Capítulo 24 - Lleno

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Había pasado dos semanas desde el festival cultural, el rubio por fin había conseguido las fotos del club de fotografía y estaba que no cabía de gozo cuando tuvo por fin en sus manos el reportaje pirata que les hicieron, todos estaban geniales, pero sin duda sus fotografías favoritas eran las que salía con Zoro, parecían auténticos piratas dispuestos a conquistar el mundo, sus expresiones llenas de determinación y confianza en sí mismo, puede que en el momento estuviera posando, sin embargo, Sanji se sentía exactamente como ese pirata-cocinero, estaba lleno de seguridad y todo gracias a las conversaciones que tuvo aquel día y por el apoyo de su chico.

Era sábado, su plan era ordenar su nuevo tesoro en el álbum en el que apenas les quedaba cinco hojas vacías, debía de conseguir uno pronto, eran demasiadas las que quería guardar ahí dentro, por lo que tendría que comprar uno nuevo. En eso estaba pensando cuando estaba terminando de fregar el desayuno y apareció el kendoka en la puerta del Baratie.

- Hola, cejas de espiral. – Saludó con un corto beso de labios, Zeff estaba sentado en el sofá al cual le hizo un gesto de cabeza a modo de saludo – Buenos días, viejo.

- ¿Qué haces aquí tan temprano? – Preguntó el rubio – Tenía pensado llamarte luego para ir a comprar un álbum nuevo, por si querías acompañarme.

- Ah, pues yo venía a algo similar – Respondió – Tengo que ir a Goa a por un par de cosas, podemos aprovechar e ir juntos.

- Que conexión, será el poder del amor. – Bromeó, o no tanto – Pero volvemos pronto, tengo que ordenar mis preciosas fotos para que no se estropeen.

- Sí, sí... - Puso los ojos en blanco – Ve a por tus gafas de sol, hoy pega fuerte.

Este asintió y se marchó a su habitación para prepararse la bandolera y meter ahí lo necesario, cuando salió el chef y su novio estaban teniendo una pequeña conversación que cortaron cuando este regresó al comedor.

- Pasadlo bien. – Se despidió Zeff al verlos salir por la puerta.

- Sólo vamos a comprar un par de cosas, no tardaremos. Vendremos para comer, viejo. – Le informó antes de cerrar.

Efectivamente necesitó de las gafas de sol para proteger su vista, era un día caluroso para ser primavera, el astro apretaba con fuerza por la mañana, la estación estaba a un buen paseo por lo que anduvieron por la sombra, hablando de cosas sin importancia hasta llegar allí y esperar al próximo tren, que como siempre, estaba abarrotado al ser fin de semana y todos querer ir a la gran ciudad. Cada vez que subía a uno de esos vagones, recordaba aquella vez que necesitó del parche y Zoro le cuidó durante el trayecto, él no sabía ni donde mirar, miró todo el trayecto sus zapatos porque solo con levantar la vista se encontraba al peliverde, y el anhelante deseo de tocarle le dolía el pecho. Ahora, en cambio, le tenía también justo delante y podía mirarle a los ojos directamente e incluso se robaban algún que otro beso. El viaje podía durar todas las horas que quisiese, que, si era junto a Zoro, no le importaba estar así.

Llegaron a la estación principal de Goa, si pensaban que al salir del vagón las cosas mejorarían se equivocaron, la gente ocupaba prácticamente todo el andén y era difícil andar hasta que, por fin, tomaron un camino menos concurrido, tras salir de las vías cruzaron gran parte de la estación hasta llegar a unos casilleros, el peliverde fue directo a uno de ellos y marcó la combinación de apertura.

- ¿Qué guardas ahí? – Curioseó el rubio, pues no esperaba aquello.

- La paga. – Guardó dos sobres marrones algo abultados en la riñonera oscura que llevaba atada en las caderas, al no ir el mes anterior se le había acumulado.

Quiero que seas egoísta - Instituto One PieceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora