Capítulo 7

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Me mantuve a un lado de la camilla en donde mi mate se encontraba, aún inconsciente. Sostenía su mano mientras examinaba las heridas que ese vampiro le había dejado. Su curación actuaba lenta y desesperante, ya quería que termine de curarse y así verla sin heridas y despierta.

Vi como cada una de sus heridas, aunque fuera despacio, desaparecían. Los golpes, rasguños y mordidas, todo desaparece tan lentamente que me impacientaba cada vez más.

Observé su rostro por un tiempo. Era hermosa, la mujer más hermosa que había visto nunca. Rubia y una piel suave que parecía porcelana, pero cubierta por esas marcas y cortadas. Quería saber como serían sus ojos, sean como sean me encantarán. Siento que cualquier color le quedará tan hermoso como lo es ella. Dejé de admirarla y presté atención cuando sus heridas desaparecieron por completo, y al hacerlo, ella abrió los ojos dejando ver un hermoso color celeste.

Me había hipnotizado, no pude reaccionar por quedarme viéndola y apreciando tanta belleza junta. Se veía tan frágil, un instinto de querer protegerla creció dentro de mí. Me ve y parece analizar la situación por un momento antes de reaccionar asustándose casi al instante.

-¿Q..Quien eres? -pregunta con voz temblorosa, temerosa a lo que podría hacerle.

-¿No lo sabes? Pensé que nada más despertar te llegaría la pista -sonreí, ella me mira confundida y yo di leves toques a mi nariz con el dedo.

Ella suspira profundo, cierra los ojos al hacerlo y parece embriagarse con el aroma por un momento antes de volver a mirarme sorprendida.

-¿Mi... Mate? -parece no creerse lo que estaba sucediendo.

-Así es princesa, es un placer -sonreí de nuevo, aunque aún notaba su incomodidad por el miedo que todavía sentía-. No debes tener miedo, aquí nadie te hará daño.

Parece creerme porque la noté menos tensa después de eso. Ella suelta un suspiro para ayudarse a calmarse cerrando los ojos en el proceso.

-¿Cuál... Cuál es tu nombre? -pregunta ella.

-Zack Hunter, ¿y el tuyo? -fue mi turno.

-Lorraine... solo Lorraine.

Su mirada contenía tantos sentimientos que quisiera preguntar por su apellido, pero aquella sonrisa me mantuvo tan cautivado y relajado que sentía que debía dejar ese tema para más adelante. Tampoco quería hostigar la con preguntas, prefería que me contara todo lo que ella quisiera cuando crea que es el momento de hacerlo. Sonreí de igual forma pero fue mejor reaccionar.

-Bueno Lorraine... -probé su nombre acariciando cada letra que salía de mi boca.

Vi su reacción, se contrajo levemente y su cuerpo se erizó. Trató de ocultarlo pero ya me había dado cuenta, me hizo sonreír aun más por conocer el efecto que causo en ella.

-Llamaré al doctor y luego nos iremos de aquí, ¿te parece bien? -pregunté mientras me levantaba de donde estaba.

Ella asintió y soltó mi mano, aunque, cuando ya no la estaba tocando, sentí un vacío que al mirar su sonrisa se volvió a llenar. Salí de la habitación para buscar a una enfermera. Ella me acompaña y chequea a Lorraine hasta asegurarse de que estuviera perfecta. Su curación ya había terminado así que todo estaba bien, fue posible darle de alta.

Guié a Lorraine hasta mi auto, que pedí que trajeran, y le abrí la puerta del copiloto. La llevé a mi casa, en el camino hablé con ella hasta que se sintió cómoda conmigo, la sentí más confiada y feliz, causando lo mismo en mí. Estábamos tan bien hablando que desearía que el viaje fuera eterno, pero llegamos en menos de diez minutos.

¡¿POR QUÉ APARECISTE?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora