Capítulo 8 - Karaoke

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Gracias a la charla que tuvo con Sabo, Sanji estaba, en cierta manera más tranquilo. Ahora que ya podía ponerle nombre a ese sentimiento le calmaba, pero por otra, sabía que no iba a ser nada fácil para él. Estar enamorado de una persona de la que sabía jamás pondría sus ojos en él, le hacía perder toda esperanza en que algún día podría ser feliz con pareja, solo quedaba que el tiempo pasase y algún día perder esos sentimientos que tenía ahora por su amigo y fuera solo eso, un amigo más.

Ahora que el grupo era más numeroso le resultaba más fácil escapar para no estar a solas con Zoro y evitar pensar en él, si este era consciente o no de que la relación se había enfriado no dijo nada al respecto, pero si podía sentir a veces la intensa mirada del peliverde en su nuca, no quería dejarle de lado, pero necesitaba poner algo de distancia hasta que se calmase un poco cada vez que estaba cerca de él.

A Vivi tampoco le acompañaba la suerte, después de la bolera, cuando se quedó a solas con Luffy, no tuvo el valor para confesarse y perdió la oportunidad, ambos estaban en la situación de no verse correspondidos y Sanji terminó contándole que lo que sucedió aquel día fue por mal de amores, por haberse enamorado de quien no debía. De alguna manera eso les unió más.

Había pasado un mes desde que fueron a la bolera, todo parecía ir como siempre, pero cuando entró en clase el Trío Monstruoso, se encontraron que todos rodeaban a Vivi con lágrimas en los ojos.

- Van a trasladar a mi padre otra vez. – Explicó la de pelo celeste – Nos vamos de la isla este mismo fin de semana.

- ¿Tan pronto? – Se le rompió el corazón a Sanji por la idea de perderla – Apenas llevas aquí unos meses.

- Lo sé, sabía que sería temporal, pero no que sería tan poco tiempo... – Con lo bien que le habían acogido allí odiaba la idea de irse.

A ninguno le gustaba que Vivi se fuese de Foosha, la consideraban una buena amiga, enseguida llegó el profesor y no pudieron hablar del tema hasta la hora del almuerzo donde se reunieron como siempre en la azotea. El ambiente no estaba nada animado ese día, pero era normal por tal noticia.

- No se puede hacer nada, estoy acostumbrada desde pequeña a ir de un sitio a otro. – Trató de animarles un poco.

- Vamos, chicos. – Suspiró Nami al ver las caras tristes – No podemos dejar que Vivi-chan se lleve este recuerdo de nosotros.

- ¡Preparémosle una fiesta de despedida! – Se le ocurrió a Luffy – Supongo que este fin de semana estarás ocupada embalando tus cosas, podemos celebrar algo esta misma tarde.

- ¡Que buena idea, Luffy! – Exclamó Chopper - ¿A dónde podemos ir?

- Podemos ir a Goa. – Improvisó Usopp – Allí hay muchas más cosas que hacer que en Foosha, cogemos el tren nada más salir de clases y nos quedamos a cenar.

- ¡Si, vamos, vamos! – Celebraron a la vez Nami y Chopper.

Sanji se mantuvo en silencio, le gustaba el plan y eso sin duda animaría a su amiga... pero la idea de volver tarde y dejar a Zeff solo en el restaurante no le dejaba tranquilo, aunque le hubiese dicho mil veces que no necesitaba su ayuda. Mientras los otros discutían que hacer para la fiesta de despedida él cogió su teléfono móvil con dudas, hasta que finalmente, se apartó del grupo para poder hacer una llamada.

- ¿Sanji? – Preguntó al otro lado de la línea una voz preocupada - ¿Qué haces llamándome a estas horas? ¿Ha ocurrido algo?

- No, tranquilo. – No quería preocuparle y solo con oir el tono de su padre ya no le pareció buena idea lo que quería pedirle.

Quiero que seas egoísta - Instituto One PieceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora