Capítulo 25 - Sunachi

717 94 37
                                    

La idea original era ir a la hora de comer a casa de los cocineros para celebrar con Zeff el cumpleaños de Sanji, pero este estaba tan hecho polvo que tuvieron que esperar a la noche para que cogiese algo de fuerzas y llegar a casa. El adulto, nada más ver a su hijo, les dio una buena bronca al verle en ese estado, lleno de marcas de pasión por todo el cuello (tuvo suerte de no enseñar más piel) y les amenazó con cortarles las pelotas a ambos como llegasen a esos extremos.

Aun así, se comieron los tres juntos el resto de tarta que quedó de la noche anterior, no quería perderse ese evento por culpa de las hormonas descontroladas de los adolescentes, así que lo dejó pasar, solo tendría que vigilarlos más cerca, faltaba poco para los exámenes finales.

Las siguientes dos semanas se las pasaron estudiando todos juntos, el tiempo parecía pasar demasiado despacio cuando estaban delante de los libros, pero demasiado rápido al ver que las fechas se acercaban. También conocían las fechas para los ingresos en All Blue, en el que apenas sería una semana después de los escolares y el de la academia policial aún faltaba dos meses para que aceptasen las solicitudes.

Era una noche bastante tranquila en el restaurante, si ambos estaban allí, era porque Zeff no estaba en buenas condiciones, no lo dijo en voz alta, pero se dieron cuenta de que se llevaba las manos constantemente a la espalda, debía de dolerle y por mucho que le pidiesen que descansara este no lo hizo, así que Sanji tomó las riendas de ser el cocinero principal esa noche mientras que Zoro se dedicaba a entrenar con la espada de madera en el patio interior hasta la hora del cierre, todos los otros trabajadores se fueron a casa por la puerta principal como solían hacer.

- Venga, viejo. Acuéstate ya. – Pidió de nuevo, ya había perdido la cuenta de las veces que iba – Ya hago yo la caja, estás que no puedes con tu vida.

- Tú no sabes ni sumar dos y dos, eres tú el que debería irse.

- Hoy no nos vamos a ningún lado. – No iba a dejarle así solo en casa, se quedarían a dormir esa noche allí. – Déjate cuidar, viejo de mierda.

- Mocoso... estás hecho un impertinente. – Chasqueó la lengua – Tú ganas esta vez, tiro la basura y subo.

- Ya lo hago yo. – Intervino Zoro, a los camareros se les había pasado hacerlo, por lo que cogió las bolsas y fue al interior de la cocina donde estaba la puerta que daba al patio interior y de ahí fuera los contenedores.

- ¿No vais a dejar de tratarme como un viejo inválido o qué? – gruñó – Ve y cierra la puerta principal, berenjena enana.

- Como si no lo supiese de sobra... - Suspiró, como iba a disfrutar de su cigarro una vez que terminase el día. Conforme él avanzaba hacia la puerta y Zeff hacia las escaleras, el sonido de la campana que anunciaba que alguien entraba al Baratie sonó – Ah, lo siento está ce...

No pudo continuar la frase cuando vio de quien se trataba, podrían haber pasado muchos años, pero le reconocería en cualquier lugar, un tipo de pelo rojo, sonrisa burlona y las cejas en espiral en dirección contraria a las suyas.

- I-Ichiji... – Murmuró el nombre de su hermano mayor, había crecido considerablemente, le sacaba una cabeza, o más bien dos si contaba con ese tupé doble rojo que le parecía ser más alto, dibujaba una sonrisa torcida manifestando su creencia de superioridad.

- Por fin nos encontramos. – Saludó burlón, sabiendo de buena tinta que este no quería volver a verlos en la vida.

- ¿Quién iba a decir que el debilucho de Sanji sobreviviría? – Se rio entre dientes Niji que entró tras su hermano mientras el rubio retrocedía. Él era el segundo, su cabello de color azul también con un tupé dirigido a su lado derecho que ocultaba parte de su ojo.

Quiero que seas egoísta - Instituto One PieceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora