No recuerdo como llegué al parque, estaba muy metida en mis pensamientos y fue sentarme en un banco y empezar a llorar.
Lloraba por Laura, porque sabía que no estaba bien, ya había visto, por haberla visto llorar toda la tarde, por haberla visto desmoronarse y no poder ser suficientemente fuerte como para ayudarla, por haberme ido ahora, por saber que voy a perderla, por saber que seguramente tendrá cáncer de páncreas como bien me ha dicho, por saber que es un cáncer con una baja tasa de supervivencia, por saber que puedo llegar a perderla.
De repente noto como una mano se posa en mi hombro y asustada levanto la cabeza dejando ver lo ridícula que estoy llorando.
—Hola —dijo una mujer mayor.
—Hola —dije con una voz bajita.
— ¿Qué pasa? Llevo un rato oyendo tu llanto florecita, ¿Qué te hace llorar tanto? —no le di importancia a lo de florecita.
Pensé mucho en decirle que no era nada, que ya me iba, pero algo hizo clic en mi cabeza y acabé contándole a una desconocida ancianita que me acababa de llamar florecita, lo que me pasaba.
—Mi pareja.
— ¿Qué pasa con tu pareja florecita? —se sentó a mi lado y me cogió de una mano y de alguna manera me hizo sentirme acompañada.
—Mi pareja lo más probable es que tenga cáncer de páncreas y temo mucho perderla, lleva toda la tarde llorando entre mis brazos y me he ido de casa y parecía que huía de una situación reciente, parezco patética reaccionando de tal manera —puse la mano que me quedaba libre en mi frente.
—A mí no me pareces patética florecita —de alguna manera pude sentirme por una milésima de segundo que lo que acababa de hacer estaba bien, pero ese pequeño destello desapareció al instante.
—Sí que soy patética, dejo a mi pareja en casa en una situación que no debería haber pasado ahora, con las altas probabilidades de cáncer y yo solo me he preocupado por mi ataque de ansiedad, soy patética —mire a la amable ancianita que escuchaba mis problemas —tampoco soy suficiente para lo que ella necesita.
— ¿Y qué necesita?
—Necesita a alguien que sea fuerte, alguien que logre servirle y yo no soy lo que ella busca... no puedo, nunca he podido ser lo que se espera de mí, nunca voy a poder estar en las expectativas de mi pareja, nunca voy a ser suficiente, otra persona podría darle muchas más cosas que yo no le puedo dar, otra persona podría ser lo que ella necesita... en vez de lo que soy —sollocé.
La mujer me miraba en todo momento.
—Si tu pareja te ha elegido es porque eres suficiente, no pienso que seas patética, eres tu mejor versión y esta situación te viene grande a tan poca edad, por lo menos tendrás dieciséis diecisiete años.
—Dieciséis.
—Te viene grande esta situación, pero tú eres suficiente pequeña florecita, tú eres lo fuerte que tu tallo deja que seas, si fuerzas mucho el tallo puede romperse, las expectativas son lo peor que hay en este mundo porque siempre acabamos exigiéndonos demasiado hasta el punto de peligrar, mira hay una frase que me ha ayudado siempre y es: "No dejes que el miedo se interponga en tu camino" esta frase fue dicha en su momento por Babe Ruth y desde que la oí hace muchos años me ha estado ayudando.
— ¿Pero y si el miedo no se puede apartar de mi camino?
—Eso debes de descubrirlo tu florecita, cada uno tiene que apartar las piedras y los miedos del camino, tú debes hacer lo mismo, debes de apartar esos miedos, esas inseguridades y todo lo que te atormenta para poder avanzar.
—Pero llevo muchos años intentándolo, nunca he podido, ¿Cómo voy a poder hacerlo ahora?
—Eso debes descubrirlo tu florecita —acabado, esto se levantó.
—Muchas gracias, me llamo Eva —le tendí una mano.
—Muchas gracias, Eva —no quería que se fuese —yo me llamo Celeste, un gusto.
—Lo mismo digo —me levanto — ¿puedo darle un abrazo, por favor? —lo único que hace la mujer es sonreírme a la vez que me estrecha entre sus brazos, cierro los míos alrededor suyo, sintiendo el fuerte aroma a flores que desprende su pelo, sintiendo una gran nostalgia ante semejante olor —muchas gracias, de veras —me doy cuenta de que ya no lloro.
—No hay de que florecita, si algún día necesitas algo suelo, déjate caer por las noches por aquí, por si acaso —dicho esto puso una mano en mi hombro antes de disponerse a seguir su camino, fuese donde fuese, yo emprendí el camino de vuelta a casa de Laura.
ESTÁS LEYENDO
Un corazón roto ✔
Romance¿Qué pasaría si conocieses a la persona indicada, en el momento adecuado, pero la vida no os diese suficiente tiempo? Eva es una chica con muchos problemas y una visión pesimista de la vida, pero un día todo cambia cuando conoce a Laura, una ch...