Capítulo 8

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Dejé la bandeja con comida en la mesita de noche junto a la cama, traté de no hacer tanto ruido y observé que Lorraine quien estaba aún dormida. Sonreí de lado, acaricié su mejilla delicadamente y me incliné sobre ella hasta besar su sien.

-Lorraine... despierta -hablé suave para no asustarla.

Se removió ligeramente y se resistió a despertar. Reí y volví a besar su cabeza en otro intento que luego se volvieron varios hasta que finalmente abre los ojos y me ve con tranquilidad.

-Finalmente -comenté-. Te traje el desayuno, princesa.

Lorraine mira a un lado hasta encontrarse con la bandeja, se sienta y se acomoda aún estando adormilada. Su cabello semi revuelto, ojos cansados y su leve sonrisa me hicieron sentir mejor. Coloqué la bandeja en su regazo y ella empezó a comer a su tiempo.

-Está delicioso -menciona suspirando con cada bocado.

-Me alegra que te guste.

Me levanté y fui hasta el armario para encontrar ropa para mí y para ella. Ayer pedí que compraran ropa para Lorraine y todos los artículos que iba a necesitar, además de hacer espacio en mi armario para todo ello. Se podría decir que ya se estaba instalando aquí, no parecía molestarse pero aún se veía un poco avergonzada y no tan confiada. No importaba, iría lento con ella si eso quisiera; si me pedía dormir en habitaciones separadas se lo habría concedido, porque lo que menos quiero es hacerla sentir incómoda y que se fuera. Por suerte no fue así, me dio la oportunidad y decidió quedarse conmigo en mi habitación.

-Oye, tengo que presentarte al Alpha, debe saber que ahora estás aquí conmigo -comenté mientras buscaba las cosas.

-¿Creer que... le vaya a agradar? -pregunta tímidamente.

-No te preocupes por eso -respondí dedicándole una sonrisa y dejando su ropa a un lado de ella.

Ciertamente... no creo que me diga nada por haber encontrado a mi Mate, estoy seguro que hasta me felicitará por ello. Pero desde que rechazó a Emma tiene el pensamiento de que una Mate solo nos hará débiles, que sería una distracción y una debilidad para nosotros, que en medio de una guerra sería nuestra perdición.

-¿Listo? -pregunté cuando dejó la bandeja en la mesa de nuevo, ella asiente sonriendo.

Agarré aquella bandeja y salí de la habitación luego de decirle que la esperaba abajo para irnos. Terminando de bajar las escaleras me encontré con una de las chicas del servicio, le entregué la bandeja y fui a esperar en la sala. No tardó mucho más de media hora cuando la escuché bajar, llevándose toda mi atención en cada movimiento suyo.

-Ya... Ya estoy lista -anuncia estando frente a mí.

-Te ves hermosa -solté hipnotizado por su belleza.

La vi sonrojarse y eso solo aumentó mi cariño hacia ella. La guié hasta el auto y luego de encenderlo nos dirigimos hacia la casa del Alpha. Hice una mueca pensando en cómo iba a decirle lo siguiente y simplemente decidí intentarlo.

-Lorraine... escucha -empecé-. El Alpha no es malo ni te haría daño jamás, pero... tiene un cierto pensamiento que puede ser algo con lo que no estés muy de acuerdo.

-¿Ah? ¿Es machista? -cuestiona.

-No, no. No es eso... Solo digo que cuando te presente como mi Maye quizás se tenga una actitud rara, quizás hasta sea distante al comienzo... -resoplé por no saber como decirlo.

¡¿POR QUÉ APARECISTE?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora