Capítulo 21 - Sora

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Se marchó de allí con el corazón encogido en un puño, echó un último vistazo hacia la habitación del rubio, siempre que se iba se asomaba por la ventana y le lanzaba besos como un idiota, esa tarde no los hubo.

Al día siguiente apareció por la mañana en el Baratie, Zeff abrió la puerta, le dijo que su hijo necesitaba asimilar muchas cosas y que no quería ver a nadie, aun así Zoro dijo que esperaría fuera todo el día si fuese necesario por si cambiaba de opinión, el viejo se apiadó de él y le ofreció quedarse en el Baratie con la condición de que mientras estudiase, era cierto que no estaría muy concentrado, pero que al menos aprovechase ese tiempo en algo productivo.

Aunque Sanji sabía que Zoro estaba allí no bajó a verle en todo el día y solo fue al día siguiente cuando salió de casa y fue al acantilado para airearse. Al igual que sucedió hacía unos meses, notó la presencia de su ahora novio detrás de él, sin saber si acercarse o no. El kendoka pudo ver que a su lado estaba su inseparable paquete de cigarrillos y su cenicero, también había una gorra, se la debía de haber quitado ahora que estaba solo para que, en el camino, nadie viese la goma del parche que llevaba puesto.

- Lo siento. – Fue su turno de disculparse, palmeó su lado derecho para que supiera donde sentarse – Sabía que estabas esperándome ayer todo el día, sin embargo, no tuve el valor de enfrentarte.

- El viejo me avisó, estaba al tanto. – Tomó su mano y la besó sin importarle que fuese la que llevaba el cilindro entre sus dedos – No debí excederme.

- Tenías razón en que estaba huyendo de mi pasado. – Se cambió el cigarrillo a la otra mano para poder estrecharla con la de Zoro, su voz sonaba apagada, al igual que el brillo de sus ojos, esa picardía que tanto le caracterizaba no estaba ahora. – Siempre me digo que lo olvide, que con mi nueva vida estoy bien... pero de alguna manera siempre vuelve.

- Huías porque creías que estabas solo, ni si quiera quieres hablarlo con tu padre. – Es lo que dedujo cuando le pidió hablar a solas con él – Yo no voy a solucionarte tu pasado, de hecho, nadie puede. Es algo con lo que debes cargar, pero no es una carga que debas llevar tu solo. Estoy aquí, compártela conmigo.

- Joder, marimo... No has cambiado nada. – Murmuró cuando apoyó su cabeza en el hombro de este, conmovido por sus palabras.

Cuando eran amigos se quejaba de sus conquistas y Zoro le escuchaba, le hacía peticiones egoístas como las de ahora, que se valorase más, que se enfrentase a sus miedos, que exigiese su derecho a negarse cuando algo era injusto o simplemente no quisiera hacer algo. Lo gracioso de todo el asunto, era que el propio rubio era quien se negaba el derecho de quererse a sí mismo, castigándose por haber salido adelante y su madre no.

Guardó silencio unos minutos, no supo cuántos, solo se oía el sonido del viento y las olas chocar contra las rocas del acantilado, el ruido de la ciudad quedaba tan lejos que apenas era un murmullo.

- Ya te comenté algo sobre mi infancia antes de llegar a Goa. – Comentó mientras miraba el horizonte – Tanto Zeff como yo somos del North Blue, mi auténtico padre es un científico de renombre allí, lo que pocos saben es de los auténticos experimentos que lleva a cabo ni con quien. Era demasiado pequeño para entender que sucedía, apenas era un crío cuando me pusieron mi primera inyección, nunca había experimentado tal dolor, mis huesos dolían, cada fibra de mi ser...

- ¿Estás diciendo que tu padre experimentó contigo?

- No solo conmigo, también con mis hermanos y mi madre. – No quería mirarle a la cara pues sabía que estaría horrorizado. – Las siguientes dosis no fueron como esa, no sentí nada similar. Me hicieron otro tipo de pruebas conforme pasaba el tiempo, resistencia, fuerza, reflejos, los míos eran normales, en cambio los de mis hermanos parecían super-niños, eran incluso más fuertes que los adultos a los que nos enfrentaban, solo yo perdía y a partir de ahí fui el blanco de burla de ellos, hasta llegaron a las manos, Zeff trataba de protegerme siempre que podía, pero los otros cuidadores de mis hermanos les animaban para ver si así me hacía más fuerte.

Quiero que seas egoísta - Instituto One PieceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora