Quiero que seas egoísta - Instituto One Piece

Capítulo 14 - Semana Blanca - parte 3

Era la mañana de Fin de Año, una vez más se despertó solo en la cama y desayunó con ambos cocineros que ya estaban listos desde a saber que hora, tenían que preparar bastantes cosas para el restaurante, por lo que Zoro aprovechó y entrenó durante toda la mañana hasta la hora de comer. Como iba a ayudar también esa noche en el restaurante, se puso el uniforme del Baratie y junto a Mitsuboshi y otros camareros se repartieron las mesas de las que se encargaría cada uno. Pusieron las mesas dejándolo todo listo para el servicio de noche, en esta ocasión solo era menú, así luego los trabajadores podrían ir recogiendo pronto para poder celebrar la fiesta junto a los clientes que solían ser habituales.

Como luego sería imposible, el rubio hizo una videollamada para felicitar el inicio de año a Luffy y su familia, se alegraron de ver que Zoro no pasaría la noche solo y le silbaron lo bien que le quedaba el uniforme. Estuvo un rato más con el teléfono felicitando a sus otros amigos y en especial a Vivi que ya le comentó que tendría cena de negocios junto a su padre, como no podía estar con ella durante la cena, al menos estuvo charlando un rato antes de que abriesen el restaurante.

Los clientes llegaban en pequeños grupos esperando ser atendidos y felicitaban las fiestas a los empleados agradecidos de que, en una noche así, diesen servicio de cena. El restaurante se llenó por completo, al igual que el estómago de cada uno de los presentes que estaban más que satisfechos por el delicioso menú. Un grupo de músicos apareció más tarde, helados hasta los huesos, no habían hecho reserva, pero Zeff les buscó un hueco donde poder cenar, estaban de paso para ir a otra ciudad y no podía dejarles irse hambrientos y congelados.

Solo faltaba una hora para que empezase el año, los camareros recogieron las mesas y sirvieron a partir de ese momento, toda clase de bebidas que iban repartiendo por las mesas mientras los cocineros iban limpiando las ollas y demás utensilios para estar listos para la cuenta atrás.

Zoro tenía curiosidad por ver como otros celebraran el evento. Antes de Foosha, veía como otros lo festejaban junto sus amigos en aquella enorme casa, él solo observaba y bebía hasta la medianoche, después, era cuando le recompensaban con compañía el resto de la velada.

- ¿A que viene ese cejo arrugado? – Interrumpió su recuerdo el sonriente cocinero tras golpearle con su vaso en la cabeza para llamar su atención y dárselo luego en la mano – Ni se te ocurra empezar el año con esa cara. Ven conmigo. – Tomó su mano para poder cruzar el salón, la mayoría de gente estaba en pie mirando el televisor, faltaban unos minutos y todos estaban ansiosos sujetando sus copas preparadas. Llegaron detrás de la barra donde estaba esperándoles Zeff y vertió algo en sus vasos vacíos.

- No soy tan ingenuo como para pensar que no bebéis algo de vez en cuando, solo esta copa, mocosos. – Era licor de ciruela, apenas tenía graduación – hay que empezar el año con el estómago lleno y de buen humor.

- Gracias, viejo. – Dijeron ambos a la vez, felices de que pudiesen empezar así. Sanji continuó explicándole a su amigo – Al terminar la cuenta atrás todos gritamos "Feliz Año Nuevo", apuramos la copa hasta la última gota mientras pensamos en nuestro deseo y golpeamos con el vaso la mesa, luego ya abrazos y esas cosas que tan poco te gustan, jeje.

- ¡Atentos, que empieza! – gritó Mitsuboshi cuando la presentadora de la televisión también avisaba de lo mismo. - ¡Diez! ¡Nueve!...

Comenzaron todos a hacer la cuenta atrás a voces hasta llegar al uno, gritaron al unísono lo que Sanji le había avisado previamente, hubo un momento de silencio absoluto mientras todos bebían su copa, y como si se hubiesen puesto de acuerdo, todas las copas resonaron sobre la madera para echar a reír y felicitarse entre ellos.

- Feliz año, mocosos. – Les deseó Zeff revolviéndole el pelo a ambos que respondieron igual. El chef apoyó su frente en la de su hijo, le dijo algo, pero por el bullicio Zoro no pudo escucharlo, aunque este sonrió de oreja a oreja y asintió añadiendo algo antes de que este se fuera a felicitar a sus empleados.