Narra Ethan
Me detuve finalmente cuando el aroma se hizo más fuerte. Pasé por entre los arbustos al encontrarla, me acerqué a ella, que estaba tirada en el suelo, desmayada en su forma humana. Acerqué mi hocico y comprobé su estado, estaba viva pero fría. Su sangre corría por sus venas con lentitud, su sistema estaba tan débil que no podría soportar el frío. Gruñí levemente, aparté la mirada teniendo el pensamiento de dejarla aquí y probar que no moriré si ella lo hace.
¿Por qué se puso así cuando vio al cazador?
Esa pregunta me causaba curiosidad a pesar de todo. Volví a mirarla, su rostro se veía tranquilo, aunque su piel estaba pálida. Por un momento me mantuve observandola, el viento sopla y golpea su aroma contra mi rostro. Acerqué mi cabeza y aspiré aquello como si me atrajera cada vez más...
Volví a gruñir. Levanté la cabeza y miré el cielo, las estrellas ya estaban apareciendo y la manada estaba lejos de aquí. Esta mujer corre tan rápido y lejos cuando no se da cuenta y huye de algo o alguien. Me transformé y me acerqué a ella para pasar mis brazos por debajo de su cuello y rodillas. La levanté en brazos y comencé a caminar en busca de algún refugio para ambos. No me costó mucho encontrarlo, antes de que terminara de oscurecer ya nos había instalado en una cueva.
La dejé en el suelo y me senté a un lado, apartado de ella. Podía sentir el viento golpear mi cuerpo pero gracias a mi metabolismo licántropo no sentía frío. Pero vi atrás de mí, hacia Thalía, ella se volvía cada vez más pálida y sus labios se veían lilas.
-Mierda.
Me levanté resignado y fui a buscar madera seca y la llevé a la cueva. Encendí una fogata y la acerqué a ella al fuego. Volví a sentarme apartado y la observé un segundo.
-Yo no debería estar aquí. Yo debería estar ganando una guerra ahora -murmuré molesto.
Me acerqué a ella, rocé la yema de mis dedos por sus mejillas y bajé por sus labios, mentón y cuello. Rodeé este último con mis dedos, pensando en la posibilidad de sobrevivir aunque la matara ahora mismo. Saqué mis garras y presioné más pero algo en su rostro llamó mi atención.
-Que bueno... Que bueno que estén aquí.
Apenas pude escucharla pero lo hice. Hablaba en sueños y parecía aliviada. Las lágrimas empaparon sus mejillas y yo fruncí el ceño. Solté su cuello y levanté su mirada.
-¿Por qué lloras ahora? -pregunté en voz alta a pesar de saber que no tendría respuesta.
Actué por impulso y limpié las lágrimas de su mejilla, ella suspiraba aliviada. Su mano se eleva y la apoya sobre la mía ocasionando que sintiera como si mi mano hormigueara de forma agradable. Tensé la mandíbula y aparté la mano sorprendido. Thalía deja caer la suya y vuelve a quedarse completamente quieta y dormida.
-Agh... -me contraje de dolor y me alejé de ella tocando mi costado derecho.
Miré mis heridas, una en el brazo y otra donde mantenía mi mano. Ambas en el mismo lado. A pesar de haberme sacado las balas, las heridas seguirían doliendo por ser hechas con plata. No tenía como curarme, solo podía evitar que sangrara. El dolor continuaría hasta que llegara a la manada.
-Mamá... -volví mi atención a Thalía-. Apaguen el aire, hace frío...
Solté una leve risa al escucharla, ¿era idiota? ¿No podía diferenciar la realidad de un sueño?.
La escuché remorverse hasta abrazarse a sí misma y tiritar. Solté un quejido interno y traté de ignorarla pero el castañeo de sus dientes me comenzaba a irritar. Fui hasta ella y me senté a sus espaldas, dudé pero terminé por resignarme. Me volví a mi forma lobuna, rodeé su cuerpo, incluso con mi cola. Ella tardó en aliviarse pero cuando dejó de tiritar fue un alivio para mí en realidad, finalmente podría dormir sin escucharla quejarse.
La miré un segundo, ella suspiró profundo y se tranquilizó. Su color regresó al cabo de unos minutos y sus labios dejaron de ser lilas, en su lugar, se volvieron rosados y como si tuvieran una textura más suave y carnosa. Aparté la mirada y bajé la cabeza hasta acostarla sobre mis patas delanteras. Cerré los ojos y traté de dormir aunque sea un poco.
Pude sentir como ella se giró hacia mí aun durmiendo y me abrazó. Acariciaba mi pelaje y se acercaba más a mi cuerpo como si encontrara más calor y seguridad.
-Tan cálido... -la escuché murmurar.
Rodé los ojos aún teniéndolos cerrados, entreabrí un ojo pero solo por unos segundos. Tenía tanto sueño que no me importaba ya lo que ella hacía, respiré profundo y me quedé dormido finalmente.
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¡¿POR QUÉ APARECISTE?!
Hombres Lobo|| Créditos a @LuciFer_3915 por la hermosa portada ♡ || Las personas correctas en el momento incorrecto. Pues él, fue víctima de la infidelidad de su Mate con su peor enemigo. Mientras que ella lo fue de los cazadores, quienes han matado a todos y c...