Quiero que seas egoísta - Instituto One Piece

Capítulo 5 - Su casa

Ya llevaban la mitad del primer curso y estaban a punto de realizar los exámenes del segundo trimestre, gracias a Sabo, iban mucho mejor en los estudios, aunque al pobre rubio le costaba horrores que los tres se centrasen en estudiar. Entre que su hermano pequeño se distraía con cualquier tontería y que los otros dos se peleaban por nada, era difícil tenerles más de cinco minutos seguidos en la tarea.

Aquella tarde no podían ir a casa de Luffy. Se había estropeado la caldera, y al no estar Ace, tenía que hacerse cargo el rubio de atender al fontanero habría demasiado ruido como para poder estudiar allí, asi que les dijo que mejor fuesen a otro lugar. Tampoco podían ir a casa de Sanji, era de las pocas tardes libres que tenía Zeff y le gustaba quedarse en casa a descansar, sabía que si iban allí le molestarían, a cambio, ofreció ir a la biblioteca, aunque la última vez les echaron.

- Vamos a mi casa. – Resolvió Zoro cuando salían del instituto.

A Luffy le pareció de lo más normal esa respuesta, pero no para Sanji. En todo el tiempo en que le conocía todavía no había ido y la verdad es que tenía mucha curiosidad por verla y conocer a su familia aunque tampoco hablase de ella.

Apenas estaba a cuatro calles de distancia del Baratie, le sorprendió que estuviesen tan cerca y él sin saberlo, ya que siempre que iban a algún lado después del instituto salían los tres juntos desde allí. Era un bloque de apartamentos viejo y sencillo, de seis plantas en la que él vivía en la última sin ascensor, en cada planta había cuatro pisos y él vivía en el del fondo donde se veía algo más deteriorado. Zoro abrió la puerta con el código de seguridad que era numérico, se dio cuenta de que no estaba el pestillo echado, por lo que pensó que había alguien dentro.

- Perdón por la intromisión. – Saludó Sanji al pasar y dejar las zapatillas como hicieron los otros que no dijeron nada.

Nada más entrar se veía el comedor, en el que había una mesa baja típica japonesa, un mueble vacío donde encima estaba la televisión y frente a él un sofá de dos plazas. Al lado de la entrada estaba la puerta que daba a una pequeña cocina con dos fogones, un microondas, una arrocera y una nevera.

Dejó la cartera sobre la mesa del comedor y de ahí pudo ver otras cuatro puertas. Unas doble de cristal que daba paso a un balcón y las otras tres estaban cerradas.

- ... - No dejaba de observar la vivienda y lo único que podía pensar de ella es que era impersonal, no había fotos ni cuadros adornando en las paredes, tampoco objetos decorativos como un sencillo jarrón.

- Voy al Combini a comprar algo para picar. – Avisó Zoro tras dejar también su cartera en la mesa. – No tardo nada.

- Si bueno, nos vemos dentro de una hora. – Bromeó Luffy que se acomodó en el sofá y encendió la tele como si fuera su propia casa.

El dueño de la casa cogió el monedero y dejó solo a sus invitados. A Sanji le faltó tiempo para ir a curiosear en la cocina. El frigorífico estaba prácticamente vacío, restos de comidas precocinadas y algo de carne. En el armario había un saco de arroz y cosas de desayuno. No le gustó nada de lo que estaba encontrando.

- ¿Buscas algo de comer, Sanji? – Preguntó curioso el moreno al verle merodear como un ladrón.

- No. – Respondió con brusquedad al ver la cubertería de Zoro. Salió de la cocina y abrió una de las puertas cerradas, esa era el baño con lo básico. Cerró y abrió otra de las puertas.

- ¿Entonces que buscas?

El rubio no dijo nada, desde el marco de la puerta pudo ver el contenido de esa habitación, era como una especie de gimnasio, al fondo había unas pesas y en un soporte triple en el que había tres espadas de madera. Con el corazón en un puño fue a la última puerta y descubrió que era el dormitorio de Zoro, había un armario empotrado y una estantería en la que estaban los libros que no se había llevado ese día al instituto. Ni siquiera había una cama, dentro del armario había un futón y al otro lado estaba la ropa de este.