente se miró las muñecas, solo encontró cicatrices.

—Ha sido tan real... —las lágrimas brotaron de sus ojos descontroladamente, ya hacía dos días del entierro de Laura —he podido notarla, su mano... —y miro la mano derecha donde hace años Laura la había agarrado para entrar a la Casa del lector incluso antes.

Era domingo y no tenía que hacer nada, pero quiso ir a dar una vuelta, pero no quería salir de su cuarto, así que al final se decantó por quedarse en su cuarto todo el día encerrada, sin hablar con nadie ni comer, no quería salir, ya no.

Se levantó de la cama y se dirigió a una mochila negra, allí encontró una libreta negra y se extrañó de encontrar la libreta de Laura, esa que hacía unos días habían estado buscando, un suspiro se le escapó recordando a Laura buscarlo locamente.

Río, pero enseguida noto como la tristeza, volvía recordándole que no se la podría devolver, que no la volvería a ver reír, ni llorar, ni la volvería a ver tan entusiasmada hablando de sus libros, ni tampoco le volvería a coger la mano ni a abrazarla, ni a tener a un lugar al que acudir si pasaba algo, la tristeza presiono fuertemente su corazón haciéndola caer al suelo de rodillas y entre las manos la libreta en la que tanto dibujaba Laura.

Al cabo de un rato encontró las fuerzas suficientes para coger también su libreta y levantarse para dirigirse con los ojos llorosos hacia su cama, donde a su derecha se encontraban las fotos del fotomatón, donde ella se apuntó los libros que le faltaban a Laura, donde tenía fotos del paisaje, donde tenía dibujos de Laura y suyos colgados, donde tenía demasiadas cosas de Laura.

Empezó a abrir poco a poco la libreta de Laura, en las primeras hojas solo veía tulipanes, tulipanes amarillos, morados, rojos..., ya de cualquier color, a medida que pasaba las hojas iba viendo una notoria evolución en los dibujos de Laura, llego a la hoja donde Laura había dibujado una corona de tulipanes y claveles juntos y los intentos de claveles debajo, siguió pasando las hojas, algunas eran solo de claveles, otras solo de tulipanes y otras de las dos flores.

Al cabo de un rato llego al final de la libreta y vio que había algo escrito en la última hoja por las dos caras, lo empezó a leer, Laura ya no podría decirle nada si lo leía.

Hoy es 29 de septiembre, he conocido a una chica interesante, se llama Eva, parece tímida, pero espero poder hacerme su amiga.

Un día después de conocer a Eva, ya se ha mostrado mucho más abierta, ¡tengo una amiga!

Cuando he ido a por ella a su casa tenía una gasa en la mejilla, ¿qué le habrá pasado? No me lo ha querido decir, estoy preocupada.

Eva dejó de leer, no quería. Aparto rápidamente la libreta de su vista dejándola a un lado, puso su cabeza entre sus rodillas y dejo salir el aire, lo que venía después no quería leerlo, aún no. Miro su móvil, no tenía ningún mensaje, total ¿Quién le iba a reclamar si con la única persona con la que hablaba era Laura?, entro en WhatsApp, aún no se había atrevido a borrar el contacto de Laura y tampoco quería hacerlo ahora, suspendió la pantalla del móvil y se quedó unos segundos que parecían eternos mirando al suelo, paso su mano por su cabello haciendo un característico gesto suyo poniendo su mano en forma de garra y empezando desde el inicio de cabello de la frente, pasando su mano por las raíces y acabando en las puntas de su pelo, dejo que las lágrimas cayesen llegando hasta la sabana de su cama dejando pequeñas gotas.

Paso su mano libre de nuevo por su cabello y esta vez acabo en su libreta negra donde dibujaba, empezó abriendo por el final, vio los dibujos de paisajes, vio algún boceto de alguna manzana, pera, plátano... llego casi hasta el inicio y vio varios dibujos hechos hacía unos meses, en ellos solo había personas, su madre con sus ojos azules que tanto pánico le seguían dando, varios esbozos de ojos, labios, nariz, orejas... y llego hasta una hoja en la que había estado trabajando muchos días, estaba Laura desde barias perspectivas, de frente, de lado, bocabajo, dando la espalda, sonriendo con esa sonrisa que tanto deslumbraba a Eva, sus ojos. La hoja provocó añoranza que fue aumentando a medida que veía sus dibujos, las lágrimas cayeron de nuevo, esta vez se tumbó en su cama teniendo cuidado en no pisar la libreta de Laura y la suya y calló en un sueño profundo, no sin antes dejar caer alguna lágrima a la almohada.


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Hola estrellas brillantes.

Espero que os haya gustado este capítulo, como es corto os dejo también el capítulo 10 para que no sea muy corto.

Recordad que podéis comentar y si os gusta la historia dejar vuestra estrella.

Feliz sábado.

PD: No olvidéis brillar.

Un corazón roto ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora