Capítulo 56 -Pasado- (Eva)

14 4 0
                                    

Al llegar nos sentamos en un banco, Carlos a mi izquierda e Iván a mi derecha, me sentía de alguna manera ya más tranquila.

—Venga Eva, ¿Qué ha pasado? —me dijo Carlos, que me miraba preocupado. Tomé aire y hablé.

—He ido a casa de mi madre —Iván me miro extrañado y a Carlos se le ensombreció la mirada.

—¿Qué ha pasado? —dijo Carlos.

—Me ha dicho que no puedo volver hasta que Laura muera, me ha metido miedo y yo he sido tan tonta de ir por mi cuenta —lo último le sorprendió.

—¿Fuiste tú? —asentí —¿Por qué?

—No lo sé —no se lo pienso decir, ni de coña, ja.

—No te creo.

—Pues créetelo —digo a la vez que giro la vista hacia Iván, que nos mira extrañado pero a la vez interesado.

—No deberías haber ido, ¿tú sabes cómo estaba tu cara cuando te has chocado contra mí? —a la vez que lo dice me levanta un poco la voz y me arrepiento de haberle dicho la verdad.

—Perdón, creo que no debería habértelo dicho —me levanto del banco —perdón, habéroslo dicho —los miro —ya me voy, perdón por haber molestado, ya no lo haré.

Entonces, sin esperar nada de ellos, me giro y me voy lo más rápido que me dejan las piernas, ahora mismo no tengo donde ir, no puedo ir a casa, con Carlos tampoco y no quiero molestar a Laura con lo de su pelo, así que me voy caminando por las calles sin rumbo alguno, solo caminar.

Me da igual donde sea, si acabo en un parque, en una cafetería o en un banco, me da absolutamente igual, así que mis piernas ahora mismo mandan a la vez que mi vocecita de la cabeza ha desaparecido por completo, dejándome en soledad absoluta.

La tarde pasa y el sol se pone, decido volver con Laura porque durante la tarde me han llegado muchos mensajes de ella, pero no he querido decir nada. Mi caminar es lento y me fijo en todo lo que hay a mi alrededor, los coches, pájaros, niños, familias, parejas..., todas ellas hacen que me sienta peor, no sé por qué.

Al rato llego a casa junto con Laura que me espera sentada en el suelo de la entrada mirando fijamente, me sobresalto al verla e intento esquivar su mirada reprochante, pero acaba por cogerme suave por la muñeca y me lleva a su habitación.

Un corazón roto ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora